Con mucha fe y devoción, los feligreses acudieron al templo para acercarse al Cristo de La Paz y a la Virgen de la Soledad. Después de pasar una Semana Santa, la del 2020 confinados, y la de este año en los templos, los melillenses mostraron su devoción visitando a los titulares en la iglesia del Sagrado Corazón. Para Javier Calderón, hermano mayor de la cofradía de la Soledad y el Cristo de la Paz en Melilla, los duros momentos vividos en la pandemia han hecho a muchos reflexionar, aprender a valorar lo importante de la vida y dejar de lado “los accesorios”. Esta Semana Santa, se vive de una manera distinta pero con una fe más fuerte.
–Para usted, ¿Cómo es esta Semana Santa?
–Este año la Semana Santa seguirá siendo la misma porque Semana Santa siempre es exactamente igual. Es la conmemoración de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo para que al final, que es la grandeza del cristianismo, resucite el domingo de Resurrección. Pero con el tema de la pandemia y las restricciones que nos obligan por la necesidad imperiosa de cubrir el tema de salud, nuestra cofradía y todas las cofradías no han podido hacer sus estaciones de penitencia, que es de alguna forma, después de todas las actividades del año, las cofradías hace hermandad en la calle y sacan a sus titulares en devoción total y absoluta en los días de sus estaciones de penitencia.
Eso, ya el año pasado no pudo ser, además tuvimos la dificultad que tampoco pudimos hacer ningún tipo de culto en el templo. Este año de una manera distinta. Sí, al menos, podemos tener culto dentro del templo con todas las medidas de seguridad correspondientes. Pienso que es una Semana Santa, indudablemente, más reflexiva, más interiorizada, con un fervor muy dentro de uno mismo. Bueno, nos hemos tenido que adaptar. No voy a decir que bienvenido la pandemia para que hagamos una retrospección de nosotros mismos, por supuesto que no, pero sí pienso que le vamos a dar muchísimo más valor a todo y le estamos dando mucho más valor a todo lo que antes no apreciábamos realmente.
–¿Cree que podría servir como una renovación de fe?
–También podría ser en algunos casos, sin duda. Lo que sí es verdad, es que creo que en todas nos ha pasado que tenemos un momento de reflexión interior, sin duda, y que nos ha hecho darle importancia a lo que realmente es importante y no a los accesorios. Creo que eso sí nos ha valido esta situación que estamos viviendo que no es la deseable, que nadie la pensaba, que nadie la quería pero que por desgracia nos ha llegado y ojalá pase pronto y que el próximo año podamos celebrar la expresión catequística de nuestra estación de penitencia como siempre, en la calle.
–¿Cómo ha vivido la cofradía este último año? La Semana Santa anterior estuvimos confinados pero este año se abrieron los templos para que los feligreses visitaran a los titulares sagrados.
–El año pasado fue un año totalmente distinto. Este año también lo es pero de otra forma. El año pasado gracias a las redes sociales tuvimos la oportunidad de hacer una especie de estación virtual entre los cofrades, que estuvimos en los momentos de la estación de penitencia sobre todo, la parte joven preparó una serie de imágenes, de intervenciones y demás y desde casa teníamos nuestra capilla particular cada uno y tuvimos la oportunidad de hacer el seguimiento de lo que era nuestra estación de penitencia y de la Semana Santa vivirla desde nuestro interior cada uno, en familia y en casa.
Este año hemos tenido la oportunidad sin duda de poder expresarnos en los templos con todas las medidas, con todas las prevenciones... pero bueno, desde el Triduo que fue la semana pasada, pusimos en exposición a nuestros titulares con un altar especial, sacándolos de su capilla donde están en veneración durante todo el año, los sacamos fuera y los pusimos a veneración de todos los fieles.
Indudablemente hemos visto una afluencia, yo diría, más que considerable y bastante más que cualquier otro año, viviendo día a día dentro del templo a estar cerca, en nuestro caso, del Cristo de la Paz como de la Virgen de La Soledad.
–¿Creen que el melillense y el feligrés extrañaba esa cercanía y la Semana Santa como se conoce?
–Sí, sin duda. Pero creo que todos somos conscientes del momento, yo diría, histórico que estamos viviendo por desgracia y nos agarramos indudablemente a lo que podemos e intentamos sacar el máximo sabor. Nosotros el jueves, con el Cristo de la Paz hicimos una serie de actos desde actos desde las 10:30 de la mañana que duraron hasta las 9:00 de la noche. Leímos una carta de un cofrade dirigida al Cristo, marchas procesionales. La Virgen en la noche tuvo la estación de penitencia condensada en media hora. El viernes, con la Virgen de La Soledad fue exactamente igual.
–¿Qué es lo que más extraña usted de la Semana Santa?
–La Semana Santa realmente lo que extraño es no poder sacar a nuestros titulares en la semana mayor. La Semana Santa es la misma, la pasión y la muerte de Jesús va a ser lo mismo, los cultos en el interior del templo y los santos oficios son los mismos y el domingo, en la vigilia de la resurrección Jesucristo al final resucitará como siempre. Entonces, echamos de menos en el tema de la posibilidad de sacar tanto al Cristo como a la Virgen, en nuestro caso, y las cofradías hermanas a sus titulares. En definitiva, después de todo un año está uno siempre esperando ese día para salir a la calle y en devoción el pueblo de Melilla esté al lado de ellos, tanto del Cristo de la Paz en el jueves santo, como de la Señora de Melilla en la noche del viernes.
–Confiando en que el 2022 será mejor ¿cómo será el trabajo de la cofradía de cara a este año?
–Se va a seguir manteniendo lo mismo que este año. Este año ha sido como más cercano a la gente en el aspecto de la necesidad. Hay por desgracia muchísima necesidad. La pandemia ha llevado a una situación económica que todos conocemos y hay mucha más necesidad en determinadas familias, e intentaremos buscar fórmulas para poder ayudar, como siempre nuestra cofradía y todas las cofradías a través de Cáritas, de instituciones como las monjas del Monte María Cristina que están abocadas siempre y somos colaboradores con ellas.
Y tendremos la esperanza y la ilusión de que el próximo año esta situación haya revertido y que podamos de alguna manera volver a retomar sino la normalidad de siempre casi la normalidad pudiendo hacer las estaciones de penitencia en la calle. Ojalá, sería una buena señal para todos.
–La pandemia ha generado mucha necesidad como dice pero, ¿cómo ha sido la labor de la cofradía durante este año?
–La labor nuestra ha sido de ayuda en momentos determinados. A través de las Monjas del Monte María Cristina que tienen esa labor maravillosa de dar a los más necesitados. Nosotros hicimos además de cara a la Navidad, un poco antes, una campaña de recogida de alimentos y de ropa y a través de nuestra Cáritas parroquial. Y seguimos ayudando cuando hay momentos de necesidad y cuando las existencias se van agotando. Esa ha sido nuestra labor asistencial este año y pienso que es la labor más importante que puede hacer una cofradía.
–Como hermano mayor, ¿qué ha sido lo más duro en la gestión de la cofradía durante este año?
–Como ha sido un año distinto, el adaptarnos a estas circunstancias pero creo que ha sido duro para todos por no tener el contacto. Los medios técnicos actuales nos han ayudado. Nosotros antes teníamos, sobre todo cuando llegaba la época de Semana Santa o después de Navidad, una reunión cada15 días o cabildo donde nos reuníamos y hacíamos la exposición en común para los pormenores de las procesiones, de la cofradía, de la situación que se vivía en la parroquia. Y bueno, uno se adapta y lo hacemos por videoconferencia, o sea, que nos hemos tenido que adaptar a los tiempos y a través de cualquier plataforma creo recordar hemos hecho cuatro o cinco videoconferencias de todos, con objeto de procurar que no haya ningún tipo de problemas con respecto a contagios y demás.
Pienso que al final el desarrollo de la actividad normalizada la hemos llevado a través de redes sociales, por vía telefónica o por medio de videoconferencias y cuando ha llegado el momento del Triduo y demás, con todas las distancias y todas las normas dentro del templo, hemos procurado estar al lado de nuestro titulares y que nuestra presencia aquí en el templo sea efectiva.
–Y el trabajo de los jóvenes de la cofradía durante este año?
–Siempre digo que los jóvenes no es el futuro es el presente y nuestra realidad actual. Los jóvenes de la cofradía además son muy muy activos. La dificultad, entre comillas que tienen, es que hay muchos que están en la península estudiando y hay otros que están en Melilla estudiando o trabajando algunos.
Ellos siempre han tenido una labor extraordinariamente positiva en la cofradía, sobre todo en los momentos de Semana Santa, de las procesiones, cuando llegan las estaciones de penitencia. Y la alfombra floral que vienen haciendo en el callejón, ellos hacen el diseño y la preparan pero este año no ha podido ser. Pero siempre la colaboración de los jóvenes es más que extraordinaria y ahora concretamente en las actividades, los jóvenes están totalmente inmersos como si fueran un adulto. Es que no vemos diferencia en ellos de ningún tipo. Están totalmente integrados y la labor que hacen es extraordinariamente positiva.
–¿Cómo ve el futuro de la cofradía?
–Nuestra cofradía ha cumplido 70 años, 70 años desde que un 23 de marzo de 1.951 hizo su primera salida en estación de penitencia la Virgen de La Soledad en un viacrusis. Son 70 años que no podemos comparar con cofradías centenarias y que llevan siglos pero sin duda es una fecha importante y son muchos años acumulados de importancia y de arraigo. Pienso que la Virgen de La Soledad tiene un arraigo en la ciudad y una tradición en su seriedad, en su forma de procesional... Tiene muchísimos seguidores y devotos y el futuro lo garantizan ellos mismos.
Hay algunas otras cofradías que han tenido dificultad para el tema de portadores, es verdad que nosotros tenemos un número más reducido, concretamente para el trono de la virgen lo suelen llevar entre 48 y 52 portadores y tenemos ya listas de esperas. Hay muchísima gente que está esperando para poder sacar a La Soledad.
A La Soledad yo la veo que tiene, sin duda, garantizado una continuidad sin ningún tipo de problemas en su devenir futuro por arraigo, por la tradición y por las características de nuestra cofradía.
–¿Qué mensaje le daría a los devotos durante esta Semana Santa?
–El mensaje va a ir porque pienso que debemos agarrarnos a lo importante, olvidarnos de los accesorios y que seamos más reflexivos que hemos tenido la oportunidad de serlo, y que sigamos el camino que nos ha marcado nuestro Cristo de la Paz y nuestra Virgen de La Soledad porque, en definitiva, es el camino de la resurrección y es el camino por el que el cristianismo tiene sentido
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