La rápida intervención de los guardias civiles, que avisaron al 061, evitó que el hombre entrara en coma
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) felicitó a cuatro agentes que la semana pasada salvaron la vida de un hombre diabético. Les avisaron de que un borracho había entrado en una propiedad privada cerca del centro de menores La Purísima. Cuando llegaron al supuesto lugar del accidente, los guardias civiles se dieron cuenta de que, aunque esta persona no podía articular bien las palabras y parecía estar medio dormido, no olía a alcohol. Llamaron de forma inmediata a una ambulancia y cuando llegaron los sanitarios comprobaron las sospechas de los agentes: El accidentado era diabético y había tenido una bajada de azúcar.
La AUGC asevera que si estos agentes no se hubieran preocupado de esta persona y se hubieran limitado a activar el protocolo de accidente, el hombre diabético no se habría recuperado y podría haber entrado en coma. Por ello, la asociación resalta la labor de F.M.M.A, N.V.V, J.C.R y J.A.A porque su intuición y su implicación en el trabajo ayudó a este ciudadano en un momento complicado.
Los hechos
Uno de los agentes explicó ayer a El Faro que recibieron la llamada de la central. Una persona había llamado a la Guardia Civil porque aseguraba que un conductor borracho había entrado en su finca. En el lugar donde habría ocurrido este incidente se personaron dos patrullas. El guardia civil resaltó que cuando intentaron hablar con el hombre accidentado, de 57 años y natural de Melilla, se dieron cuenta de que no olía a bebidas alcohólicas. Es cierto que los síntomas que padecía este señor eran similares a los de una borrachera porque no respondía con coherencia y no era capaz de encontrar los documentos del coche. Sin embargo, no era como otros conductores que han sido pillados con varias copas demás mientras conducían. Por eso, decidieron llamar a una ambulancia, subrayó el agente, en lugar de activar el protocolo de accidente y avisar a la Policía Local para que multara a este individuo.
Mientras que llegaban los sanitarios intentaron espabilar a este hombre. Observaron que en asiento del copiloto llevaba una caja con tiras para hacerse la prueba del azúcar en sangre.
Unos minutos más tarde llegó la ambulancia. Durante un rato los sanitarios tuvieron que inyectarle varios medicamentos hasta que lograron estabilizarle y le llevaron al centro de salud de la zona centro. Afirmaron a los agentes que si les hubieran llamado unos minutos más tarde, el hombre hubiera entrado en coma y podría haber muerto porque tenía el azúcar en sangre a niveles extremadamente bajos.
El guardia civil indicó que tras pasar unas horas de este incidente, se acercaron a ver a este hombre al centro de salud. Allí recibieron no sólo las gracias de este señor, sino de toda la familia.
El accidentado les explicó que no es que hubiera tenido un accidente con el coche por el mareo, sino que se había metido en esa propiedad privada para pedir auxilio porque se encontraba mal. Aseguró a los agentes que había estado en el centro de salud de Cabrerizas donde había tenido un encontronazo con los sanitarios y creía que ése disgusto era lo que motivó que le bajara la azúcar.
El agente que atendió a este hombre aseguró que este tipo de actuaciones está dentro de su trabajo, pero resaltó que sin duda fue “muy satisfactorio” comprobar que la historia tuvo un final feliz.
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