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La ayuda de los lectores es básica para conocer infracciones graves que se cometan en Melilla
Sobre el mediodía de ayer, un lector de El Faro se ponía en contacto con la redacción de este periódico para informar de una conducta incívica de la que había tenido noticia. No sólo incívica, sino que además podría derivar en consecuencias fatales de no ponerse remedio a tiempo.
Esta persona nos facilitaba un vídeo grabado anteayer por un ciclista que bajaba por la empinada carretera que lleva a los cortados de Aguadú. Allí observó que había numerosos tramos en los que los desagües habían sido desprovistos de las rejillas que los cubren.
Según esta fuente, un grupo de niños habían sido observados por la zona “jugando con las tapas de los desagües”. Un juego sin duda muy peligroso, pero no para quienes lo practican, sino para los que esperan que la carretera se encuentre en condiciones normales.
Según otro melillense, si se bajaba en bicicleta por la zona, “uno no ve el agujero hasta que prácticamente se cae al suelo”. De ahí la necesidad de que la Ciudad actuara con prontitud para arreglar los efectos de esta gamberrada.
Este diario informó al consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, de lo ocurrido en la carretera de Aguadú. Al cierre de esta edición, Quevedo hizo saber a este periódico que la empresa responsable de reparar este tipo de desperfectos ya había solucionado el problema y que la calzada ya se encontraba en condiciones normales para la circulación.
El Faro agradece al ciudadano anónimo su llamada para informar de este suceso y al área de Medio Ambiente su rápida respuesta a la situación.
Es increíble que haya personas, que vean como algo divertido dañar el mobiliario urbano o las infraestructuras de la ciudad, máxime cuando no es difícil comprender que sus actos pueden tener graves consecuencias. Por ello, desde esta página animamos a los lectores a que nos hagan saber de cualquier acto vandálico del que tengan noticia, pues no permaneceremos de brazos cruzados.