Categorías: Sociedad

Juegos de vasos para desmontar la diversión que crea un botellón

Tribu Team visita los fines de semana a los grupos de adolescentes que beben en la calle para hablarles sobre lo nocivo que es el alcohol para su salud.

Es sábado por la noche. No hay nada que hacer en Melilla. Son muy pequeños para entrar en las discotecas y muy mayores para andar comiendo golosinas en un parque. Son chicos de entre 15 y 18 años cuya única diversión es participar en un botellón. Son muchas las razones que les llevan a comprar botellas de ron y vodka y beber hasta que llega la hora de volver a casa. Está tan arraigado el botellón para esta generación que los chicos de Tribu Team Melilla lo tienen muy complicado para hablar con ellos de los efectos nocivos que tienen el alcohol y las drogas en su salud. La mejor forma de sacar el tema es jugar con ellos. A través de unas pruebas con vasos y lápices el equipo Tribu consigue ganarse la confianza de los jóvenes y profundizar en los motivos que llevan a los chicos de 15 años a beber sin control en pocas horas.
El objetivo de Tribu Team es mostrar a los adolescentes cómo les está afectando y les va a afectar el consumo de bebidas alcohólicas y las drogas. Un equipo de dos monitores sale todos los viernes y sábados en busca de estos grupos. El proyecto continuará hasta finales de año. 
Javier Salmerón, monitor del proyecto, explicó a El Faro que la única forma que hay para charlar con chicos que están de botellón sobre lo perjudicial que es para ellos esta actividad es ofrecerles unos juegos. Afirmó que si llegas a ellos con el discurso de que el alcohol es malo se quitan del medio y no escuchan nada de lo que tengas que decir. Los componentes de Tribu Team son gente joven y eso también ayuda que los adolescentes acepten participar en sus propuestas. 

Vamos a jugar
Con varios vasos en la mano los participantes deben conseguir que el único de color diferente llegue al final de la torre. También está el juego del lápiz. Este objeto se pone en el reverso de la mano y tras lanzarlo, hay que cogerlo con los dedos. Son juegos de niños, pero no son tan fáciles de hacer cuando llevas tres copas de ron.
Tribu Team se acerca a un grupo de jóvenes, les ofrece participar en los juegos y entre ellos, señalan al adolescente que más ha bebido y el que menos. Entre ellos dos se desarrolla la competición. Es la única forma que tienen los monitores de Tribu Team de mostrar a los chicos que los reflejos y la capacidad para pensar se ralentiza a medida que consumen alcohol. 
La cosa se complica cuando sacan de la mochila ‘Simón dice’, es un juego de luces. La máquina realiza una secuencia de luces y la persona debe reproducirla, pero es imposible para un adolescente que ha tomado dos copas. Hay que tener memoria y reflejos y eso es incompatible con la acción de beber cubatas. 
Estos sencillos juegos permiten a Tribu Team mostrar los efectos que pueden parecer graciosos cuando estás de botellón, pero que se pueden convertir en muy peligrosos si estos chicos deciden volver en moto a sus casas. De la misma forma que no han visto la luz de ‘Simón dice’, su cerebro tarda en darse cuenta de que el semáforo por el que acaban de pasar estaba en rojo. 
Mientras que los adolescentes juegan a ver sus reflejos, los monitores de Tribu Team les preguntan  cómo se sienten, qué hacen de botellón y por qué están allí. Pocos adultos se entretienen en escuchar lo que dicen estos adolescentes. Simplemente piensan que son unos borrachos y delincuentes en potencia, en lugar de ver qué lleva a un chico de 15 años a beber cuatro copas de ron y volver a casa arrastrándose tres horas más tarde. ¿Qué encuentran en el botellón que merezca la pena emborracharse y pasarlo mal al día siguiente? 

Los motivos
Tribu Team asegura que los adolescentes están de botellón porque hay otros jóvenes allí. Se juntan todos en un mismo espacio y se mueven de grupo en grupo saludando a gente o conociendo a otros chicos de su edad. Ése es el principal motivo que les lleva a hacer botellón. El segundo es que cogen el puntillo, es decir, la sensación de que la realidad es otra y de que son felices. El puntillo dura muy poco, pero a muchos les permite dejar de lado sus problemas con los estudios y la familia.
¿Habría otra forma de que el puntillo se encontrara en otro lugar que no fuera un vaso de tubo lleno de ron? Sí y eso es lo que propone Tribu Team. Ver una película, hacer deporte o bailar son buenas maneras de dejar los problemas a un lado. 
Pero es que en Melilla hay pocas opciones de ocio alternativo. Los chicos piden a Tribu Team que organice otras formas de divertirse y que sustituya al botellón. Durante el verano un numeroso grupo de chicos se animó a participar en los concusos y talleres de Tribu, pero finalizaron en septiembre.
Los monitores de Tribu aseguran que esos chavales no están ahora en los botellones porque han entendido que lo de beber alcohol hasta perder la conciencia no les ayuda ni les sirve para nada. Aún así necesitan más actividades para que otros chicos dejen de encontrarse en un lugar de Melilla con vasos llenos de bebidas alcohólicas en las manos y opten por charlar en lugares donde su salud no esté en juego.

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