Juan Carlos I pidió visitar Ceuta y Melilla, "una cosa muy difícil", antes de acabar su reinado

El exministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación Miguel Ángel Moratinos ha revelado que el rey Juan Carlos le pidió "una cosa muy difícil" cuando era ministro, ir a Ceuta y Melilla, los únicos lugares de España que no había visitado durante su reinado, consciente de la incomodidad que podía suscitar en Marruecos.

"Veía que los años pasaban y que su tiempo de monarca se terminaba y no quería irse sin haber visitado todo el territorio nacional", ha comentado el exministro, quien se ha congratulado de que se pudiera cumplir esa "obsesión legítima" del Rey gracias a la buena interlocución que había entonces con las autoridades de Rabat.

Moratinos se ha referido a este episodio durante un coloquio con los también exministros de Exteriores Javier Solana, Josep Piqué y José Manuel García-Margallo, organizado por la Asociación Diálogo en Madrid con el título "La Corona en la política exterior de España".

Entre otras cuestiones, Moratinos tambiénha destacado que Juan Carlos I  tuvo un papel decisivo en la normalización de la relación entre Estados Unidos y Cuba tras un encuentro que mantuvo con el presidente estadounidense, Barack Obama, en 2010.

El que fue jefe de la diplomacia española entre 2004 y 2011 con José Luis Rodríguez Zapatero ha destacado que Juan Carlos I fue un "gran mediador" y lo puso de relieve en numerosas ocasiones, como cuando fue a ver a Obama a la Casa Blanca en febrero de 2010.

"Hubo un almuerzo con Obama y se habló de Cuba. De esa comida surgió la normalización entre Cuba y Estados Unidos y la llevó el Rey", ha asegurado Moratinos para subrayar esa contribución en el restablecimiento de relaciones entre EEUU y la isla en abril de 2015, en la recta final del mandato del anterior presidente estadounidense.

Moratinos también ha contado que don Juan Carlos le pidió "una cosa muy difícil" cuando era ministro, ir a Ceuta y Melilla, los únicos lugares de España que no había visitado durante su reinado, consciente de la incomodidad que podía suscitar en Marruecos.

"Veía que los años pasaban y que su tiempo de monarca se terminaba y no quería irse sin haber visitado todo el territorio nacional", ha comentado el exministro, quien se ha congratulado de que se pudiera cumplir esa "obsesión legítima" del Rey gracias a la buena interlocución que había entonces con las autoridades de Rabat.

Para elogiar el papel trascendental que don Juan Carlos tuvo en política exterior, García-Margallo ha confesado otro momento en el que medió para resolver una situación complicada con Estados Unidos, cuya relación, a pesar del cambio de gobierno en 2011, aún estaba condicionada por la retirada de las tropas de Irak en 2004.

En su primer encuentro con su colega estadounidense, Hillary Clinton, García-Margallo había planeado con el Rey que le telefoneara un cuarto de hora después de que hubiera empezado la cita.

"La reunión no empezó bien", recuerda García-Margallo, porque Clinton "planteó la posibilidad de retirar las bases de Morón y Rota, lo que hubiera supuesto un cambio de peso geoestratégico para España".

"Entonces llamó el Rey, se lo pasé a Hillary y a partir de ahí, nos hicimos muy buenos amigos y aquello funcionó", ha relatado el que fue ministro de Exteriores en el primer mandato de Mariano Rajoy.

A juicio de García-Margallo, ejemplos como éste corroboran "el enorme activo que hay en la Corona y la capacidad del Rey de representar a España fuera".

En el coloquio celebrado en la sede de la Fundación Carlos de Amberes, Solana y Piqué se han unido al elogio al papel que desempeñó el rey Juan Carlos en su vertiente diplomática.

"Solo puedo decir cosas buenas", ha resumido Solana para alabar la relación que tuvo con Juan Carlos I desde la primera reunión que el PSOE mantuvo con el monarca tras la muerte de Franco en 1975, a la que asistió junto con Felipe González.

Piqué, responsable de la diplomacia española con José María Aznar, ha definido al rey Juan Carlos como "la persona más intuitiva que ha conocido" y con una notable "capacidad de empatía".

"Lo dice de una manera que no genera rechazo, sino una corriente de confianza. Ese carácter no es el carácter del presidente Aznar. Son personalidades distintas. Quiero romper el mito de que no se llevaban bien. Se llevaban bien a su manera", ha explicado Piqué a la pregunta de si fue con el entonces líder del PP con el que el don Juan Carlos tuvo una relación menos fluida.

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