El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer el informe de impacto ambiental del proyecto de ampliación de la desaladora, que ha sido emitido por la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural, que depende del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. El documento es favorable a este proyecto, pero establece una serie de condiciones que deben seguirse.
El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, explicó a El Faro que este expediente es un paso fundamental para llevar a cabo la obra e instalar el cuarto módulo en estas instalaciones.
Pero reconoce que se ponen una serie de condiciones, por lo que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir “está ya redactando los ajustes de este proyecto”.
Indicó que será esta institución la que envíe al Ministerio de Medio Ambiente el documento para su aprobación final en mayo.
En esta resolución se indica que el objetivo del proyecto es ampliar la planta desaladora para alcanzar el caudal de agua de 29.490 metros cúbicos al día con puntas de hasta 31.657 metros cúbicos, ya que ha aumentado la población de la ciudad.
El informe recoge que el proyecto consiste en aumentar la captación de agua del mar a través de un nuevo inmisario en paralelo al que ya existe de 500 metros de longitud y que alcanzará profundidades de hasta 16,5 metros.
También indica que se renovarán los equipos de bombeo por otros de mayor capacidad; la adaptación de la instalación actual; la ampliación de la línea eléctrica de suministro; la construcción de una planta de tratamiento de los efluentes; un depósito de 500 metros cúbicos; y una tubería de impulsión de acero inoxidable para dejar de utilizar la de acero al carbono que está deteriorada.
Además, para mejorar las condiciones de explotación de los reactivos de la planta se construirá un nuevo edificio para el correcto almacenamiento de los mismos, así como para ampliación de la zona taller y la ubicación del equipo de prueba de membranas.
También se destaca que se adecuará el acceso a la desaladora porque hay una fuerte pendiente en la carretera que lleva a estas instalaciones y los taludes próximos a la planta provocan la entrada de agua y barro en la entrada. Asimismo, se realizará una integración visual de este espacio con soluciones ajardinadas.
Incluso se instalarán botaolas porque es un elemento de contención del oleaje en las zonas más expuestas del acantilado, ya que estas sobrepasan la cota de la plataforma en los temporales fuertes y ponen en riesgo a las personas y los vehículos, además de la conservación de las instalaciones.
En cuanto a la salmuera, el proyecto prevé un punto de vertido en cascada que está situado al este y que está lo suficientemente alejado de la toma de agua como para que las corrientes aseguren una rápida disolución.
En cuanto a la protección de especies que hay en la zona, se indican recomendaciones sobre los trabajos que se van a realizar.
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