En Nochebuena tuvo lugar el tercer y último itinerario del Seminario de Patrimonio Cultural y Natural de Melilla que ha sido organizado por la Asociación de Melilla para la UNESCO, con la participación de alumnos de la Facultad de Educación y Deporte del Campus de la UGR en un recorrido histórico, cultural y botánico del Parque Hernández de Melilla.
En esta ocasión el ponente iba caracterizado de Indiana Jones para comenzar la ruta a once de la mañana en la puerta principal de este emblemático parque del centro de la ciudad.
A mediados del siglo XIX el territorio de Melilla sólo comprendía los cuatro recintos amurallados. Es a partir del tratado de límites de 1862 por medio del disparo del cañón que la ciudad de Melilla amplió su territorio en los aproximadamente 12 kilómetros cuadrados actuales.
Donde se ubica el Parque Hernández discurría el cauce del Río de Oro, que nace en el monte Gurugú (Marruecos) con unos 20 kilómetros de recorrido y un cauce de 85 kilómetros cuadrados. En su desembocadura se formaba una enorme laguna con presencia de mosquitos palúdicos que generaban las llamadas fiebres de África.
Las obras del desvío del Río de Oro se realizaron en 1872, permitiendo que la ciudad se extendiera desde las murallas hacia el exterior, allanando todo el cauce del río con las tierras extraídas convirtiéndolo en un campo que sirvió para ejercicios militares a finales del siglo XIX, época que coincide con la llegada a Melilla del General Venancio Hernández Fernández (Uclés –Cuenca-, 11 febrero 1839 – Melilla, 7 agosto 1904).
El General Venancio Hernández fue nombrado comandante general de Melilla en agosto de 1899. Durante su mandato ejecutó una importante labor en pro del urbanismo de la ciudad, impulsando el embellecimiento de la ciudad, transformando lugares en completo abandono en concurridos paseos, terrenos malsanos y pantanosos en parques, y las barracas existentes las convirtió en barrios modernos e higiénicos.
En el año 1900 encargaría las obras de construcción del Parque que llevaría su nombre, al ingeniero militar – Vicente García del Campo-.
La inauguración del mismo se realizó el 18 de mayo de 1902 coincidiendo con la efeméride de la mayoría de edad del Rey Alfonso XIII. Al inicio del recorrido Juan Antonio Vera Casares, presidente de UNESCO-Melilla- se dirigió a los alumnos presentes para dar explicaciones de la placa que está expuesta a la entrada del parque relativa a su nombramiento de Jardín Histórico el 18 de Abril del año 2007.
Hecho que se realizó con motivo de la celebración del XXXIV Congreso Nacional de Parques y Jardines Públicos. El nombramiento de Jardín Histórico fue una propuesta del Centro UNESCO de Melilla al entonces responsable de la Consejería de Medio-Ambiente: Ramón Gavilán.
Esta concesión se convirtió en una realidad al cumplir el Parque Hernández y la Plaza de España los requisitos exigidos en la Carta de Florencia de 1981 según “ICOMOS” (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), como Organismo Internacional No Gubernamental asociado a UNESCO; que a su vez es responsable de la conservación, protección, puesta en valor del Patrimonio Cultural en virtud de la Carta de Venecia de 1964.
La Carta de Florencia de 1981 define al Jardín Histórico en su artículo 1º: "Como un monumento enmarcado en una composición arquitectónica y vegetal que desde el punto de vista de la historia o del arte, tiene un interés público”.
Continuando con la visita se describieron las tres grandes puertas principales construidas con piedra caliza en 1914 con sus correspondientes cancelas de hierro forjado – con dos torretas adornadas con los escudos de la Casa de Medina Sidonia, coronados por sendas efigies de Guzmán El Bueno-.
En 1918 se terminó el cerramiento perimetral, compuesto por un murete de metro y medio de altura.
Para asegurar el tránsito de los ciudadanos se construyeron otras tres grandes puertas junto con otras cuatro más pequeñas. Actualmente en su riqueza botánica se conservan unas 200 palmeras (inicialmente llegaron a existir hasta 400) de cuatro especies diferentes con un predominio importante de palmeras canarias, datileras y Washingtonias (filífera y robusta).
El conjunto de estas últimas están presentes en el estanque alargado que imita al Generalife de Granada conocido en Melilla como “El Paseo de los Enamorados”. Otras especies a destacar son las araucarias, ficus, pinos canarios, yucas, buganvillas y drago canario.
El parque está embellecido con un Templete de Música, siendo las dos primeras esculturas del recorrido las realizadas por Mustafa Arruf dedicadas una en el año 2001 al teniente Legionario Francisco J. Aguilar, muerto en la ciudad de Móstar (Bosnia-Herzegovina) el 11 de junio de 1993 y otra realizada en 1994 dedicada al poeta melillense Miguel Fernández (1931-1993), Premio Nacional de Literatura en 1977-.
En 1935 con motivo del Tercer Centenario de la muerte del poeta Lope de Vega se erigió una estatua al “Fénix de los Ingenios” realizada por el escultor Servando Camúñez por iniciativa del Ateneo Científico, Artístico, Literario y de Estudios Africanistas de Melilla.
La escultura dedicada a La Legión (Luis Martín de Vidales) fue inaugurada en el año 2013. La Farola de 1909 dedicada al General Venancio Hernández fue costeada por el Telegrama del Rif por suscripción popular.
La última estatua del recorrido fue realizada en 1983 por Vicente Moreira y corresponde al famoso naturalista – Félix Rodríguez de la Fuente- fallecido en accidente de aviación en Alaska en el año 1980.
El Parque Hernández constituyó durante décadas uno de los principales espacios lúdicos para los melillenses, donde hasta principios del siglo XXI todavía se celebraba en este recinto la Feria de Melilla hasta su actual emplazamiento en la Plaza Multifuncional.
Curiosamente este parque tuvo sus primeros pinitos deportivos cuando en el año 1905 un grupo de entusiastas féminas fundaron el “Melilla Sporting Club”, que fue llevado a cabo gracias al apoyo recibido por el capitán de Administración Militar – Antonio Pezzi-. Siendo las disciplinas deportivas practicadas por las mujeres melillenses de esa época el tenis, el skating y el tiro al pichón.
Finalmente hacer constancia desde UNESCO-Melilla la propuesta que sea realizada alguna estatua dentro del parque que recuerde a Esteban Pérez Romero (1908-1991) el último minutero de Melilla con su entrañable caballito de madera.
Este seminario organizado por UNESCO- Melilla cuenta con el patrocinio de la Consejería de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad de la Ciudad Autónoma de Melilla.
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