{jaimage crop="MR" /}El diputado socialista adscrito a Melilla habla de los temas ‘calientes’ de la política local, como la inmigración y el transporte marítimo. Para ambos asuntos no hay “fórmula ideal”, dice. El diputado socialista Antonio Hernando visitó Melilla hace poco más de un mes y desde entonces el nuevo contrato marítimo y el problema de la inmigración siguen estando a la orden del día. Ambos son puntos de confrontación en la ciudad entre Gobierno y oposición. Hernando afirma que la frontera ahora está “peor” y critica la falta de predisposición del Ejecutivo de Imbroda para consensuar un cambio del modelo de transporte marítimo.
–La última vez que hablamos fue en septiembre del año pasado. Uno de los temas fue la presión migratoria y la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos. El problema de la inmigranción persiste e incluso se recrudece con una mayor violencia en esas entradas de inmigrantes a la ciudad. ¿Qué opinión tiene ahora meses después?
–Recuerdo que entonces el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, dijeron que este problema se iba a plantear en la RAN con Marruecos. Ahora podemos comprobar los resultados.
Antes de la celebración de la RAN yo sólo podía anticipar lo que iba a pasar. El señor Imbroda dijo que el problema de la presión migratoria se iba a tratar en la RAN con Marruecos porque ellos sí que resuelven los problemas. Bueno, cuando se va con tanta prepotencia, como con la que actúa muchas veces el Gobierno de Melilla, vemos que aquí no ha pasado nada. Es más, la situación en la frontera es peor. Las colas son más grandes, hay una especie de serpentina para evitar las incursiones rápidas de vehículos, que ralentiza y dificulta el tráfico.
Los problemas siguen existiendo porque cuando uno es tan prepotente y piensa que por las bravas va a imponer su decisión, pues al final te das cuenta de que no. En materia de frontera, hay que llegar a acuerdos y poner medios. Defendiendo siempre los intereses de España y Melilla habrá que llegar a acuerdos para mejorar el tráfico en la frontera. Lo que no puede ser es lo que está pasando ahora en la frontera, con más dificultades, ralentización del paso...
–¿La mejoría de las relaciones entre España y Marruecos hacen posible y futurible una solución al problema de la frontera?
–Yo voy a hacer algo que nunca he visto hacer en el Gobierno del Partido Popular en Melilla y es decir que yo siempre apoyaré al Gobierno de España en su acción exterior, máxime cuando el objetivo es mejorar las relaciones con Marruecos.
Yo nunca criticaré al Gobierno de España en su acción exterior, nunca. Va en mi ADN político. Es una responsabilidad del político, sea del partido que sea, apoyar a un Gobierno cuando se trata de mejorar las relaciones con un vecino, sobre todo cuando afecta a las ciudades de Melilla y Ceuta.
–¿Cree que ahora las relaciones con Marruecos han mejorado con el Gobierno del PP o no?
–Me remito a los hechos. La situación en la frontera ahora es peor. Me limito a ver los hechos y apoyo al Gobierno de España para que haga todo lo que tenga que hacer y hable todo lo que tenga que hablar con el Gobierno de Marruecos para mejorar la situación, pero la situación es ahora peor. Es un hecho objetivo, lo otro es un principio de nuestro partido y de los políticos del PSOE que es que nosotros creemos que las cosas no se pueden hacer de cualquier manera o a cualquier precio.
Los insultos que recibió el Gobierno del PSOE en su relación con Marruecos, eso no lo vamos a hacer nosotros jamás. La diplomacia es una cuestión demasiado compleja, seria, estructural y trascendente como para tratarla a escobazos como a veces ha pretendido en el pasado el señor Imbroda. Ahora parece que le ha dado un ataque de responsabilidad, pero en el PSOE somos responsables siempre.
–Otro de los problemas que parecen enquistarse en Melilla es conseguir un buen transporte marítimo. Las condiciones anunciadas por el Gobierno de la Ciudad para el nuevo contrato ha sido motivo de confrontación en Melilla. ¿Por qué no le gusta?
–Aquí hay una cuestión de forma y otra de fondo. La cuestión de forma es cómo se ha hecho esto. Para abordar una reforma de estas características, quizá lo que se tenía que haber hecho es lo que se hizo en el pasado: Crear una comisión que lo estudiase y pidiese opinión a las partes afectadas.
En este caso, son los ciudadanos, las asociaciones de empresarios, de hostelería, de transportes y agencias de viajes los que tienen algo que decir porque en una democracia, las instituciones que representan a los ciudadanos lo que tienen que hacer es entablar un diálogo antes de tomar decisiones. Esto es lo que no se ha hecho.
Nos hemos enterado a través de los medios de comunicación de la decisión del Gobierno. Por tanto, en la forma lo han hecho mal porque lo que tendría que haber hecho el Ejecutivo de la Ciudad es consultar todas estas cosas y cuando llegase a conocer la opinión real de los ciudadanos afectados, que van a ser los usuarios, poner una solución encima de la mesa.
En definitiva, lo cierto es que va a cambiar el modelo del transporte marítimo y ese es el fondo de la cuestión. Se plantea que los ciudadanos van a viajar sentados en lugar de en camarote, con lo que será más incómodo. Se va a navegar en barcos, que van a acortar un poco el trayecto de Melilla y la península y llegarán a Málaga en horas que les obligarán a hacer un gasto adicional en sus desplazamientos.
Esto encarece el transporte marítimo, pero además, a los melillenses les saldrá más caro porque la Ciudad Autónoma va a poner más de un millón de euros en ese contrato...
–Ciertamente, es la primera vez que la Ciudad Autónoma participa económicamente en un contrato de una competencia que no es suya. ¿Qué le parece?
–Efectivamente, pero no nos engañemos. Ese dinero no sale del bolsillo del presidente de la Ciudad, el señor Imbroda, sale del de todos los melillenses y todos los españoles.
A todos nos va a salir más caro el transporte marítimo a partir de ahora. Sin embargo, el Gobierno está vendiendo que los billetes serán más baratos porque lo está comprando con la tarifa máxima y nadie compraba los billetes así. Todos saben que algunos billetes eran más baratos porque estaban acogidos a algún tipo de reducción económica porque era una oferta para viajar en determinadas fechas o porque era para familias, por tanto, nadie pagaba esas tarifas máximas. Sólo existía en el papel. Todos los billetes tenían algún tipo de reducción y ese pequeño ahorro que dicen que va a suponer no es real, no es cierto.
En definitiva, se está cambiando el transporte marítimo sin haber consultado con nadie y a un modelo que, a nuestro parecer, es más perjudicial y más incómodo para los usuarios y que en todo caso nos va a salir más caro porque la Ciudad Autónoma va a utilizar el dinero de todos, va a pagar 1.700.000 euros.
–En todo caso, el tema del transporte marítimo es un problema que se va arrastrando con los años sin conseguir encontrar un modelo satisfactorio. ¿No se quiere acertar con la fórmula o es que no existe la fórmula ideal?
–Seguramente no se acierta con la fórmula ideal y es un problema estructural para Melilla. Lo cierto es que Melilla, dada su situación geográfica, tendría que gozar de un transporte de excelencia que tuviese a los melillenses perfectamente conectados a la península. No soy un experto, no sé cuál sería el sistema ideal que permitiese un transporte rápido, eficaz y a su vez que no sea excesivamente caro. Todos sabemos que en estos tiempos de austeridad lo que no podemos hacer es pedirles peras al olmo. Nosotros no estamos diciendo que se pongan muchos más barcos, sabemos los tiempos que vivimos. Lo que está claro es que no se puede cambiar el modelo sin hablar con nadie y además gastando mucho más. Vamos a ver si con ese 1.700.000 euros el modelo es mejor.
–Desde el PSOE presumen de la herencia socialista de Zapatero en Melilla, pero esos proyectos estrella se han visto estrellados, ¿cómo se le queda el cuerpo? A los melillenses muy mal.
–Claro, pero resulta que el Gobierno de Rajoy ha reducido en dos años las inversiones en Melilla un 43%. Y ahora no veo al señor Imbroda gritar y tirarse de los pelos como hacía cuando decía que el Gobierno de Zapatero no atiendía las necesidades de Melilla. ¿Y ahora qué? El nuevo hospital paralizado, en las obras del antiguo Mercado Central trabajan dos personas... Ahora Imbroda no va como un tigre como antes a reivindicar a Madrid que se vuelva a invertir. Es una lástima después de tanto esfuerzo. Ahora no veo aquel furor del señor Imbroda, más bien al contrario, mucho servilismo porque ante el ‘austericidio’ que Mariando Rajoy está aplicando en Melilla, aquí el Gobierno de la Ciudad lo silencia. La austeridad de Rajoy es una soga para Melilla que cada día le aprieta más.