El joven argelino que perdió la vida hace seis días al tratar de colarse en un barco, Hecham M., no murió al caer del camión en el que iba escondido, como informó en un primer momento la Delegación del Gobierno a los medios a través de un comunicado. Según afirmaron fuentes solventes a El Faro, el polizón de 26 años falleció en los bajos del vehículo como consecuencia de un aplastamiento.
Estas fuentes explicaron que la muerte de Hecham se produjo en el momento en el que el camión subía la rampa para acceder a la bodega del barco con destino a Motril. Todo apunta a que, debido a la inclinación de la cuesta, una de las piezas entre las que el joven estaba escondido se deslizó e hizo una fuerte presión en la zona pulmonar.
Esta opresión fue la que ocasionó el estallido de los órganos y hemorragias internas con consecuencias fatales.
Repatriar el cuerpo
Como ya informó este diario en su edición del sábado, fue el viernes cuando se terminó de practicar la autopsia para determinar las causas de la muerte. Desde entonces, el cuerpo permanece en la morgue del cementerio municipal.
Hecham llevaba diez días residiendo en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y, según aseguraron allegados al joven, intentó en numerosas ocasiones colarse en un barco como polizón para llegar a la península.
Este periódico pudo saber a través de varias personas del entorno de Hecham que contactaron con El Faro que la familia tiene el deseo de repatriar el cuerpo para enterrarlo en Argelia. Sin embargo, se trata de un proceso complicado.
Analizar el caso
Fuentes próximas al Consulado de Argelia en Alicante, que es el que, entre otros territorios, abarca el de la ciudad autónoma de Melilla, señalaron a El Faro que ayer fue el primer día en que este organismo tuvo conocimiento de la muerte de Hecham.
Fue a través de la llamada de miembros de la Policía Nacional, que trataban de completar los trámites de la identificación del joven fallecido a los 26 años.
Estas fuentes señalaron que el Consulado de Argelia suele intervenir en la repatriación de las personas que se encuentran inscritas en el mismo.
En este sentido, apuntaron a que el caso de Hecham tendría que ser estudiado, ya que el joven todavía no tenía arreglada su documentación, sino que se encontraba en situación irregular.
Un proceso “caro y difícil”
El presidente de Pro Derechos de la Infancia (Prodein), José Palazón, explicó que las repatriaciones suelen ser bastante difíciles y caras. Pueden llegar a rondar los 6.000 euros, indicó. Para que se haga el traslado, primero se tiene que acreditar el vínculo, para lo que es necesario el desplazamiento de algún miembro de la familia, con los gastos que conlleva, además del resto de trámites.
Según recordó, ayudó a una familia para llevar el cuerpo de un fallecido de Marruecos a Camerún. “Después de mucha presión, Marruecos terminó haciéndose cargo de la repatriación”, afirmó.
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