Justificaciones insuficientes

Estamos pasando una etapa -hace tiempo, ya- en que los políticos no suelen dar explicaciones de sus actos y de las decisiones que toman y, cuando lo hacen, se suelen salir por la tangente o resultan poco creíbles. Y esto no es bueno.

También llevamos tiempo en que los políticos usan como excusa o defensa el ya manido “y tú más” o se derivan al ámbito judicial las disputas políticas cuando no se consigue el resultado que cada parte pretende mediante el ‘parlamento’ o la negociación. Y esto tampoco es bueno, aunque sea lícito. Pero de esto ya daré mi opinión otro día.

Comento algunos temas en los que las explicaciones dadas por los responsables políticos no son más que excusas para justificar la poca eficacia de sus actuaciones o vanagloriarse de ellas retorciendo los argumentos o los datos.

Contrato marítimo. Ya tenemos a la vista el segundo “mejor contrato de la historia” y que, a mi entender, no satisface las necesidades y aspiraciones de los melillenses. De entrada, se ha bajado la subvención en 321.000 euros respecto a la ofrecida en el anterior. La delegada del Gobierno ha comparado el contrato actual con el de 2017 al 2019, lo cual no es lógico pues ni la situación fronteriza ni los tráficos marítimos de pasajeros (incluida la OPE) ni de mercancías en 2017-2019 admiten comparación con los de hoy. Ni siquiera con los del 2020-2021 ya ese contrato -licitado antes de la pandemia- tuvo una dotación inicial de 3,525 millones más un añadido para los cuatro primeros meses del año 21 de 3,760 millones -bien recibidos por las navieras- dada la situación derivada de la reducción de los desplazamientos y de la exclusión de nuestro puerto en la OPE anunciada por nuestros queridos y amistosos vecinos. Y encima nos “vendieron” los 22,3 millones del contrato sin especificar al principio que eran para dos años. Por tanto, la realidad es que se pasó de 7,285 millones en el 20 a 11,476 en el 21 pero baja a 11,155 millones en este último obviando que no ha subido un solo euro respecto al mejor contrato de la historia.

El esfuerzo económico del Estado -que no del Gobierno ni del Partido socialista- es insuficiente al mantener la subvención en unos 11 millones anuales, pues lo único cierto y real es que no bajan un solo euro en el precio de las butacas y solo 5 euros en los camarotes respecto al contrato anterior. No es suficiente que se justifique la bondad de este contrato en base a que el importe es superior a los de 2017-2019 o con la bonificación del 40% en el precio de los vehículos particulares pues ello afecta solo al 10% del total de los ingresos de las navieras y no todos viajamos con coche. O sea, el “chocolate del loro”.

Aparte, se han perdido dos rotaciones semanales respecto a 2020 y el que se incluya a Motril -como otro gran logro- perjudica a la línea de Almería. Hubiera sido digno de aplauso mantener las 6 rotaciones para ambos puertos y no dividirlas entre ambos. Se vuelve a permitir el uso de barcos con antigüedad máxima de 25 años en vez de 20 años como en los contratos desde el año 2019. Yo hubiese exigido en estos casos que la última adecuación de las instalaciones y acomodaciones (lo que se conoce como “refit” en la industria naval) no fuera inferior a 10 años, por ejemplo.

La única mejora real y efectiva del contrato – y que aplaudo, como es lógico- es que se elimina el tope de nº de plazas a las que se aplican los precios fijados en el nuevo contrato frente al límite de 200 plazas que impusieron “ex novo” en el anterior en perjuicio de los usuarios.

No veo el “enorme” esfuerzo económico del Gobierno -insisto que el esfuerzo es del Estado- que nos quiere vender desde la Delegación del Gobierno por mejorar nuestras comunicaciones: no reducen la edad de los buques, no mejoran las rotaciones, no mejoran los precios de las butacas que es la acomodación más demandada en las travesías diurnas. De haberlo hecho, eso sí que sería tener el mejor contrato de la historia y motivo para sacar pecho y ponerse medallas.

Claro, siempre quedará la iniciativa privada, pero compitiendo con “un brazo atado a la espalda” pues los precios de mercado ya estarán fijados por este contrato y la naviera que quiera competir en esos trayectos no tendrá la inyección de la subvención estatal, sea cual sea el importe final del contrato. Difícil panorama tiene Trasmediterránea para mantener las conexiones con Melilla tras la adjudicación a Balearia – a la que hay que felicitar por su estrategia- de los dos lotes tal como se ha anunciado extraoficialmente. Agradezco a la “Trasme” -así la conocemos en el gremio portuario- su voluntad de seguir apostando por nuestra Ciudad desde principios del pasado siglo si finalmente no resulta adjudicataria. Con el paso del tiempo veremos si los melillenses ven satisfechas sus necesidades y aspiraciones con este “magnífico” contrato.

OSP aérea. – Todo un “éxito” de gestión del actual Gobierno la recuperación de la OSP en las conexiones desde Melilla con Sevilla, Granada y Almería suspendidas por la pandemia, en el mismo paquete que las de Badajoz y la de Sevilla-Almería. No cabe duda que era una buena noticia. El “pero” llega cuando se comparan los precios fijados para estas conexiones con los de la OSP que se ha aprobado para los vuelos con/desde Badajoz. La Orden TMA/297/2021, de 29 de marzo mantiene las tarifas de referencias aprobados por el Consejo de ministros, en su reunión de 23 de febrero de 2018: Badajoz-Madrid: 90 euros y Badajoz-Barcelona: 110 euros. Mientras que las de Melilla se fijaron en 2018 en 85 euros para las de Granada y Almería y de 105 euros para la de Sevilla y también se han mantenido en este contrato de 2021.

Si analizamos las distancias recorridas en los distintos trayectos vemos que la tarifa por kilómetro recorrido desde Badajoz es de 0,14€ a Barcelona y de 0,27€ la de Madrid. Y las de Melilla, van de 0,30 €, 0,38 € a 0,47 € respectivamente.¿Por qué se “penalizan” los vuelos a/desde Melilla respecto a los de Badajoz con una tarifa por kilómetro bastante más alta? Si lo explicasen, a lo mejor podríamos entenderlo, pero como no lo hacen, deben entender que pensemos que hay “gato encerrado” y que no deben presumir tanto de su magnífica gestión. Podemos suponer que los aparatos que cubren las líneas de Badajoz no son los mismos ATR que vuelan a Melilla y ese podría ser una razón. Pero si quieren que les felicitemos por su gestión, consigan para Melilla la misma tarifa por kilómetro de 0,14 euros como el de Badajoz-Barcelona o, incluso, la media (junto con el de Madrid) a razón de 0,21 euros por kilómetro. Y si para ello es necesario el cambio de categoría de 2C a 3C -como siempre, anunciado “a bombo y platillo” pero “olvidándose” de decir el tiempo que va a tardar en ser efectiva- y que se amplie la pista para que operen los mismos aviones que en Badajoz pues “aporreen las puertas” que sean necesarias hasta conseguirlo y cuanto antes mejor. Entonces, podrán dar la vuelta al ruedo con las dos orejas y el rabo. Mientras, no salgan ni a saludar desde el burladero.

Bonificación al transporte de mercancías. En este tema es que ni siquiera justifican el no haber hecho nada. Se siguen olvidando de bonificar el precio de los transportes de mercancías. Sigue siendo muy costoso y continúa sin ser de aplicación la bonificación aprobada en los PGE desde 2017 a pesar de los requerimientos hechos desde la CEME y otras instancias. La razón del encarecimiento de los productos básicos (alimentos frescos, por ejemplo) desde el cierre fronterizo es consecuencia directa del coste del transporte marítimo. Y traer o devolver un producto a origen es tan alto que hasta los propios vendedores rechazan hacerse cargo de los envíos por su alto coste y no es por estar o no en la Unión Aduanera, aunque algunos piensan que es la panacea para nuestro desarrollo. Y no han movido un dedo para solucionarlo. En cinco años ninguno de los distintos Gobiernos de la nación – ni PP ni Psoe- han tenido la voluntad de redactar y aprobar el RD que debe regular el funcionamiento de estas bonificaciones ¿a qué esperan?

Si no quieren, no saben cómo o no pueden aplicar las bonificaciones que están aprobadas desde 2017 y que necesitamos, liciten un contrato para el transporte marítimo de mercancías, por ejemplo, desde Málaga para la carga rodada con un buque RO-RO con capacidad suficiente para 30 “tráilers”, con horarios adaptados a las necesidades de las empresas que necesitan posicionar mercancías frescas y perecederas en menos de 24 horas desde su origen y que admitan el embarque de mercancías peligrosas que se necesitan en la Ciudad como, por ejemplo. el oxígeno hospitalario o los artículos de pirotecnia entre otros.

La razón y la justificación de esta ayuda al transporte de mercancías es la misma que las del transporte de pasajeros y la que se aplica a subvenciones que ya disfrutan en Canarias y Baleares. No busquen más excusas para no hacerlo ni dejen pasar más tiempo, por favor.

Mejoras fiscales. Las peticiones hechas por algunos partidos en las enmiendas a los PGE de 2022 referentes a una mayor dotación para subvencionar los transportes de pasajeros aéreos y marítimos o las mejoras fiscales solicitadas desde el Gobierno de la CAM junto al de Ceuta -aunque eran buenas para ayudar a la reactivación de nuestra maltrecha economía- han sido rechazadas por el partido que sustenta al Gobierno. ¿Han dado explicación alguna? Ninguna, más allá de una etérea promesa de que se van a implantar a lo largo del año…

Espero que en el futuro no nos vendan humo, no se justifiquen con evasivas o “medias verdades” y, sobre todo, se pongan todos a trabajar en conseguir que los transportes -hacia y desde Melilla- sean asequibles para pasajeros y mercancías pues sin ello no vamos a poder salir de la actual situación endémica que sufre nuestra Ciudad.