En la oficina del consumidor remiten la reclamación a la Agencia Tributaria, y desde Hacienda no tienen claro si el comprador melillense tiene o no que pagar el impuesto.
¿A quién reclamo?Esa es la pregunta que puede hacerse alguien que intente saber si es legal que le cobren el IVA en un producto comprado a través de internet, y que cuando llegue desde la península a Melilla, tenga que pagar además el IPSI y los impuestos de aduana.
Un ciudadano denunciaba hace unos días a través de un grupo de una red social que algunas firmas de ropa españolas, al comprar a través de internet, cobraban el IVA y el IPSI, lo que suponía un agravio para los residentes en Melilla, ya que además del impuesto propio tenían que pagar también el impuesto que se aplica en la península.
El denunciante apuntaba su intención de trasladar la queja a la Oficina del Consumidor, pero el proceso no es tan sencillo cómo pueda parecer al principio.
Desde la Oficina del Consumidor de Melilla, apuntan que pueden actuar como intermediadores pero que se trata de una cuestión que habría que reclamar directamente a la Agencia Tributaria al tratarse de cobro de impuestos. No aclaran del todo, si realmente es normal que el cliente pague el IVA, creen que no, pero tampoco lo afirman categóricamente.
En la oficina de la Agencia Tributaria de la ciudad tampoco tienen del todo claro cómo solucionar el asunto y remiten a una centralita en Madrid, en la que tampoco saben si es competencia suya y ni siquiera están seguros de quién tendría que pagar el IVA. Además al tratarse de un caso específico de la tributación propia de las ciudades autónomas, señalan que se trata de una cuestión que seguramente puedan aclarar mejor los compañeros de Melilla, que ya anteriormente nos remitieron a los de Madrid.
La solución intermedia desde la oficina central es enviar un correo electrónico para que transmitan la información a la persona competente que tenga más conocimientos sobre el tema.
Así, tras dos días y contactos con dos instituciones y tres personas, sin olvidar las dificultades para encontrar el teléfono de la sede de la Agencia Tributaria, no se sabe ni a quién hay que reclamar el dinero, ni siquiera si hay razones reales para reclamar.
Qué las cosas de Palacio van despacio, siempre se ha sabido, que la burocracia eterniza cualquier proceso por sencillo que pueda parecer también, pero sobre todo que al final este tipo de procesos logran que el consumidor acabe perdiendo por agotamiento. Al comprador le quedan pues dos alternativas, viajar en barco o en avión a la península para comprar, o resignarse y perder algunos euros en la compra online.