Categorías: Cultura y Tradiciones

“La actuación de los gobiernos españoles alimenta la reivindicación marroquí”

El historiador Rafael Sánchez Saus, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz, considera que la actuación de los sucesivos gobiernos españoles en Melilla “alimenta la reivindicación marroquí”.

En declaraciones a El Faro, Sánchez Saus expuso ayer que “en el contexto político y geoestratégico actual, el mantenimiento sin más” de las políticas gubernamentales le parece “muy criticable” porque “compromete seriamente la viabilidad del actual sistema de convivencia a medio y largo plazo”.  “Como en tantas otras cosas, simplemente se prefiere mirar para otro lado”, añadió.
Respecto a la multiculturalidad de que se hace gala en la ciudad autónoma, Sánchez Saus señaló que, si este sistema de convivencia es “viable”, es porque “se inscribe en un marco legal de estirpe occidental que se basa en el respeto de las libertades civiles y religiosas de cada ciudadano”. Respeto que, a su juicio, “no es exportable al mundo musulmán porque el Islam no admite ese marco”. “Por eso hay mezquitas en Melilla, pero no pueden construirse iglesias en Nador”, afirmó.Pretensiones “ilegítimas”
Consultado por las pretensiones marroquíes sobre Melilla y Ceuta, el historiador explicó que “sólo se sustentan desde un criterio geográfico que suponga que España termina en el Estrecho de Gibraltar”. Sin embargo, apuntó, “históricamente nunca ha sido así, desde la época romana hasta nuestros días”.  
“La realidad histórica es que ciertos territorios africanos siempre han formado parte  de España. Desde hace muchos siglos, esos territorios africanos y españoles están formados esencialmente por Ceuta y Melilla, y así está reconocidos por todos los organismos y tratados internacionales”.
Por ello, Sánchez Saus aseveró que las pretensiones marroquíes sobre Ceuta o Melilla son tan ilégitimas como si se proyectaran sobre territorios de otras potencias vecinas”. Es equivalente, dijo, “a que España reivindicara la Patagonia a Argentina”.
En una entrevista a EFE con motivo de la publicación de su libro ‘Al-Andalus y la Cruz’  (Stella Maris), Sánchez Saus expuso que los musulmanes que sometieron la Hispania visigótica, Al-Andalus, implantaron un “régimen perverso” para “la humillación continúa” de judíos y, particularmente, cristianos.“Manipulación” histórica
Ese régimen perduró siglos y “quienes ponen a Al-Andalus como ejemplo de tolerancia lo que hacen es una manipulación brutal en términos históricos”, según Sánchez Saus.
El dominio “ejercido por una pequeña minoría de guerreros musulmanes orientales y norteafricanos” sobre una mayoría de cristianos autóctonos supuso “el sometimiento político, religioso y la inferioridad jurídica y moral” de los cristianos sometidos mediante ese “régimen perverso” que los mantenía discriminados en todos los órdenes sociales y ámbitos de la vida cotidiana.
“Toda la legislación, cualquier disposición y el espíritu de las normas” tendían someter dejando patente “la humillación, la debilidad y la derrota” de los cristianos, que tenían que pagar impuestos superiores, mientras que las multas por las mismas infracciones eran la mitad de cuantiosas para los musulmanes.Régimen “perverso”
Entre otros ejemplos, el historiador puso que un cristiano que matara a un musulmán, aún en defensa propia, era indefectiblemente condenado a muerte -no así al contrario-; que el testimonio de un cristiano contra un musulmán no valía ante un tribunal; que un cristiano había de levantarse si entraba un musulmán y sólo podía pasarle por el lado izquierdo, considerado maldito.
Igualmente un cristiano no podía montar a caballo en presencia de un musulmán, ni podía tener servidumbre musulmana, ni la casa de un cristiano podía ser más alta que la de un musulmán hasta el punto de, en ese caso, tener que demoler el piso superior.
Ese “régimen perverso” se mantuvo en la Península durante siglos, por lo que el historiador afirmó que “la realidad de la vida de los cristianos en Al-Andalus poco o nada tiene que ver con las ensoñaciones interesadas que nutren un mito construido a costa de la verdad histórica”.Antonio Gala, “casi risible”
Como ejemplo “arquetípico, casi risible” de esas ensoñaciones, Sánchez Saus puso las efectuadas por el escritor Antonio Gala, que, como otras semejantes, ha achacado a “un déficit de identificación de los españoles con su propio país” y a un intento de buscar en un periodo histórico idealizado “todo lo que le falta a España y a su cultura”, por ejemplo en materia de tolerancia sexual.
“No hay libertad sexual en el Islam ni la ha habido nunca” y en Al-Andalus “lo que hubo fue la utilización de la mujer o de un joven en beneficio de quien imponía las normas”, indicó.
Sánchez Saus explica en su obra ‘Al-Andalus y la Cruz’ que aunque las ventajas ofrecidas a los conversos al Islam llevaron a numerosos cristianos a la apostasía, otros muchos optaron por la emigración pese a lo cual hacia el año 950 la Península era mayoritariamente cristiana.
Dos siglos más tarde esa cristiandad hispánica se había desintegrado por la inmersión en la cultura árabe y por la persecución declarada contra ella por almorávides y almohades. “Habrá musulmanes que puedan sentir que aquella construcción que fue Al-Andalus -una construcción que desapareció igual que se creó- forma parte de su patrimonio cultural; otra cosa es deducir de ese periodo histórico algún derecho sobre la España actual”, concluyó.Una docena de libros publicados y más de cien obras de investigación
Rafael Sánchez Saus es doctor en Historia por la Universidad Complutense y catedrático de Historia Medieval en la de Cádiz. En esta última fue decano de su Facultad de Filosofía y Letras (1999-2004). Posteriormente ha sido rector de la Universidad San Pablo CEU de Madrid (2009-2011). Es académico de número de la Real Academia Hispano Americana de Cádiz, de la que fue director, y correspondiente de la Real Academia de la Historia y de otras importantes instituciones académicas y órdenes civiles españolas y extranjeras, así como secretario de la Cátedra Alfonso X el Sabio. Especialista en la Baja Edad Media española, ha publicado una docena de libros y más de cien obras de investigación sobre ese periodo. Una de sus principales líneas de trabajo ha sido el estudio de las relaciones entre cristianos y musulmanes en la frontera hispánica. Ha recibido diversos reconocimientos y premios por su obra investigadora. Es autor de numerosos artículos sobre temas de actualidad social y de divulgación.

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