Los sindicatos afirman se necesitan más recursos para ofrecer una atención personalizada.
Los sindicatos de Educación aseguran que es “complicado” adaptar las clases de Secundaria a los alumnos con discapacidad intelectual. SATE, ANPE, CSI-F, CCOO y UGT señalan que hay muchos estudiantes en las aulas de los institutos y que no hay espacio físico para reducir los grupos cuando entra un alumno con estas características. Así, culpan a la elevada ratio y a la falta de centros escolares y de recursos personales de esta situación. No obstante, muestran su apoyo a las reivinciaciones que el pasado miércoles hacía la asociación Aspanies, que demandó una mejora en la atención educativa a los estudiantes con estas necesidades especiales en la ESO, pues no se adaptan las clases y faltan recursos.
Aspanies aseguraba que no se trata sólo de que los alumnos con discapacidad intelectural tengan apoyo escolar, algo que pueden encontrar fuera del instituto, sino de que se adapte el contenido de las clases a sus necesidades para que puedan tener una formación de calidad. Carlos Esteba, presidente de la asociación, criticaba que “los alumnos pasan por el instituto, pero éste no pasa por los estudiantes”. Pero los sindicatos insisten en que los profesores no pueden ofrecer una atención personalizada en clases que están “masificadas” de estudiantes. Resaltan que los maestros están sobrecargados de trabajo, ya que han aumentado las horas de clase y también los trámites burocráticos que deben resolver a diario. En estas condiciones, añaden, no se puede atender de forma individual a los alumnos.
No hay aulas suficientes
SATE-STEs lo tiene claro. La Educación está estrangulada por la falta de espacio y el gran número de alumnos en las clases. Estas dos deficiencias del sistema educativo de la ciudad hacen casi imposible que se pueda ofrecer una atención especializada a alumnos con discapacidad intelectual. El sindicato asegura que por ley se tendría que reducir el número de estudiantes en una clase si uno de ellos tiene alguna necesidad educativa específica, con el objetivo de que el profesor pueda dedicarle más tiempo. Sin embargo, resalta que es imposible hacer esto en Melilla porque no hay más espacio en los institutos para partir las clases en dos o reducir el número de alumnos.
También está de acuerdo con estos argumentos CSI-F, que apunta que la integración es “una palabra muy bonita”, pero añade que es “muy difícil de aplicarla a afectos prácticos” en Melilla porque los centros educativos de Primaria y Secundaria están llenos de alumnos y no hay forma de hacer una atención personalizada. Asevera que es muy complicado para un profesor adaptar todas sus clases a un alumno con discapacidad intelectual, más aún en Secundaria, donde el nivel de las clases es más alto.
No hay bastantes profesores
ANPE comparte la preocupación de Aspanies y resalta la gran labor que realiza esta entidad y otras muchas que consiguen suplir la carencia y la falta de recursos que ofrece la Administración a las personas con discapacidad. El sindicato destaca que aunque haya profesores que se dedican específicamente a dar apoyos escolares en Secundaria, no son suficientes para atender la demanda de los alumnos. Señala que si un profesor es casi insuficiente para un grupo de 30 alumnos, aún lo es más cuando uno de ellos presenta características educativa especiales.
El sindicato UGT también está de acuerdo con el resto y afirma que faltan profesores para poder ofrecer una educación de calidad a los estudiantes con discapacidad. Por su parte, CCOO señala que si los recursos no son suficientes no se puede atender a los estudiantes con necesidades especiales en los institutos. No obstante, resalta que siempre hay que tener en cuenta el grado de discapacidad del alumno para determinar si puede recibir clases en un centro ordinario o debe continuar su formación en el Reina Sofía.
Se mantienen los profesores de educación especial
La Dirección Provincial que asegura que se “está haciendo un esfuerzo para mantener a los profesores de apoyo educativo especial”, es decir, los maestros de audición y lenguaje y los de pedagogía terapéutica, para atender la demanda de los alumnos con necesidades específicas.
El director provincial de Educación, José Manuel Calzado, destaca a El Faro que en Melilla se ha mantenido el número de docentes de esta dos especialidades a pesar de los recortes. No obstante, reconoce que es más “complicado” adaptar las clases para determinados estudiantes con discapacidad intelectual conforme va subiendo de nivel educativo.
Afirma que el hecho de que un estudiante con estas características permanezca en el instituto o sea derivado al colegio Reina Sofía (educación especial) va a depender de sus capacidades.
Calzado también añade que hay otros factores que determinan que a que estos estudiantes puedan dar clases en los institutos, como la ratio de las clases. No obstante, insiste en que “se hacen todos los esfuerzos para que el mayor número de alumnos con discapacidad intelectual o de otro tipo pueda continuar sus estudios en los centros tanto de Primaria como de Secundaria como cualquier otro estudiante”. Además, apunta que no siempre es fácil determinar qué alumno se queda en el instituto o se matricula en el Reina Sofía.
Por último destaca que la incorporación de los orientadores a los colegios mejora la atención que reciben estos estudiantes.
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