-
La Ciudad invertirá 430.000 euros en rehabilitar el baluarte del Rosario
Una mirada al pasado como apuesta de futuro. Esa es la lectura que debe hacerse cuando se protege el patrimonio arquitectónico de nuestra tierra.
Ayer se iniciaron las obras de rehabilitación del del Rosario, uno de los baluartes incluidos en el IV Recinto Fortificado de Melilla. Los trabajos supondrán una inversión de 430.000 euros, dinero que estará bien empleado si se logra su objetivo, que es doble: a la correcta conservación del edificio ha de sumarse una meta ulterior, que es la de atraer turismo a Melilla.
Desde las páginas de El Faro hemos expresado en no pocas ocasiones que esta ciudad dispone de un importantísimo patrimonio arquitectónico que merece ser aprovechado. Y la forma de sacar partido del mismo es atraer visitas del exterior. Y, a ser posible, en todas las etapas del año, no sólo en el verano, que es cuando más sencillo resulta que viaje aquí la gente de fuera.
El propio presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, reconoció ante una pregunta de El Faro en una entrevista televisiva conjunta con los demás medios de comunicación que el turismo es la asignatura pendiente de Melilla. Y es cierto. Con la riqueza arquitectónica de la que disponemos -el recinto amurallado de Melilla La Vieja es una joya artística-, no podemos permanecer de brazos cruzados: tenemos que arrimar el hombro para difundir nuestro patrimonio y el primer paso para hacerlo es conservarlo. Después, le toca a la Viceconsejería de Turismo el turno de hacer llegar esta imagen al exterior.
Las personas que visitan Melilla se asombran al ver vacíos lugares tan hermosos como la plaza Pedro de Estopiñán o cualquier rincón de El Pueblo, cuyo encanto debemos ser capaces de exprimir al máximo. Por ello, toda inversión para conservar nuestros edificios más señeros es una apuesta de futuro.
Se acerca la primavera y pronto regresará el buen tiempo. Es de esperar que el Gobierno local continúe trabajando para sacar partido a los atractivos de que disponemos. Los melilllenses nos merecemos ver esta ciudad llena de vida.
Gracias Jose Ignacio.