El Hospital del Rey acogió en la tarde de ayer el acto solemne con el que el Colegio de Abogados de Melilla (Icame) puso fin a una semana de actividades en honor a su patrona, Santa Teresa de Jesús. El decano, Blas Jesús Imbroda, aprovechó la ocasión para reivindicar el papel de la Constitución, en su 40 aniversario. “Supuso un hito en la historia de España, un paso gigante e inmenso”, reiteró.
Con esta premisa, el decano del Icame subrayó que la abogacía tiene el deber de “defender nuestro estado social y democrático de Derecho”. Un hecho en el que insistió ante los tres nuevos letrados que, tras el acto de ayer, pasan a incorporarse al colegio melillense.
Imbroda puso en valor que España cuente con un sistema que garantiza cuestiones tan importantes como el derecho de defensa de todos los españoles, la independencia judicial o la presunción de inocencia. Por toda la época “convulsa” de la historia del país que se ha logrado superar, el decano rogó “una España en paz, en la que vayamos todos de la mano”.
En el acto de ayer también fueron reconocidos los letrados que llevan 25 años trabajando en Melilla en los distintos ámbitos del derecho. “Todos ellos son abogados de raza”, destacó Imbroda, quien valoró el “sufrimiento” que en muchas ocasiones genera la profesión, pese a la “inmensa satisfacción” que implica prestar un servicio público.
En esta semana tan importante para la abogacía, los representantes del Colegio de Melilla tuvieron la ocasión de reunirse con jueces decanos procedentes de todos los rincones de España, desplazados a nuestra ciudad con motivo de las vigésimo octavas jornadas nacionales de estos profesionales.
“El encuentro fue muy interesante”, reveló Imbroda. “Considero muy importante que la abogacía se siente y reflexione con los jueces, y que los jueces se sienten y reflexionen con la abogacía”, puso de manifiesto. Así, el decano reiteró que ambos colectivos son “imprescindibles” para el buen funcionamiento de la Justicia.
Por este motivo, el máximo responsable del Colegio de Abogados de nuestra ciudad incidió en que jueces y abogados han de ir unidos. “Es interesante que haya una mezcla y que cada uno expongamos nuestras demandas, nuestras quejas y nuestras dificultades diarias”, argumentó Imbroda. “Juntos podemos conseguir ser mejores para la sociedad”, subrayó.
En un momento en el que el fenómeno de la inmigración necesita un debate profundo, el decano puso en valor que las personas que emigran también precisan de una atención crucial por parte de la abogacía. “Los letrados están ahí para apoyar, distinguir y asesorar a personas tan vulnerables como las víctimas de trata o los refugiados políticos”, defendió.
Imbroda señaló que vivimos en un contexto en el que se espera de Europa y el mundo occidental una mayor implicación con las personas que inician un proceso migratorio en el que, en tantísimas ocasiones, se juegan la vida. “Que el Mediterráneo deje de ser un cementerio, haya solidaridad y se busquen soluciones para todas estas personas”, deseó el decano.
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