Fuentes consultadas por El Faro informaron de que el pasado viernes un joven acogido en La Purísima agredió a uno de sus monitores cuando se encontraba en el interior de su vehículo. Este acto violento se produjo con un cuchillo, pero el monitor no sufrió ningún daño más allá del susto. El agresor intentó huir, pero dos vigilantes consiguieron retenerle hasta la llegada de la Guardia Civil. Los agentes se lo llevaron detenido, pero estas fuentes denuncian que haya vuelto sin más al centro de acogida a pesar de esa agresión tan violenta al monitor. Éste último se ha cogido unos días de vacaciones. Estos hechos están denunciados ante la Guardia Civil. Sin embargo, estas fuentes se preguntan cómo se deja ir de nuevo al centro a ese menor sin más.
Informaron de que el viernes por la mañana uno menor acogido tuvo una discusión o pelea con un monitor. El adulto se metió en su coche y el joven aprovechó un descuido de las personas que lo habían separado de esa discusión para coger con un cuchillo e intentar agredir con él al monitor metiendo la mano por la ventanilla y rozando la altura del cuello. Creen los testigos presenciales que quería darle una puñada en esa zona del cuerpo.
Aunque no le dio, el joven salió corriendo, pero fue retenido por unos vigilantes de seguridad que lo consiguieron reducir hasta la llegada de la Guardia Civil.
El agresor fue detenido, pero la sorpresa para las fuentes que denunciaron esta agresión en El Faro fue verle de nuevo en La Purísima como si no hubiera pasado nada a las pocas horas. Denuncian la indefensión de los trabajadores del centro ante este tipo de chicos y se preguntan qué pasará si de nuevo tiene una actitud tan violenta como la del pasado viernes.
No comprenden cómo no se ha ingresado a este joven en el centro de reforma o se le ha impuesto algún tipo de ‘castigo’ tras su acto del otro día. Por ello, indicaron que los jóvenes amenazan, pelean o intentan actos más violentos porque saben que no les va a pasar nada y que no tienen consecuencias estos actos, cuando deberían saber que su comportamiento tiene consecuencias.
¿Hasta cuando vamos a tener que aguantar a estos menores en Melilla? ¿Cuándo se van a tomar medidas drásticas contra estas personas que han sufrido la dejadez absoluta, la cual repercutirá de por vida en su psicología y que hará difícil cualquier tipo de integración? ¿Acaso no lo ven? ¿Hay que esperar a que maten a alguien para tomar medidas? ¿Hay que esperar a que violen para tomar medidas? Este problema está a punto de explotar en nombre de sus ideales. Tomen medidas drásticas antes de que sucedan actos mayores e irreversibles a los melillenses. Estamos hartos de estos chicos.
Existe un tratado firmado entre España y Marruecos desde hace ya bastantes años para la repatriación de menores marroquíes cuyas familias y domicilios en Marruecos están perfectamente identificados. Dicho tratado se incumple sistemáticamente por la NarcoDictadura marroquí, que instrumentaliza a sus menores como uno de sus elemenos de presión y chantaje permanentes a España. El asqueroso sátrapa marroquí que es más rico que Isabel II de Inglaterra y se compra palacetes de lujo y yates en plena pandemia mientras sus súbditos se hunden en la miseria encima nos lanza a sus menores. A mí me daría asco, pena y vergüenza propia y ajena ser marroquí y aguantar los despropósitos de ese monarca bananero feudal, Don Kahbún VI.
Los sucesivos gobiernos españoles (del PP y del PSOE) se han bajado los pantalones ante el dictador marroquí ya que parece que las relaciones económicas priman sobre este gran problema social que nos traslada Marruecos y que España no tiene por qué tragarse pero de hecho, lo hace. Por otra parte, la ley en España parece que no permite la devolución rápida o en caliente de estos menores. Dicha ley, evidentemente, tiene que ser cambiada. Cuando las cosas se hacen rematada y negligentemente mal desde un inicio, pasa lo que pasa: de aquellos polvos, estos lodos
La consecuencia de estos actos debería ser la repatriación a su País y la prohibición de entrar en Europa, esa sería ka mejor forma de que estos actos no volvieran a suceder. Qué estamos esperando a que ocurra una desgracia para poder actuar? .Gente que no se sabe integrar en nuestra sociedad no merece estar entre nosotros.