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Javier Mateo encontrará la solución

Las colas que se vienen registrando en el PEC (Palacio de Exposiciones y Congresos), en cuya segunda planta se sitúa el Patronato de Turismo, no son normales.

Al menos, no deberían ser normales en un país como España ni en una ciudad como Melilla y mucho menos cuando las nuevas tecnologías ya se han adueñado por completo del siglo XXI. Sin embargo, en los últimos días es frecuente ver a las puertas de ese edificio a una multitud de personas que primero aguardan a recibir un número para ser atendidas y luego tiene que esperar de nuevo su turno para solicitar los bonos de descuento en el transporte de barco o avión para familiares de residentes.
Además, para más inri, la paciencia con la que soportan la espera estos ciudadanos no les garantiza que vayan a conseguir su objetivo. Los primeros, los que aguardan el número que les da derecho a ser atendidos, corren el riesgo de regresar a sus casas con las manos vacías si se agotan los números que se expiden cada día. Los otros, los ciudadanos con más suerte que consiguen llevar a cabo los trámites que permitirán a sus familiares viajar a Melilla a unos precios más asequibles, pueden llevarse la sorpresa de que el ahorro en los billetes no es tan grande como esperaban. Algunos de éstos últimos se han puesto en contacto con El Faro de Melilla para denunciar casos en los que incluso el billete les sale más barato sin el deseado bono.
Hoy Javier Mateo, viceconsejero de Turismo, mantendrá un encuentro con los medios de comunicación. Allí quizás explique que ha encontrado la solución para poner fin a las esperas que tienen que soportar muchos melillenses ante las puertas del edificio donde está ubicado su despacho. Por esta circunstancia es seguro que dispone de información de primera mano sobre el problema ya que habrá podido conocer de personalmente las quejas de los ciudadanos, tanto por las colas como por los reducidos descuentos que se obtienen en los billetes, al menos, en algunas ocasiones.
No hay que olvidar que los beneficiarios de estos bonos familiares no son sólo los viajeros que vienen de visita a Melilla, sino que somos el conjunto de ciudadanos que residimos en nuestra ciudad. La llegada de cualquier clase de visitante siempre es rentable para Melilla. Y quizá sean este turismo formado por nuestros familiares el que más beneficios deje en nuestros comercios, bares y restaurantes.
El objetivo de hacer del turismo un importante pilar de nuestra economía no tiene muchos secretos. Basta con cuidar tanto a los ciudadanos que vienen a nuestra ciudad como a quienes los traen.
Hoy veremos el consejero Javier Mateo ha encontrado la solución.

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