La ampliación del puerto comercial en 51 hectáreas es uno de los proyectos más importantes para el futuro de la ciudad autónoma. La obra, que tiene vistas a comenzar en 2015 con una inversión estatal de cien millones de euros a repartir en cuatro ejercicios, se encuentra ahora mismo pendiente del pertinente informe de impacto ambiental. En este sentido, la colonia de patellas ferrugíneas, una lapa en peligro de extinción, que hay próxima al lugar donde está previsto desarrollar la construcción, supone el mayor escollo ecológico para que la iniciativa reciba luz verde.
Por ello, la Autoridad Portuaria de Melilla encargó este verano a la Universidad de Granada (UGR) un profundo estudio sobre esta especie y las posibles estrategias de conservación a llevar a cabo para garantizar su supervivencia. En el informe, al que ha tenido acceso este periódico, se determina que si se dan unos factores ecológicos concretos, la patella ferrugínea puede reproducirse con mayor rapidez en bloques artificiales de reciente instalación. Eso sí, la cosa no es tan sencilla.
Características especiales
Según el informe, el sustrato en el que se deben asentar las lapas debe tener unas características muy concretas: Rugosidad, pendiente baja, amplitud de superficie y orientación hacia el embate del mar. Estos factores, unidos a otros de carácter climático y biológico, podría propiciar que las patellas “conquistasen nuevos hábitats” en los que desarrollarse.
Así pues, del estudio se extrae que, con la planificación adecuada, la presencia de una colonia de lapas en el lugar de las obras no debería impedir el desarrollo del proyecto, aunque sí sería necesaria una estrategia determinada para no perjudicar a esta especie. Hay que recordar que en el caso del nuevo dique de Horcas Coloradas, donde hay un número mucho menor de lapas que en el puerto, el Ministerio ha pedido a la Ciudad Autónoma que concrete medidas para garantizar que la obra no tendrá un impacto negativo sobre estos animales.
Resulta curioso que en el informe se indique que más perjudiciales han resultado para la especie actividades tales como el baño y la pesca. De hecho, en el litoral próximo a los acantilados de Rostrogordo ha desaparecido el 50% de los ejemplares a causa de la presencia continuada del hombre, mientras que en ambientes más aislados la patella ha podido reproducirse sin mayores problemas.
Escollera del puerto
El estudio de la UGR se ha centrado principalmente en la colonia de unos 24.251 ejemplares de lapas que hay en la escollera noreste del puerto comercial, que ocupa unos 1.200 metros de longitud y que sería la más afectada cuando se inicien las obras de ampliación. En el texto se determina que ésta ha sido una buena zona para permitir la reproducción de la especie. Hay que tener en cuenta que la distribución irregular que presenta hoy día la escollera es fruto del paso de los años, pues en 1930 ofrecía un aspecto totalmente uniforme.
Ha sido precisamente esa falta de regularidad en los bloques de piedra, provocada por los golpes del mar, lo que ha favorecido a esta especie, según apunta el texto de la UGR. Al estudiar la disposición de estos elementos, se determinó que había mayor presencia de lapas.
Por ejemplo, siempre es favorable que la superficie sea sub horizontal y que esté expuesta al vaivén de las olas.