La Asociación de Estudios Melillenses celebró ayer una conferencia en su sede para repasar los hallazgos botánicos que los hermanos de La Salle, Sennen y Mauricio realizaron en el norte de Marruecos. La ponencia fue impartida por el ecologista Manuel Tapia, quien explicó a través de una presentación la importancia de los hallazgos de estos botánicos entre 1930 y 1935 a través de la geografía rifeña.
Tapia aclaró a los medio de comunicación presentes que estos hermanos de La Salle fueron los primeros en realizar un estudio de botánica. “Hicieron un trabajo excelente y mítico”, destacó.
Con los medios disponibles hace 80 años, el español Mauricio Desideiro y el francés Sennen realizaron “seis campañas que son la base de todas las investigaciones botánicas que se hacen hoy en día”, aclaró Tapia. De hecho, “todos los trabajos y obras botánica que se hacen ahora están basados en los que ellos hicieron”, añadió.
El ponente habló de los morabitos y de cómo estos “espacios sagrados” del Rif, donde no se puede talar ni pastorear, sirvieron a los hermanos de La Salle para encontrar muchas de las plantas autóctonas que clasificaron. “Los morabos son reservas botánicas”, defendió Tapia.
Asimismo, el estudio de la fitología local puede traer grandes beneficios. Al parecer, una especie de manzanilla que sólo crece en la zona del Rif “se ha descubierto ahora que es la clase con más poder curativo de todas”, defendió.
Tapia lamentó que el paso del tiempo y el sobrepastoreo hayan deteriorado muchas zonas y llevado a algunas especies de la vegetación endémicas al peligro de extinción. “Muchas de estas plantas incluso se desbrozan por desconocimiento de que hay que protegerlas”, comentó Tapia.
Proteción biológica
En este sentido, como portavoz de la Asociación Ecologista Guelaya, recordó el trabajo que están haciendo para defender este patrimonio biológico a traves de la repoblación de algunas especies. Según Tapia, a veces “se da más valor a las especies invasoras que a las autóctonas”.
Entre el amplio catálogo de plantas que Sennen y Mauricio clasificaron, Tapia destacó el valor de algunas plantas arenarias del cabo que son totalmente autóctonas, o algunas plantas propias de la Guelaya, que demuestran que Melilla “tiene un patrimonio botánico muy interesante”.
Tapia explicó que actualmente hay plantas de las que quedan escasos ejemplares, incluso menos de cinco, por lo que para protegerlos “a veces preferimos ni decir donde están”.
“Se han librado de momento porque pocas personas conocen el sitio donde están, así que hasta que no haya una gestión correcta de las zonas protegidas de Melilla, no diremos donde están”.
Para proteger estas especies,Tapia invitó a la Ciudad a crear “un plan de gestión de los espacios naturales del que Melilla no dispone”.
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