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¿Qué esconde Robles Ferrón?

Diego Martínez llegó al cargo de presidente de la Federación de Fútbol gracias a una sospechosa Junta Electoral Central porque el presidente de esa Junta era su amigo Robles, llegó a un cargo y el político que le multiplicó de la noche a la mañana la subvención sin causa objetiva que lo justificara se llama Robles. Fue quien a la primera de cambio negó haber utilizado a su empresa para cobrar 17.800 euros y Robles le creyó siendo mentira, empezó gastando en dos años más de 15.000 euros a través de una VISA,  decidió comprar un inmueble para despachos por casi 600.000 euros el mismo año que recibió los primeros 280.000 euros de subvención de la Ciudad permitiendo Robles estos excesos. Ha acabado siendo denunciado por tratar de perjudicar a la UD Melilla o por hacer comentarios racistas o no pagarle a los árbitros teniendo más de 100.000 euros en la cuenta, o invertir en fondos de inversión por 120.000 euros, o gastarse casi 36.000 euros en comidas, 21.000 en teléfonos, contratar secretarios de federación con blindajes de 100.000 euros y así una larga serie de hechos probados con documentos, y a pesar de todo ello, Robles se empeña en que nada de esto es verdad. No ha habido año desde 2004 donde no hubiera una polémica deportiva, una sospecha de pucherazo en alguna competición, y todo el equipo que le llevó a la Federación no está de su parte, o de su lado. Dimitieron. Todos deben ser también unos mentirosos, ya sean árbitros, directivos, federativos, gestores o directores de escuela.
A pesar de que todo está documentado, apunte tras apunte, factura tras factura, si Robles quiere defender a Martínez por ser su amigo, lo aconsejable es que lo hiciera fuera del Gobierno para que los escándalos no repercutan en la imagen pública del PP. Ni PSOE, ni CPM, ni buena parte del propio PP están de acuerdo, aunque estos últimos callan, otorgan y dejan que Robles tenga una opinión personal influyente, porque es consejero. Pero serlo, no le da la razón y menos si quiere escurrir el bulto en favor del que no oculta que es su amigo.
Si Robles opina en una Comisión que el director de TVM no le merece credibilidad, cuando este señor expone públicamente su cargo y su trabajo en forma de dimisión si nada de lo denunciado fuera cierto, Robles está aún más tocado. Porque si Medina le tira el órdago jugándose su cargo, la opinión pública pocas dudas tiene ya de que la postura de Robles es más que sospechosa. Decir que todo es mentira cuando los números cantan, las facturas cantan y las subvenciones son escandalosas, es negar por negar lo que todo el mundo entiende como una clara evidencia.
Robles sabe que Medina puede demostrarlo, por eso niega la posibilidad de que exponga su documentación ante una Comisión. Si en una comisión se sentara el director gerente a explicar punto por punto toda la trama desde hace 6 años, sin tapujos y en presencia de la oposición, entonces muchos políticos se enterarían de la verdad, y no de la continua cortina de humo que el Consejero ha ido colocando.
Medina nunca denuncia si no está documentado y como se dijo en TVM, esta documentación apunta a un ejercicio de inmoralidad, una inmoralidad que en ningún caso puede respaldar un cargo político. El Faro ya conoce esta situación cuando Martínez auspició cuatro demandas judiciales que perdió en los Juzgados. De eso no habla Robles, a pesar de que el dinero para abogados y costas también salen del mismo sitio, de las arcas de la Federación.
No puede ser que Robles tenga que agradecer las múltiples invitaciones a partidos de la Selección o a partidos de Primera División. Sería triste. No puede ser que la posición de Robles se deba al argumento de que es su amigo. Romero lo fue durante catorce años, fue como su padre en sus inicios en la medicina deportiva, y lo despeñó. En el balonmano no ha dudado en despeñar a otros muchos amigos de juventud, pasándoles facturas desde su cargo de Consejero. Así que, ¿qué podemos pensar?
En política lo principal es el beneficio a los ciudadanos. En segundo lugar, si se puede y por encima de intereses personales, están las siglas del partido al que se pertenece y su defensa desde la lealtad. Pero cuando se parece beneficiar a un solo personaje amparado en la amistad, a pesar de las pruebas contundentes en contra, pintan bastos.
No son Sánchez Cano, los árbitros, los ex-directivos de la FMF o Juanjo Medina. Parece que son muchos más los que podrían hablar y contar, los que aportarían más y más. Lo que sí parece es que la bola de nieve será cada vez más grande. Lo que está claro es que una importante parte de la opinión pública no acepta lo que está ocurriendo, ¿qué esconde Francisco Robles?.

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