Coincidiendo con el Día de la Caridad, el vicario episcopal animó a las decenas de melillenses que llenaron el Sagrado Corazón a asociarse a Cáritas y a los jóvenes, a hacerse voluntarios.
Los melillenses se echaron un año más a la calle para celebrar el Corpus Christi. Más de 130 niños que han hecho la Primera Comunión este año, acudieron a la iglesia del Sagrado Corazón para participar en los actos que este año coinciden con el Día de la Caridad. Por ello, el vicario episcopal Roberto Rojo aprovechó durante la Eucaristía para animar a los melillenses a asociarse a Cáritas Interparroquial, pues en el último año ha atendido a 2.000 familias, en torno a 800 familias más. Pero también hizo un llamamiento a la juventud para que colabore con la entidad, necesitada de un relevo generacional.
Rojo destacó los valores del amor fraternal y la ayuda al prójimo durante su homilía para apoyar a los que peor lo están pasando a causa de la crisis económica. Lógicamente, la Iglesia, aclaró, no tiene la solución al problema, pero sí debe cumplir su misión de compartir la felicidad y el amor de Dios con todos aquellos que lo necesiten, “incluso para los no cristianos, sin distinción de clases, color o religión. Es extender lo que soy y lo que tengo, saber escuchar el dolor del otro y compartir mi felicidad, compartiendo lo que tengo. Esta es la labor de Cáritas”, subrayó.
Tras la misa, los niños vestidos con sus trajes de Primera Comunión salieron a la calle para acompañar por el centro de la ciudad a la Sagrada Forma. El Corpus Christi se celebra exactamente 60 días después del Domingo de Resurrección y este año en la iglesia y en las calle hubo más gente que el pasado año.
Pocos minutos antes de finalizar la Eucaristía, los melillenses se empezaron a arremolinar frente a la puerta del Sagrado Corazón para ver salir a la Sagrada Forma y expresar y reafirmar con su presencia su fe en Dios. Cuando el trono con la imagen atravesó la puerta, los allí congregados rompieron en aplausos. Comenzaba así la procesión por la calle López Moreno hasta la Avenida Juan Carlos I Rey.
De vuelta a la plaza Menéndez Pelayo, el vicario episcopal cumplió con la primera estación del recorrido. Allí, frente a la Sagrada Forma pidió a Dios por los enfermos, los necesitados, los que lo están pasando mal y por los inmigrantes, pues ellos vienen “necesitados de libertad”. La segunda estación esperaba en la Plaza de España, donde nuevamente Rojo hizo su ofrecimiento y rindió homenaje a la labor que las diferentes organizaciones religiosas en Melilla trabajan para los más necesitados como las hermanas de María Inmaculada, y las de la Congregación de la Divina Infantita.
Ya caída la tarde y bajo los últimos rayos de sol, la comitiva reanudó el paso por la calle Ejército Español para entrar de nuevo en la iglesia del Sagrado Corazón. Los padres de los pequeños acompañaron a sus hijos inmortalizando el momento, ya fuera con cámaras profesionales o con el teléfono móvil.
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