“La ampliación de la desaladora será un punto de inflexión en materia de agua”

  • Quevedo afirma que habrá más control en la red de agua al pasar de ser un sistema ramificado a otro de tipo malla

El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, destacó ayer a El Faro las numerosas actuaciones que se están haciendo en materia de agua en Melilla, no sólo para mejorar la calidad con la que llega a los hogares, sino también para reducir el consumo en todos los ámbitos. La obra para la instalación del cuarto módulo de la desaladora que comenzará a finales de año, los proyectos para llevar el agua de uso terciario a los parques Hernández y Lobera, la detección de fraudes por enganches ilegales y el cambio de la red de agua de ramificada a un mallado son algunas de las medidas en las que está trabajando el Gobierno local desde hace tiempo. No obstante, Quevedo subrayó que “la ampliación del cuarto módulo de la desaladora, que estará terminada para finales de 2019, será un punto de inflexión”.

Explicó que en abril estará terminada la tramitación ambiental de este proyecto. La ampliación permitirá aportar 10.000 metros cúbicos más de agua a la red al día y eso implicará que los hogares melillenses reciban agua mineral.

Cuarto módulo

Quevedo espera que el consumo también se reduzca entre la población, ya que las cifras son muy elevadas en Melilla en comparación con la media nacional o europea. Actualmente, los melillenses gastan 350 litros por habitante al día.

Por ello, indicó que la Ciudad continuará con las campañas de concienciación de consumo de agua durante este año.

Entre el agua que proporcione el cuarto módulo de la desaladora y una bajada pequeña en el consumo, se prevé que no será necesario contar con los pozos una vez que esté terminada esa obra.

El consejero de Medio Ambiente indicó que se podrá dejar descansar a los pozos para que se recuperen y, además, servirán de reserva por si hubiera algún problema con la desaladora y hubiera que tirar de estos depósitos.

Asimismo, recordó que se ha solicitado una encomienda de gestión para el pantano de las Adelfas, que también estaría de reserva por si hiciera falta.

Tuberías en malla

Otra medida adoptada es la mejora de la red de tuberías. Quevedo resaltó que se va a cambiar de un sistema ramificado a uno mallado. Este último permitirá cortar un espacio más pequeño de la red si hubiera una avería y además, ofrecerá la posibilidad de llevar el agua por otro lado hasta el resto de los sectores afectados.

Por ello, insistió en que a finales de 2019 e inicios de 2020 el sistema de agua será completamente distinto al actual en Melilla.

Asimismo, Quevedo señaló que se están instalando contadores de agua en todas las instituciones públicas, desde colegios a consejerías, para tener un mayor control del consumo.

Además, en esta misma línea van las actuaciones desarrolladas para llevar el agua de uso terciario a los parques Hernández y Lobera.

El consejero de Medio Ambiente recordó que ya se está desarrollando la última fase de este proyecto, que es la instalación de las tuberías hasta esos espacios verdes.

Esto se complementa con la red que irá desde la depuradora de la Hípica hasta la estación de bombeo, que recientemente ha sido reformada y que hay en el puente de la desembocadura del río de Oro, otra obra que se está aprovechando para la construcción del carril bici de la ciudad.

Melilla cambiará la normativa para detectar y sancionar enganches ilegales en la red de agua

El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, destacó ayer que este año se ha incluido una mejora en el contrato de la empresa que se encargad de contabilizar el suministro de agua. Se ha incorporado una cláusula por la que está obligada a detectar fraudes en la red de agua potable y debe entregar un informe con ello cada tres meses. En caso de que no localice ninguno, tendrá una penalización, añadió Quevedo. En este sentido, subrayó que el objetivo de la Ciudad es localizar los enganches ilegales a la red de empresas o viviendas. Asimismo, comentó que en los bloques de pisos hay contadores individuales, pero algunos no tienen un contador comunitario, a pesar de que hay grifos o depósitos de agua que implican un gasto. Por ello, otra medida de la Consejería de Medio Ambiente será cambiar la normativa actual para que la Ciudad pueda instalar esos contadores que faltan y luego se pase la factura de dicho trabajo a la comunidad de vecino o a la persona que no contaba con él.

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