CORRÍAN los años 90 del pasado siglo y los todoterrenos empezaban a ponerse de moda en España. Inesperadamente, por aquello de las extrañas casualidades, un anciano al que no conocía nadie saltó a la fama gracias a un anuncio de televisión. “¿Y dice usted que un tal Mateos va vestido de Supermán, persiguiendo a un exministro que se ha casado con una china? ¿Y Franco qué opina de esto?”. Con estas frases Jesús García Velasco, alias ‘el abuelo de Majaelrayo’, entró en todos los hogares del país a través de la televisión, vestido de recia pana y con su boina calada. El anciano, un cabrero que vivía a 70 kilómetros de Guadalajara, en la sierra Norte, llevaba años aislado y desconocía por completo la realidad política de España, la transición y la llegada de la democracia.
Han trascurrido seis días desde los altercados en La Cañada y retumba el ruidoso silencio de Javier González, consejero encargado exclusivamente de los asuntos de este barrio, Reina Regente y aledaños. “¿Y dice usted que varias decenas de jóvenes (terroristas, según algunos) mantuvieron un enfrentamiento de 8 horas con la Policía Nacional, hubo lanzamiento de cócteles molotov, piedras, perdigonadas e incluso algún disparo? ¿Y Javier González qué opina de esto?”. Pues hasta ahora, que se sepa, no opina nada. El consejero guarda un silencio tan sepulcral como el del mismo Generalísimo, como si sobre ambos pesara la misma losa de granito de la Cruz de los Caídos.
Hace más de dos años, la casualidad quiso, tras la victoria de Rajoy y la marcha de Rafael Marín a la Delegación del Gobierno, que Javier González sustituyera a éste último al frente de la Consejería para los Distritos IV y V. El tiempo lo ha empleado en analizar la situación de las barriadas y estudiar soluciones, según dice el propio consejero adjunto cada vez que se le pregunta. La pasada semana, a raíz de los disturbios, hubiera sido un buen momento para que González hubiera dado un paso al frente. A nadie le habría parecido mal que explicara las conclusiones de sus dos años de estudios, análisis y reuniones, si es que ya las ha alcanzado. Y a continuación, expusiera las soluciones, si es que ya las ha encontrado.
El tiempo transcurre lento y tedioso en los Distritos IV y V, pero para Javier González es una cuenta atrás. O es capaz de presentar las soluciones que se le encargaron buscar cuando accedió ilusionado a su puesto o sería conveniente buscarle otro destino más acorde con sus capacidades.
“¿Y el Madrid qué, otra vez campeón de Europa?”, decía el bueno del cabrero. Terminaba el spot televisivo con una voz seria que ponía fin a la broma: “Donde llega un Montero, hace mucho tiempo que no ha llegado nadie”.