En una entrevista concedida a El Economista, el director de la Autoridad Portuaria, José Luis Almazán, recordó que el proyecto también conllevará beneficios sociales.
El proyecto de ampliación del puerto comercial en 51 hectáreas se ha convertido en una meta por la que llevan luchando desde hace años en la Autoridad Portuaria de Melilla y cuya posible ejecución ha tomado impulso con la llegada de Mariano Rajoy a la Moncloa.
Así, el enclave de la ciudad autónoma busca una inversión de 300 millones de euros para poner en marcha la construcción, que procuraría a Melilla una posición privilegiada en la lucha por el control de los tráficos marítimos en la zona del estrecho de Gibraltar.
Desde la Autoridad Portuaria de Melilla son conscientes de los beneficios, tanto económicos como sociales, que la ejecución de este proyecto reportaría para la ciudad. Así lo recalcó su director, José Luis Almazán, en una entrevista concedida a El Economista.
“En unos diez años, el tráfico en el Mediterráneo occidental pasará de 16 a 32 millones de TEUs”, subrayó para demostrar que el enclave de la ciudad autónoma debe jugar bien sus cartas y prepararse de cara a este sustancial incremento para absorber parte de los nuevos tráficos marítimos.
Otros puertos de la zona, como Algeciras o el de la vecina ciudad de Nador ya se están preparando para el futuro. Sin embargo, el proyecto de ampliación de Melilla aún no ha visto luz verde, aunque la promesa electoral que realizó Rajoy en campaña hace resurgir las esperanzas sobre su puesta en marcha.