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Un inspector de la Policía Local, acusado de dar dos bofetones a su ex: le piden 9 meses

  • El encausado negó los hechos

  • Según dijo en la vista, él y su novia denunciaron que ella los increpó e insultó

Un inspector de la Policía Local se enfrenta a una posible condena de nueve meses de prisión como presunto autor de un delito de lesiones cometidas en el ámbito de la violencia de género. Según refleja la Fiscalía de Melilla en su escrito, el procesado propinó dos bofetones en la cara a su ex mujer. Por ello, reclamó también que se dictara una orden de alejamiento e incomunicación por un periodo de tres años. Supuestamente, el funcionario y su pareja increparon a la denunciante y su amiga. “Me tenéis hasta los cojones”, le dijo el encausado, según expone la acusación. De acuerdo con el relato de la Fiscalía, la novia del acusado tuvo que tirar de él para que ambos se fueran del lugar después de los presuntos golpes. La acusación particular, que en esta causa representa a la víctima, elevó su petición a un año de prisión.

Estos hechos, que ayer fueron enjuiciados en el Juzgado de lo Penal número 2 de la ciudad, tuvieron lugar el 16 de diciembre de 2016 en la zona de discotecas del Puerto Noray. Según defendió el agente acusado, aquella tarde estuvo en una discoteca y la cuñada de su ex pareja le hizo unos gestos que no le gustaron, algo que le recriminó. Luego, cuando él y su pareja se iban a marchar del lugar, escuchó cómo tres mujeres le gritaban: “Hijo de puta, ¿qué has hecho?”. Explicó que estas eran su ex, que iba acompañada de su cuñada y otra amiga. “Yo me acerqué a ella para preguntar qué pasaba, si estaba bien”, aseguró el procesado. “Entonces se pusieron a insultar a mi novia”, dijo.

No le pegó, según él

El encausado negó que hubiera puesto jamás la mano encima a su ex mujer. Tampoco reconoció que la hubiera insultado o que su pareja tirase de él para que ambos abandonasen el lugar. “Yo lo único que le dije es que me dejase en paz”, sostuvo el procesado.

Según explicó, hubo un momento en el que pensó que la denunciante iba a agredir a su actual pareja, por lo que interpuso un brazo, pero incidió en que no se produjo agresión alguna.

El policía insistió en que, desde que él y su ex mujer rompieron, había sufrido varios incidentes similares. Aseguró que ella le llegó a manifestar que lo iba a “hundir”.

Según expuso, él y su pareja se fueron a la Jefatura de la Policía Nacional para denunciar a su ex por los insultos recibidos.

“No me lo esperaba”

La denunciante relató que estaba en una discoteca con sus compañeras cuando su cuñada regresó del baño y le dijo que se había encontrado con su ex y que este le había agarrado de forma agresiva del brazo. “Yo me descompuse”, rememoró. Según expuso, quiso salir para tomar aire y, estando en las escaleras que dan a la carretera por la parte de los barcos, escuchó a su ex gritándole que estaba “hasta los cojones” y a la novia de este llamándola “sinvergüenza” y “zorra”.

La mujer relató que ellos estaban en la carretera, mientras que ella y una amiga que la había acompañado estaban en las escaleras, por lo que se encontraban a una altura superior. “Yo iba a contestarle y entonces él me dio dos veces en la cara”, aseguró. Según expuso, él le golpeó con la mano. “Me dolió, no me lo esperaba”, dijo. “La novia empezó a cogerla y a tirar de él, fue la que se lo llevó”, contó la víctima.

Presiona a los padres

La amiga que presenció los hechos declaró como testigo. Sostuvo que todo ocurrió como la denunciante ya lo había expuesto. “Yo lo tenía a él justo en frente, aunque nosotras estábamos más altas por el escalón, e intenté frenarlo”, sostuvo. Según explicó, el inspector de la Policía Local era jefe de su padre y su madre. “Desde que ocurrió, le ha puesto cuatro partes a mi padre y uno a mi madre, cuando antes no habían tenido nada”, apuntó.

Por otro lado, declaró una ex pareja del encausado. La mujer sostuvo que estuvo siete años en pareja con el policía y que jamás recibió malos tratos. “Al contrario, es un hombre íntegro”, aseguró.

También testificó el forense de los juzgados, quien explicó que en su informe no pudo reflejar que se observaran rastros de lesiones en el rostro de la víctima, pero que era algo natural, ya que vio a la denunciante un día después de los hechos. “Es normal que dure el dolor o la molestia, pero no los signos exteriores por esos golpes”, dijo.

En su derecho a la última palabra, el encausado expuso que, si ese supuesto maltrato hubiera ocurrido, hubiese habido cientos de testigos, pero sólo testificaron las amigas de ella.

La magistrada titular del Penal 2 tendrá que dictar una sentencia.

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