El Cano advierte de que los inmigrantes que huyen de guerra, no sólo llegan de Siria, también del Cuerno de África
El Instituto El Cano asegura en su último informe que el aumento de la entrada de inmigrantes en nuestro país registrado desde 2013 es consecuencia de dos factores. La salida de refugiados desde Siria y otras zonas de conflicto en el Cuerno de África, el Sahel y Oriente Próximo, y la mayor debilidad de la ayuda española a países de origen o paso en África occidental. El estudio apunta por tanto hacia dos cuestiones, por un lado deja entrever, tal y como han dicho numerosas ONGs en los últimos meses, que algunos de los subsaharianos que entran en nuestra ciudad saltando la valla o en patera huyen de guerras y por tanto tienen derecho a pedir asilo. Por otro lado, da la razón a los responsables políticos, entre ellos del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, que llevan meses diciendo que es imprescindible trabajar en los países de origen para luchar contra este tipo de inmigración irregular. A esta segunda tesis, el Instituto El Cano añade un dato interesante: La ayuda al desarrollo española se ha reducido un 70% desde el 2008.
El estudio indica que desde el 2006 la ayuda al desarrollo española había sido clave para crear una red de confianza, de cooperación policial y de aceptación de las readmisiones en África occidental, pero esta red se ha debilitado a raíz de los recortes presupuestarios.
En cuanto a las cifras de la inmigración, el informe resalta el incremento de entradas, especialmente a través de Melilla y Ceuta, a través de la valla o por mar. “En Melilla, en el primer semestre del año pasado habían entrado 3.500 personas, 900 más que en todo el 2013”, apunta.
No obstante, indica también que a pesar del contexto de inestabilidad, la presión migratoria irregular en torno a Melilla y Ceuta es casi insignificante cuando se compara con la que se ha producido en Italia, con la entrada de unos 150.000 inmigrantes por vía marítima el año pasado.
Incomprensión de la UE
Por otro lado, el informe señala que el año pasado se constataron las dificultades del Gobierno español para hacer comprender a la UE su situación y su actuación en materia de inmigración. Indica el estudio que desde Europa el asunto es abordado desde una perspectiva más centrada en los derechos humanos que en aspectos económicos y de seguridad. En este punto, hace referencia a las críticas de la comisaria de Interior hasta final del año pasado, Cecilia Malmström, que llegó incluso a enviar una carta al Ministerio del Interior preguntando por las actuaciones policiales en el control migratorio en las fronteras de Melilla y Ceuta. El Instituto El Cano indica, además, que en el seno de la sociedad española también han surgido voces de protesta y se han puesto denuncias por las denominadas ‘devoluciones en caliente’ que se realizan sin identificar previamente a los inmigrantes ni darles la oportunidad de solicitar asilo.
En este sentido recuerda que el Gobierno ha incluido una enmienda en su proyecto de Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana para legalizar esas devoluciones por la vía de declarar´”como no español el espacio situado entra las dos vallas” que separan nuestra ciudad de Marruecos.
El Cano advierte de la “extrema” dependencia de la buena voluntad de Marrruecos en control migratorio
El Instituto El Cano advierte en su informe de la “extrema dependencia española de la buena voluntad marroquí en su cooperación en el control migratorio”. Recuerda que los días 12 y 13 de agosto del año pasado llegaron a las costas gaditanas 1.429 inmigrantes irregulares en pateras tras el incidente del 7 de agosto en que la Guardia Civil solicitó la documentación al Rey Mohamed VI cuando pilotaba una moto de agua cerca de Ceuta. También el 13 de agosto, unos 200 inmigrantes trataron de saltar la valla para entrar en Melilla, 50 estuvieron encaramados en la alambrada más de seis horas. La diferencia, respecto a otras ocasiones, fue que cuando los subsaharinos descendieron de la verja no fueron entregados a Marruecos, sino que fueron trasladados al CETI. La Delegación del Gobierno no explicó su cambio de postura. Sin embargo, informaciones no oficiales apuntaron entonces a que Marruecos rechazó hacerse cargo de los inmigrantes y por eso tuvieron que quedarse en España. Con su ‘relajación’ Marruecos mostró hasta qué punto la cooperación es imprescindible y vulnerable. Asimismo, el informe señala una situación paradójica en lo que se refiere a la aplicación de los convenios de devolución de inmigrantes subsaharianos que llegan a territorio español. El Instituto El Cano apunta que Marruecos sigue sin readmitir a estos extranjeros, exceptuando en el caso de Melilla, Ceuta y los islotes y peñones cercanos, porque el Gobierno marroquí sigue sin considerar estos territorios como españoles, lo que facilita su cooperación en el contral de la inmigración irregular, especialmente en la zona de entrevallas.
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