El próximo día 11 se defenderá en el Congreso por parte del consejero de Economía, Daniel Conesa, la iniciativa legislativa instada por la Ciudad Autónoma hace más de dos años para que el Gobierno Zapatero atienda la petición de ampliar al 50% y a todos los sectores económicos de la ciudad la bonificación de la cuota patronal que ahora disfrutan los llamados sectores en crisis, tal cual son turismo, comercio e industria.
La bonificación, tal cual se pensó, en su primera fase de reducción en un 40%, supuso, como se auguró, un aumento en la disponibilidad salarial de los trabajadores y una ayuda también a los empresarios. Y esto fue así porque el descuento desde un principio también repercutió en el empleado. Una fórmula progresista, aprobada y puesta en marcha en tiempos del Gobierno de Aznar, que ahora necesita renovarse.
Pedir un mínimo de solidaridad al Estado español con una ciudad que sufre una menor inversión estatal por habitante en lo que a infraestructuras se refiere, no es ninguna tontería, es una forma de defender nuestros intereses. Y esto, es el chocolate del loro en el conjunto de los Presupuestos del Estado, de modo que no tienen razón de ser las excusas que para rechazar la iniciativa argumentan la actual etapa de fuerte crisis económica en el país.