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La asociación acusada por Cermi de no ser legal tiene sus papeles en regla

La entidad de ayuda a discapacitados se registró en Delegación del Gobierno el pasado día 16 de diciembre.

El presidente de la Asociación de Familiares  y  Amigos de Discapacitados de Melilla (Afadim), Miguel Carretero, mostró ayer a El Faro el documento con el que se registró en la Delegación del Gobierno el pasado 16 de diciembre y los estatutos de dicha asociación. De esta forma, respondía al Comité Estatal de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) de Melilla, que el lunes acusó a Afadim de ser una falsa asociación que pide donativos puerta por puerta.
Desde Cermi manifestaron en una nota de prensa que Afadim estaba pendiente de contar con la documentación de Hacienda, por lo que no tenían claro a dónde iba a parar el dinero que esta asociación recaudaba vendiendo mecheros de puerta en puerta o publicando calendarios con el patrocinio de empresas de la ciudad.

Constituida hace dos meses
Miguel Carretero explicó a este periódico que Afadim fue constituida como asociación “hace dos meses” y que sí cuenta con estatutos, mostrando los documentos que así lo acreditan.
“Lo que nos falta es tener el NIF”, aclaró Carretero, quien mostró confianza en que obtenerlo lo más pronto posible al haberse registrado la asociación en la Delegación del Gobierno hace ya casi un mes.
El presidente de Afadim afirmó que Cermi “ha creado esta polémica” y acusó a esa entidad de no hacer “efectiva” la ayuda que necesitan los discapacitados. “Por ejemplo, crear centros especiales de empleo”.
Según afirmó, recibió una llamada de Cermi (sin saber que le llamaban de esa entidad) en la que manifestó que Afadim aún no había conseguido el número de Hacienda. Sin embargo, negó haber señalado que no estaba registrado en Delegación y acusó a Cermi de haber usado “picardías” para perjudicarle.
Miguel Carretero afirmó tener experiencia en cuestiones de ayuda a discapacitados. “He hecho mucho voluntariado”, señaló.
El dirigente de Afadim subrayó que las recaudaciones de donativos que ha llevado han consistido en la venta de “mecheros” y “almanaques” que no tienen un precio asignado. “Simplemente pedimos la voluntad”, apunta. Asimismo, destacó que los encendedores llevan el logotipo de Afadim “para que sepan quiénes somos”.

Fines de la asociación
El presidente de Afadim subrayó que esta asociación está a disposición de “toda persona que tenga una discapacidad, ya sea física, psíquica o sensorial”.
“Si es una persona discapacitada reconocida por un tribunal médico, ya es suficiente para que nosotros la atendamos”. Por ello, hizo hincapié en que cualquier ser humano que se encuentre en esas circunstancias “es dependiente” y , por lo tanto, una persona “discapacitada”.  
Miguel Carretero recalcó que el trabajo de Afadim “es para defender a todo tipo de discapacitados de Melilla” y no sólo para unas pocas personas. Además, dejó claro que la asociación “no se ha creado con la idea de obtener subvenciones”, aunque admitió que “si algún día nos la dan, bienvenida sea”. No obstante, afirmó: “Que yo sepa, una asociación recién creada no tiene derecho a subvenciones”.
Entre los proyectos de Afadim, Carretero citó el de  “luchar por que los discapacitados tengan acceso al empleo”, que figura en sus estatutos. Asimismo, está el  facilitar a las personas dependientes el acceso a unos estudios e incluso a actividades de ocio.
“Melilla es la tercera ciudad de España que más discapacitados tiene, pero yo me he dado cuenta de que es la que peor los trata”, aseguró el representante de Afadim.
Carretero afirmó en referencia a las acusaciones vertidas por Cermi que “se le está haciendo caso al lobo” .

Pensar en el futuro
Carretero proclamó que se debe pensar en el futuro de los discapacitados, especialmente en aquellos que tienen “20 o 30 años” y toda una vida por delante.
“Los que tenemos tiempo y sentimientos debemos ponernos las pilas y hacer algo por ellos”.
El presidente de Afadim criticó que el transporte público “está fatal” para los dependientes, pues apenas hay rampas de acceso y los buses no tienen espacio para sillas grandes.
“Si tú quieres, yo puedo”, señaló, en referencia a la disposición de la sociedad para ayudar a las personas discapacitadas.

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