Cultura y Tradiciones

Jesús Blasco, Lux de Bronce de los Goya de Fotografía: "Soy un contador de historias"

El fotoperiodista melillense Jesús Blasco de Avellaneda ganó este jueves 25 de noviembre el Lux de Bronce en los Goya de la Fotografía profesional en España con "Superviviente", un retrato de un migrante camerunés, feliz, tras saltar la valla de Melilla.

Blasco, que el año que viene cumple 25 años de fotoperiodista, siguió de forma virtual la gala de la entrega del premio, que concede la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España, en Barcelona. Con El Faro ha hablado de su trabajo, de sus premios y de lo que le da vida: contar historias.

¿Qué significa este premio para Jesús Blasco?

Tiene mucho nivel porque no es fotoperiodismo, es fotografía y la mayoría de los premios son de retratos, de bodas, de arquitectura, de publicidad y en la fotografía de estudio en España somos punteros, somos de los mejores del mundo. Barcelona es epicentro de ese tipo de fotografía y hay mucho nivel. Hay gente como Pep Ávila, Adolfo Enríquez, que son fotógrafos que suelen ganar premios casi todos los años. Son máquinas.

Yo a este premio no me había presentado nunca porque la inscripción es muy cara. Son premios muy importantes a nivel nacional. La Academia te anima a participar, pero pone unas restricciones muy fuertes. Tienes que pagar una inscripción muy alta y solamente puedes participar si eres fotógrafo profesional acreditado. Tienes que estar en alguna asociación profesional y llevar al menos dos años cotizando como fotógrafo profesional y demostrar que vives de la fotografía profesional. Tienes que mostrar papeles de la Seguridad Social, de Hacienda, mensualidades... No cualquiera puede participar. La gente que participa lo hace sabiendo de alguna forma que va a ganar o que va a estar entre los mejores. A lo mejor presentar una fotografía son 200 euros.

¿Por qué es tan alto esto? Porque hay que pagar la gala, los premios, la ceremonia, los viajes y segundo, porque son unos premios muy importantes, que están considerados como el Goya de la fotografía en España y son unos premios que una vez que tú los ganas entras a formar parte de un grupo muy selecto de fotógrafos españoles.

Son muy pocos los que tienen estos premios y ganarlo significa, aparte de tener un premio muy importante y estar allá arriba, que te llamen, que te reconozcan, que haya agencias que se fijen en ti y luego también las fotografías ganadoras viajan por toda España en exposiciones importantes durante el siguiente año y esto da mucho movilidad, da renombre y eso también hay que pagarlo.

No te voy a decir que este premio significa todo para mí, porque no. Pero es un premio que es importante, que reconoce mi profesionalidad, mi trabajo, mi labor de muchos años, en uno de los instrumentos del fotoperiodismo, que es para mí la fotografía; de mi forma de contar historias.

Quiere decir que la fotografía que yo hago es buena; quiere decir que es profesional; que está reconocida; quiere decir que los fotógrafos, que no es mi gremio esencial, me reconocen como uno más y me premian y es la tercera vez, en un área en el que no estoy acostumbrado a trabajar en el fotoperiodismo, que es el retrato, una de las más difíciles porque con una sola imagen tienes que mostrar quién es la persona, su alma y decir muchas cosas de ella y contar realmente una historia. Se ve que lo he conseguido.

¿Sabe el migrante fotografiado que su foto ha sido premiada?

Es mi foto, no su foto. La foto, en la que sale él. Yo no creo ni siquiera que el chico sepa que yo le he hecho la foto. Ten en cuenta que es un instante. Es un chico que salta la valla de Melilla. Conozco al chico. Es camerunés. Se llama Diakité. Estuvo en Melilla, en el CETI, ya no está. Se fue a la península. Él quería ir a Francia. Supongo que habrá llegado. He perdido la información sobre él; he perdido el hilo porque son muchas gentes las que conozco. Cambió sus redes sociales y le he perdido el rastro. Espero que le vaya bien. Era un chico guapo, alto, fuerte, inteligente. Yo creo que le irá muy bien.

He hablado con él hace tiempo y tenía, de alguna forma, contacto o amistad con él, pero una vez que se van, cambian de teléfono, de redes sociales... Él estaba prácticamente extasiado a la hora de saltar y cerró los ojos, miró al cielo y estaba rezando. No creo, ni siquiera, que supiera que le había tirado una foto.

¿Cómo hizo la foto?

Como hago todas las fotos, con mi cámara. Yo no soy un fotógrafo al uso. Como siempre digo, yo no soy un fotógrafo. Mi alma no es de fotógrafo. Yo soy un artista, sobre todo, un contador de historias. Yo soy periodista y me gusta escribir, contar historias, hablar, entrevistar y conocer a gente y la fotografía es sencillamente un instrumento más de mi trabajo.

No llevo siempre mi cámara conmigo. No estoy todo el tiempo tirando fotos. Soy un fotógrafo que tira muy pocas fotos. No es mi trabajo. No es lo que me da de comer. Es una cosa que yo hago como parte de mi periodismo y que lo hago muchas veces casi de manera forzada. Me tira mucho más el vídeo. Yo soy mucho más documentalista y soy más de vídeo que fotógrafo. ¿Cómo hice la foto? Pues fue un instante. 

Tras un salto este chico entró en Melilla y se puso a dar gracias al cielo por haber entrado y haberlo hecho con salud y fue un instante. Lo que es el fotoperiodismo: estar preparado, tener la cámara en la mano, de forma manual porque era al amanecer y había poca luz. Tener la la suerte de que un tío con esa planta te dé esa foto y tener la suerte de captar el instante al final. Siempre es un poco saber estar en el sitio; estar preparado y de tener un poco de suerte.

¿Qué busca Blasco cuando hace una foto?

Yo no busco nada. Simplemente busco apoyar con imágenes las historias que voy a contar. A veces esas fotografías sirven para ilustrar mis textos y otras para ilustrar los textos de periodistas de todo el mundo. Cuando hago fotos las suelo vender a agencias internacionales o medios internacionales y son otros periodistas los que ponen textos a esas imágenes. Pero simplemente, lo que intento cuando hago una foto es que cuenta una historia; es que describa la situación y también, de alguna forma, que conmueva a la gente. Si estoy retratando a un migrante quiero que la gente conozca la realidad de la migración en la frontera sur de Europa; quiero que conozca la realidad de este chico; quiero también que la gente empatice, remover conciencias; que la gente no solamente vea una imagen, sino que le conmueva y que le lleve a interesarse por el tema.

¿Las fotos premiadas se ponen a la venta?

No. Yo nunca he puesto a la venta fotografías. He vendido fotografías porque ha habido instituciones que me han pagado por ellas, como la universidad Pablo de Olavide, de Sevilla; el Gobierno suizo, a través de la cooperación suiza internacional. Por ejemplo, he vendido fotografías a agencias y medios de comunicación nacionales e internacionales; pero a nivel particular las he regalado.

Los Premios Lux se exhiben en pequeñas exposiciones en Madrid, en Barcelona, en las principales ciudades españolas.

¿Para cuándo una exposición de fotos de Jesús Blasco?

Ha habido algunas tanto colectivas como individuales que he hecho en la UNED, en la calle, en el campus de la Universidad de Granada, a través de ONGs. Tengo fotos expuestas en Estados Unidos, Nueva York; en Polonia, Suiza, Francia, España...

Hay fotografías mías que están en el hall de edificios e instituciones, en Extremadura, en Sevilla, en Barcelona, fuera de España.

En Melilla no me ha dado por exponer porque exponer también, de alguna forma, tienes que tener tiempo y un dinero que dediques a ello y a mí, gracias a Dios, mi trabajo me ha dado buena fama, me ha dado muchos premios, me ha dado a conocer y no me ha hecho falta nunca tener que entregar un currículo ni buscarme la vida ni tener que hacer exposiciones para vender o conseguir dinero.

Cuando tengo dinero, prefiero gastarlo en ayudar a los demás, en hacer proyectos que ayuden a la gente, a colectivos antes que la gente vea mis fotografías. No es una cosa que ha partido de mí. Cuando he hecho exposiciones tanto colectivas como individuales ha sido porque me lo han pedido ONGs, instituciones o universidades o porque he ganado premios.

Si alguna vez el ayuntamiento, la Ciudad Autónoma, la Consejería de Cultura o cualquier consejería, alguien en Melilla, cualquier institución, privada o pública quiere mis fotos y quiere hacer una exposición conmigo, saben quién soy y saben dónde encontrarme. Nunca se ha interesado nadie y no sé si algún día lo harán. No creo que parta de mí.

Me gustaría, por ejemplo, el año que viene, que se cumplen 25 años desde que publiqué mi primera fotografía en un medio de comunicación, aunque he tenido altibajos... Supongo que sería bonito que los medios de Melilla y la Ciudad Autónoma, igual que le pagan a mucha gente, que se interesen en los artistas, en los que somos independientes y que nunca hemos pedido un duro público a nadie, que de alguna forma reconozcan nuestro trabajo.

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