Con más de tres décadas como corresponsal de la cadena de noticias estadounidense CNN, el periodista melillense José Levy constituye un legítimo orgullo de la ciudad autónoma.
Nacido en 1958, Levy cumplió estudios de Biología y Medicina en la Universidad de Barcelona, y hacia 1983 comenzó a realizar trabajos periodísticos para medios de comunicación españoles y estadounidenses.
Seis años después daría el gran salto en su carrera cuando fue incluido en la programación en español de CNN, de la cual primero fue corresponsal jefe en el Medio Oriente y después, corresponsal internacional principal.
En su expediente profesional abundan las coberturas de alto vuelo. Para muestra, estos botones: Levy ha sido enviado especial en sucesos como la caída del Muro de Berlín, el desplome de la Unión Soviética, la muerte del Papa Juan Pablo II, la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, la tragedia del submarino nuclear ruso Kursk, los ataques terroristas en Londres y Madrid, el proceso de extradición de Augusto Pinochet, el deceso y los funerales del presidente Hafez al-Assad de Siria o la elección del Papa Francisco.
Al melillense le asiste el privilegio de informar sobre el actual Sumo Pontífice, a quien ha calificado como un ser excepcional.
En su hoja de servicios también cuenta la única entrevista concedida por el fallecido presidente cubano Fidel Castro el día de su primer encuentro con el Papa Juan Pablo II en Roma.
Si todo lo antes dicho no bastara para dar una idea de la alta cotización de su trabajo periodístico, agregue a la receta sus conversaciones con políticos latinoamericanos como Alberto Fujimori, Alan García, Violeta Chamorro, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas, Ernesto Samper, Álvaro Uribe, Eduardo Frei, Sebastián Piñera, Laura Chinchilla, Porfirio Lobo, Leonel Fernández, Fernando de la Rúa y Rafael Correa, o sus entrevistas a líderes del Medio Oriente como Yasser Arafat, Ariel Sharón, Isaac Rabin, Shimón Peres y Benjamín Netanyahu.
Melillense del año 2018
A finales de agosto de 2018, el entonces presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, anunció que Levy había sido elegido como Melillense del Año, un reconocimiento que se otorga a personajes relevantes que llevan el nombre de esta tierra por todo el mundo.
Entrevistado para las cámaras de CNN, Levy ha dicho más de una vez que todavía se emociona cuando hace mención a su ciudad natal.
“Melilla es mi origen –dice. Mi patria chica. Mi familia. Mi esposa. Es todo lo que yo soy. Yo mamé la interculturalidad en esa pequeña, pero inmensa Melilla. Ahí fue donde tuve la oportunidad de convivir desde pequeñito con musulmanes, cristianos, judíos, hindúes... Desde entonces pude absorber ese acervo intercultural maravilloso que me ha ayudado muchísimo posteriormente en mi carrera”.
Doctor en Filosofía de la Universidad Hebrea de Jerusalén y Profesor Honorario de la Universidad de Santa María en Venezuela, este “hombre ecuánime sin ningún tipo de sesgo sectario” –como lo definió Imbroda- es autor de los libros ‘Testigo Directo-Viviendo la Noticia con CNN’ y ‘Terror Alerta ISIS’, y mereció el nombramiento de ‘Personalidad Iberoamericana del Año’ en el 2016.
Sabiduría y humanidad en una sola pieza
Lo que sigue son frases extraídas de algunas entrevistas concedidas por Levy.
“Ha sido un verdadero privilegio el haber podido estar en los últimos 30 años informando de los enormes cambios que ha vivido la humanidad en este tiempo. A veces han sido momentos trágicos, de guerra, de derramamiento de sangre y otras veces han sido de alegría, como puede ser la elección del primer papa latinoamericano, Francisco”.
“No se entiende Oriente Medio sin la división entre musulmanes chiíes y suníes. Es la base de la conflictividad religiosa, social y política de estos países. El resto de factores son secundarios. Los suníes son el 85% de los musulmanes, guiados por Arabia Saudí y Egipto, mientras que los chiíes suponen un 10% del total y encuentran en Irán su principal bastión, aunque también tienen una importante presencia en Irak y son minorías muy influyentes en Yemen, Siria y Líbano. En el pasado, aparcaron sus rencillas para hacer frente al enemigo común: Israel. Hoy la realidad es otra: los países suníes, junto con Israel, forman un frente contra Irán, cuya influencia en la zona aspiran a detener, sobre todo en vista de que Irán pueda hacerse con su propio arsenal nuclear”.
“En 2015 hubiese dicho que Al-Ásad iba a desaparecer, bien porque lo asesinaban o bien porque huía. Pero no tuvimos en cuenta la fuerza con la que un nuevo actor iba a aparecer en escena: Vladímir Putin. Su interés es puramente geopolítico. A través de su base naval en Tartús, Siria es la auténtica salida de Rusia al Mediterráneo. El armamento y la intervención rusa permitieron a Al-Ásad retomar pueblo a pueblo y casa a casa el control del país. Mi impresión es que todavía tenemos Al-Ásad para rato. También considero que, si quiere gozar de estabilidad, necesita dialogar con la oposición”.
“La importancia que se les da a las guerras depende en gran medida de los medios. A mayor violencia, mayor difusión, mayor audiencia. A la hora de adjudicar su atención, el mundo es muy caprichoso. ¿Quién se acuerda hoy de Siria? Por triste que parezca, los criterios de la actualidad informativa no están regidos por intereses humanitarios y democráticos. Ahora los ojos están puestos en la pandemia y se ha reducido la capacidad de ayuda internacional”.
“(Durante la Guerra del Golfo) había el temor de que Irak pudiera atacar a Israel con armas químicas. Cuando se produjo un primer bombardeo debíamos encerrarnos en habitaciones, donde con cintas adhesivas se tapaban puertas, ventanas, todo lo que podría ser una entrada de aire que podría estar contaminado. Dos de mis tres hijos estaban ahí, con máscaras antigás, de 4 y 5 años de edad, mi hijo soltaba una mucosidad de la nariz y quería quitarse la máscara, yo creo que fue la única vez en mi vida en la que emplee fuerza contra él para impedir que se la quitara. A mi hija se le movían las piernas, temblaba, y yo le decía: ‘Tranquilízate, no pasa nada’. Ella me respondió: ‘Yo estoy tranquila papá, lo que pasa es que las piernas se mueven solas’. Mi familia sufrió una de las consecuencias de los conflictos de la zona, para mí fue especialmente doloroso. Pero igual ha habido muchos momentos de alegría, y eso compensa”.
“Es un deber supremo de los periodistas entender que existen distintos lados, que existen distintas opiniones, aquel que quiera informar sólo sobre uno de esos lados, que se haga político o vocero, pero no periodista. Cuando el periodista pierde su credibilidad, se puede decir que lo ha perdido todo”.