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“Intentamos dar tranquilidad y un espacio donde se sientan escuchadas y seguras”

–¿En qué consiste el trabajo del Servicio de Órdenes de Alejamiento (SOA) de la Policía Local?

–Nuestro trabajo consiste en hacer un seguimiento para que se cumplan las medidas cautelares de los casos de mujeres que sufren violencia de género. Pueden venir con unas medidas porque todavía no ha habido juicio. O una vez celebrado un juicio, ya viene una sentencia. Normalmente vienen ya con las medidas y el juicio es posterior. Tenemos que hacer el seguimiento mientras dure esa orden de alejamiento, estar en contacto con ella hasta que termine. La llamamos por teléfono dependiendo del nivel de riesgo que tenga. A veces se le llama al mes, o a lo dos meses.

Ellas siempre pueden contactar con nosotros desde el primer momento porque desde que entramos en contacto con ella, al principio, le facilitamos nuestro contacto corporativo para que cualquier incidente que haya o cualquier cosa que esté relacionada con la alteración de su riesgo, nos llamen y nos lo digan. Entonces, ya la citamos aquí, nos cuenta, y si vemos que es un incidente que puede dar lugar a un quebrantamiento de la orden de alejamiento, la acompañamos a la oficina de la Policía Nacional, en la Oficina de la Jefatura Superior de Policía, UFAM Investigación, que es donde se presentan las denuncias. Porque nosotras no somos receptoras de denuncias, nosotras solamente nos encargamos del seguimiento de la orden.

Cada denuncia y cada hecho nuevo que ocurra tiene que ponerse en la UFAM. De modo que desde el primer momento que viene, el contacto es telefónico, salvo que tengan más dificultad con el idioma entonces es más difícil la comunicación telefónica, y entonces la citamos personalmente. Intentamos darle sobre todo la tranquilidad y darles un espacio de seguridad donde ellas se sientan escuchadas a través de una comunicación empática, que es muy importante.

–¿Utilizan alguna base de datos?

–El trabajo lo hacemos a través de un sistema informático que se llama VioGén, cuyo objetivo es que aglutina todas las instituciones relacionadas con la violencia de género. Se recaba toda la información del caso, tanto de la víctima como del agresor, todos los incidentes que ha podido haber, todas las medidas judiciales, y ahí también se anota todo lo que pueda tener relación y pueda influir en la situación del caso. Otro de los objetivos de este sistema informáticos es que es una garantía para la mujer porque a cualquier lugar que vaya del territorio, tendrá un agente para el seguimiento de la orden.

Entonces, una mujer que quiera trasladarse a la península, me puede traer la dirección de su nueva residencia; yo me pongo en contacto con la comisaría de recepción según su lugar de residencia y en cuanto yo meto en el programa, si sucede algo salta. Viogén tiene un sistema de alarma para cuando ocurre algo. Cualquier mujer que se haya ido de vacaciones y haya puesto una denuncia porque ha tenido un altercado, a mí me va a saltar una alarma. Eso es una protección que abarca ya más espacio. Ya no es que la mujer se pone en contacto conmigo, sino que si se pone en contacto con una comisaría vamos a tener nosotros conocimiento del tema. El agente que reciba este caso en cualquier sitio, entrará en el historial y verá las actuaciones que hemos tenido con ella. De entrada, no es necesario que ella le cuente todo el caso, y ya puede tener opción de conocimiento de todas las incidencias que haya habido importantes. Eso es un poco el proteger a la mujer y evitar la doble victimización de que vaya contando todo su historial.

–¿Cómo son derivadas estas mujeres al servicio?

–Los oficios oficiales llegan directamente a Policía Nacional y de ahí ya nos las remiten dependiendo de las mujeres que haya. Según los datos, ahora mismo hay en Melilla 141 casos en activo por violencia de género, y nosotras llevamos 33. Dependiendo del número de mujeres que vayan entrando, desde UFAM Protección, que es quien las recibe desde el Juzgado, se hace la entrega a cada servicio. Cada policía tenemos que tener más o menos el mismo número de mujeres. Nosotros tenemos 33, a 16 más o menos cada una, y en Policía Nacional más o menos rondan por esas cantidades.

–¿El seguimiento entonces se hace cada mes?

–Sí, dependiendo del nivel de riesgo. Cada mujer viene con un nivel de riesgo, ya desde Policía Nacional, desde que presenta la denuncia, en UFAM Investigación se hace la VPER(Valoración Policial de Riesgo). Desde el primer momento que la mujer pone la denuncia se valora su riesgo. Los riesgos van desde No Apreciado hasta Extremo. Nosotros solamente nos encargamos de casos No Apreciado, Bajo y Medio. Ya en el caso de que sean Alto o Extremos, ya se llevan desde Policía Nacional. A los tres o cuatro días, desde el SOA, tienen que volver a hacer otra valoración, la VPE (Valoración Policial de Evolución), que es la valoración aparte de la que se pudo haber aportado tras poner la denuncia. La mujer, que ya está más tranquila y ha entrado en contacto con los agentes que le harán el seguimiento vara ver cómo evoluciona el riesgo, que puede cambiar o mantenerse.

–¿Las órdenes de alejamiento surten efecto como medida de prevención o intervención?

–Por supuesto, lo que pasa es que como ahora se están dando tantos casos, se puede pensar que esto no está sirviendo. Pero lo que está pasando es que se está denunciando más porque la mujer se está sintiendo más protegida. Hay mujeres que no se hubiesen imaginado que la iban a escuchar en una comisaría, que iba a poder denunciar estos hechos. Ahora hay más conciencia porque se está haciendo un trabajo de concienciación y ahora la mujer que está en su casa y que no sabía que podía denunciar, ahora puede denunciarlo.

–Hay más concienciación ahora, ¿llegan por agresiones físicas, o se dan también los daños psicológicos?

–No, llegan también. Está tipificado dentro de la Ley y se considera también el maltrato psicológico, que a veces el psicológico puede ser más duro que el físico, porque puede dejar más huella al nivel de cómo una mujer puede resolverse en la vida. Pero una mujer no denuncia por un hecho concreto, cuando llega a denunciar es porque ya ha habido una serie de violencia física o de violencia psicológica; y para que llegue a denunciar la violencia psicológica ya ha debido calar bastante para dar ese paso.

–¿Cuál es el perfil de la mujer a la que le hacéis el seguimiento?

–No podemos encuadrar a la mujer víctima en un tipo porque no es cierto. Hay mujeres de cualquier nivel económico, cultural, de cualquier edad, de cualquier etnia. Y maltratadores también. Los hemos tenido de todos los tipos. Entonces no deberíamos colocar un perfil de la típica mujer que denuncia violencia. ¿Qué es lo que pasa? Que hay muchos casos de la violencia de género no se conocen. Cuando hay medios económicos es más fácil que la mujer no vaya a los servicios sociales porque no necesite un abogado de oficio. Entonces, hay violencia de género también en altos niveles económicos, pero a lo mejor se plasman menos. Pero en las comisarías sí que hay datos de que haya denuncias de mujeres de cualquier nivel económico.

–¿Las mesas de seguimiento con la Unidad de Coordinación contra la Violencia de Género son novedosas?

–Se han hecho siempre. La Ley 1/2004 Integral sobre Violencia de Género, ha sido muy criticada pero ha sido una ley pionera porque fue la que puso en marcha todo este servicio. Antes se ponía la denuncia y ya está, a partir de esta ley, empezaron a considerarse los castos, a contabilizarse, a ponerse policías para hacerse el seguimiento, a que empezase este sistema informático, a que hubiese una coordinación con la Delegación del Gobierno donde se convocasen a todos los profesionales relacionados con la prevención y protección. También afecta a los ámbitos educativos, o sea que es una ley que es un avance para los derechos de estas mujeres.

–Y la han criticado mucho.

–Ha recibido muchas críticas. Por ciertos sectores, sobre todos los más machistas, digamos, que los hay en todas las instituciones y en la sociedad en conjunto. Los intereses políticos a veces van por encima de los intereses sociales, de la sociedad. La Ley de Libertad Sexual me parece una ley como mujer y como persona encargada de la Seguridad me parece una buena ley que lo que va a hacer es proteger el derecho de las mujeres a que no sean atacadas, como lo han sido a lo largo de la vida, porque ¿qué mujer a lo largo de su vida no se ha sentido alguna vez acosada? Esto es un avance para la mujer y sin embargo, ya tiene detractores cuando si siquiera se ha aprobado. Ya hay un montón de información en contra de esta ley, cuando en realidad va a favorecer los derechos y las libertades de la mujer. Esta ley en realidad se llama ‘Ley de Garantía Integral para Libertad Sexual’.

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