Categorías: Cultura y Tradiciones

José Heredia: “Ya es hora de que se reconozca a los gitanos como una cultura en Melilla”

¿Desde cuándo está presente la comunidad gitana en Melilla? ¿De dónde vino? ¿A qué se dedicaban? Estas preguntas son las que se hacía José Heredia.

Con un miedo. Si no se contaba ya, se corría el riesgo de que la historia se perdiera, puesto que, para contarla, había que recurrir a los gitanos más ancianos de la ciudad. 'Con nombre propio' nació con el objeto de ser el primer documento escrito sobre la historia de esta comunidad. El pasado 28 de abril se presentó en nuestra ciudad, pero el viernes pasado lo hizo en la Feria del Libro de Marbella para aquellos pobladores gitanos que llegaron a la ciudad desde Málaga.
–¿Cómo surge la idea de publicar un libro sobre la comunidad gitana en Melilla?
–Son muchos motivos los que han hecho posible que este libro se pueda escribir. En 2014 me concedieron una beca desde el Instituto de las Culturas para hacer un proyecto de investigación sobre la cultura gitana en la ciudad. Pensamos también que cuando desaparezcan los gitanos mayores que tenemos, buena parte de nuestra historia y las nuevas generaciones no van a tener acceso a ellas.
–Lo que supone este dato es que constata que al menos desde 1884 hay presencia de gitanos en la ciudad, ¿no?
–Claro. Entrevisté a gitanos mayores, entre ellos, a miembros de las familia Núñez, que son los que están registrados en esa fecha. También a miembros de la familia Herecia Amaya, que llegaron en 1892, otros de la familia Aguilera Cortés que llegan en 1893 y 1894. A través de estas entrevistas conseguí los apellidos, la información. En el registro y archivo histórico de la ciudad encontré datos de ellos. Aparecieron padrones muy antiguos, de 1880.
–Ha tenido que ser complicado recabar toda la documentación si no había nada escrito sobre dicha comunidad en Melilla.
–Es complicado y sobre todo hay que dedicarle mucho tiempo. He invertido más de un año y medio en hacer un trabajo de campo, a visitar a gitanos y gitanas mayores, ir a su casa un día tras otro. Escuchar sus historias, transcribirlas. Irme después con esos datos al registro y al Archivo Histórico de la ciudad y a los archivos parroquiales. Requiere muchas horas escribir un libro que tiene todas las páginas en blanco y que no sabes cuál es el hilo del que tirar para continuar escribiendo.  
–¿Sobre estas entrevistas personales, ¿qué historias, relatos o anécdotas le han comentado que le hayan causado impresión o sorpresa?
–Sentarme en el salón a charlar con un gitano o gitana mayor tomando un café me ha enriquecido mucho como persona, porque te explican y te comentan unos valores y principios como persona que hoy se están deteriorando en la sociedad. Muchos me comentaban lo que era el verdadero valor de la solidaridad, algo que ha sido un pilar de nuestra cultura. Otra de las cosas en las que todos estaban de acuerdo es que nunca se han sentido discriminados en Melilla, aunque sí es cierto que algunas gitanas mayores tenían una espinita clavada en el corazón porque siempre que se habla de culturas en Melilla se hacía de cuatro y no de cinco, sin incluir a la gitana. Somos diferentes al resto y tenemos principios culturales que nos diferencian y ya es hora, después de que llevamos aquí muchos años, de que se nos reconozca como una cultura más.
–¿Puede deberse a esa buena convivencia y a esa falta de reivindicación por parte del pueblo gitano el que hiciera que pasara “desapercibida”?
–Quizá puede haber habido dos factores. Uno, que en el momento de promoverse todo esto en el año 1990 no hubiera gitanos que hubiesen estado en dichas reuniones para incluirnos como una cultura más reconocida en la ciudad. Otra es la voluntad política de aquel momento. Estos dos factores no dieron lugar a ello.
-¿Cómo ha evolucionado la comunidad gitana desde que llegaron hasta nuestros días?
–En oficio, cuando los gitanos llegan a la ciudad muchos se dedicaban a la fragua, a dar forma al hierro. De hecho, los gitanos que llegan a la ciudad a final del siglo XIX los contrata el Ejército para poner herraduras a los caballos. En este caso, vinieron desde la provincia de Málaga y de Cádiz. Los contrata el Ejército, porque se estaba librando una gran batalla en la ciudad, la guerra de Margallo y necesitaban a buenos herreros para poner a punto a los caballos y estar preparados para la guerra. Es cuando contratan a la familia Heredia Amaya y Aguilera Cortés, que son de Málaga. A principios del siglo XX los gitanos que llegan se dedican, sobre todo, a la venta ambulante y en la hojalatería.
–De alguna forma, esta presentación del libro en Marbella, ¿es un homenaje a estos primeros pobladores gitanos de Melilla?
–Los gitanos tenemos mucha facilidad para pasar información y los que vivimos en esta ciudad tenemos familiares en el resto de la península y muchos de ellos están en Málaga. Entonces se corrió la voz entre la comunidad de que había un libro donde aparecían sus familiares. En Marbella siguen viviendo descendientes de esas personas. El libro llega a esta zona y las asociaciones gitanas solicitan que se presente el libro en Marbella. Se lo mostraron a la responsable de Cultura, Gema Mirón, y tras leer el libro me propuso presentarlo en la Feria del Libro. Me pareció genial la idea, después de tantas horas de trabajo y esfuerzo.
–Una vez encaminado en la investigación, ¿vendrán más?
–Se han puesto en contacto conmigo desde Barcelona y Tenerife. En la isla lo podré presentar el próximo año, en enero.

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