El espacio en el que el niño se siente libre y puede jugar sin miedo es el recreo. Pero no siempre se logra que haya buena sintonía entre los pequeños. En el colegio Velázquez detectaron que había muchas peleas y enfrentamientos entre sus alumnos porque no sabían cómo jugar. Y es que se ha perdido la tradición de jugar en la calle para muchos de ellos y tampoco conocen juegos para entretenerse. Para evitar esa violencia y darles herramientas de juego nació ‘Recreo divertido’, un proyecto con el que este centro de Infantil y Primaria ha logrado reducir esas peleas.
El coordinador de la actividad, el maestro Juan Carlos, explicó a El Faro que otra característica positiva del proyecto es que son alumnos de sexto de Primaria los que enseñan a los de primero a tercero de esta etapa educativa a jugar. Se les ofrece una gran variedad de actividades, como jugar a las chapas, la rayuela, un circuito de obstáculos, dar en una diana, punto de penalti, saltar a la comba o el hula hoop. Se mezclan los juegos tradicionales con otros que van surgiendo para que no se aburran nunca.
El patio se divide en dos. En una mitad hay juego libre y en la otra se organizan estas acciones por parte de los alumnos de sexto porque es voluntario participar en estas actividades. Y a los chicos les encanta e incluso los usan para jugar en sus barrios. Es el caso de Raian. Subrayó que le gusta sobre todo tirar el balón a una diana.
Y los monitores también se lo pasan bien. Noor y Sara indican que los alumnos más pequeños del Velázquez suelen hacerles caso y que se divierten con ellas.
Pero lo cierto es que no todo es jugar. La lectura es un pilar importante del colegio. De hecho, como nos comentó la maestra María del Mar, de sexto A, todos los días en todas las clases se comienza con una lectura. Indicó que, a veces, son escogidas por los alumnos, y otras son los maestros los que determinan qué se lee porque esté relacionado con la lección, por ejemplo, de naturaleza.
Y es que la Biblioteca del centro es un espacio muy especial para el Velázquez. Además, lleva el nombre de una sus maestras y la persona que más luchó para contar con este edificio y sus recursos: Alicia Sáez.
Tampoco se entienden las clases del Velázquez sin el uso de las pizarras digitales. Ahora estrenan unas pantallas nuevas que, según la maestra María del Mar, son una gozada porque se borra lo que se escribe en un momento sin llenarse de polvo y porque permite aportar muchos contenidos audiovisuales a los estudiantes. El libro no es suficiente. Aseveró que con los vídeos que hay en el aula virtual se hace un refuerzo de la lección.
María del Mar es una de las profesoras que lleva más tiempo en Primaria y Carmen, maestra de Infantil, también lo es de esta otra etapa educativa. Lleva 49 años en la profesión y no se cansa, aseguró, de los que 33 ha ejercido en el Velázquez. Ella usa las canciones para hacer llegar la lección a los pequeños de su aula. Le cantan al invierno y a los días de la semana. Con sus ‘lápices mágicos’, como asegura Carmen, los pequeños pintan grandes dibujos.
Pero para conocerla hay que irse a otro edificio y es que parece que el sino de este centro sea estar dividido. La maestra de Música Verónica comentó que el Velázquez nació 1971 ya dividido en varios edificios. En la actualidad hay uno principal donde está Primaria, otro para la Biblioteca y uno más para el aula de Educación Musical y, a dos manzanas otro edificio para los alumnos de Infantil.
No obstante, esa separación no influye en el lema de los maestros: “Apostar por la educación con la intención de que los niños tengan un futuro lleno de conocimiento, creciendo felices y amando el esfuerzo y el trabajo”.
En la clase de Infantil de la seño Carmen se comienza todos los días cantando para empezar con alegría. Subrayó que es una forma de enseñarles las estaciones del año, los números o el abecedario. No se cansan de cantar y durante ese rato están muy centrados en la canción. Además, esto les ayuda a memorizar. Si es que tiene hasta una canción para cuando los niños no le hacen caso y ellos también la cantan: “Tengo una pena en el alma”.
Carmen lleva 49 años siendo profesora de Infantil, de los 33 ha ejercido en el Velázquez. Ha visto pasar a tantos alumnos por sus clases que dijo que no puede quedarse con ninguno en especial, aunque confiesa que los niños de educación especial son los que más le han tocado el corazón. Afirmó que le llaman la atención por la calle y que algunos de aquellos niños tienen ya 20 años y casi no los recuerda, pero le agrada que ellos sí que la tengan en la memoria.
María del Mar, la maestra de sexto de Primaria A del colegio, explicó que se comienza siempre con una sesión de lectura y que está implantada la medida en todas las clases del colegio. Subrayó que unas veces los alumnos leen algún libro que les guste y, en otras ocasiones, la lectura es dirigida, por ejemplo, que esté relacionada con un tema de Sociales. Y luego las clases para los chicos continua con las asignaturas de siempre. Aunque este curso es diferente a otros. Hay que estudiar más como nos dice Noor. Y además, es el último año para estos estudiantes que, como dice, Hamete, echarán de menos a muchos de sus compañeros porque no todos podrán ir al mismo instituto.
La maestra Verónica de Educación Musical explicó que el colegio nace 1971 con el nombre de Centro Nacional Mixto Velázquez y comienza con 26 unidades, pero distribuidas por varias zonas de la ciudad. En 1977 se crea el colegio León Solá y coge algunas de ellas, por lo que el Velázquez se queda con once aulas, pero que seguían desperdigadas, como por el Tesorillo, la calle Millán Astray o Miguel Zazo y se mantiene así hasta 1982 cuado esas clases pasan al Huerto de las Cañas, que es lo que se conoce ahora como la Comandancia de la Guardia Civil, y se aprovecha para crear un aula de Educación Especial. Al año siguiente se tiene que sumar otra clase más de Primaria. Pero en 1985 se acercan las aulas a la Casa de la Juventud, aunque no será hasta 1987 cuando se constituye el edificio principal del centro. Aún así las aulas de Preescolar seguían en la Gota de Leche. El Velázquez no para de crecer en estos años. Se suman aulas, alumnos y se diseña el escudo. Pero el edificio de Primaria se queda pequeño y se diseña una biblioteca a la que se llamó como la profesora que más luchó por contar con ésta: Alicia Sáez. También se creó el aula de Educación Musical en otro edificio. Y en 2014 Verónica hace un himno con el que los alumnos agradecen el aprendizaje y los recuerdos que se llevan. Ahora cuentan con pizarras digitales, un trabajo del maestro Mustafa. Aunque las clases de Infantil siguen separadas en un edificio que hay a dos calles.
La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…
En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…
De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…
Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…
Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…