INSONA, una Ong para la cooperación de Melilla con su entorno

Impulsada a nivel local por Ramón Buxarrais, proyecta crear una Casa para Mujeres en Cabo de Agua. INSONA, la asociación Iniciativas Sociales en Nador, se creó en enero de 1999 por “la necesidad que un grupo de religiosos y sociedad civil de las ciudades de Melilla y Nador” detectan en la vecina ciudad nadorense en materia de formación y atención a jóvenes y mujeres principalmente.
Animados e inspirados por la labor que las Hijas de la Caridad llevan desarrollando desde hace años en el pueblo de Dar Driuch de la misma provincia nadorense, surge esta Ong que en Melilla cuenta como principal impulsor con el obispo emérito, afincado en nuestra ciudad, Ramón Buxarrais y con los melillenses Miguel Moralejo Jr. y Joaquín González Molero como parte de su dirección más activa y comprometida.
Por la parte marroquí, INSONA también tiene un claro reflejo en ciudadanos muy comprometidos con el mismo proyecto, como el decano del Colegio de Abogados de Nador y el ingeniero Omar Sidali.

Proyectos

INSONA ha promovido hasta ahora un centro de formación para jóvenes de 18 a 30 años de ambos sexos que, en las aulas creadas junto a la antigua Iglesia católica de la capital nadorense, pueden adquirir clases de informática, fontanería, electricidad, confitería y cocina.
La escuela se creó para dar salida a jóvenes sin más meta de futuro que la emigración a Europa y que, en muchos casos, constituyen parte de esos menores que acaban en los centros de acogida de Melilla para, una vez alcanzada su mayoría de edad, verse forzados a abandonarlos sin posibilidades en muchas ocasiones de poder permanecer legalmente en España.
El antecedente de este centro, que se construyó con una aportación de 83 millones de las antiguas pesetas por parte de la Agencia Española de Cooperación Internacional, es la “Dangería”, un lugar de acogida de ancianos creado por las Hijas de la Caridad en un antiguo cuartel de Nador, que ha servido para que INSONA se haya ganado el respeto y la confianza de las autoridades marroquíes.
En la escuela de INSONA junto a la Iglesia de Nador, la enseñanza mixta es un hecho natural y la formación práctica de los jóvenes en oficios que pueden ayudarles a salir adelante en la vida una alternativa para una juventud protagonista de una ciudad en vertiginoso desarrollo, como es la vecina Nador, capital de la región oriental en la nueva regionalización de Marruecos.

Comprometidos

Ramón Buxarrais, afincado en Melilla desde hace ya 20 años, se comprometió rápidamente con la causa de las Hijas de la Caridad y logró que su pueblo natal en Cataluña, Santa Perpetua de Mogada, se transformara en mecenas de las monjas que en Dar Driuch no sólo crearon una granja y una explotación agrícola al servicio del pueblo, sino también una escuela taller para mujeres, cuyos bordados traspasan fronteras en su fama porque ni siquiera se distingue el derecho del revés en las cuidadas puntadas.
Cuanto producen en su taller de costura se traslada a Santa Perpetua de Mogada, que lo adquiere para devolver en metálico toda la recaudación lograda con la venta.
Junto a Ramón Buxarrais trabajan codo a codo Joaquín González Molero, miembro de Cáritas Inter parroquial desde hace 37 años, consejero de Educación por el PSOE en el primer Gobierno local que presidió Juan José Imbroda, vicepresidente de Cruz Roja cuando ejercía al frente de la institución Manuel Olmedo, miembro del Voluntariado de Prisiones impulsado por Buxarrais y conocido maestro local que al final encauzó su carrera como empleado de banco, aunque sin olvidar la academia que abrió tras diplomarse en Magisterio en  ‘El Real’.
Para González Molero, Buxarrais y Miguel Marmolejo Jr. (su padre fue un activo socialista y destacado miembro de Cáritas hasta su fallecimiento), ambos son el alma mater de INSONA junto a la parte marroquí.  En lo que tiene que ver con él, Joaquín González Molero peca de modesto, pero su entrega es tanta como la de sus compañeros de iniciativa en este proyecto que abre puertas a la cooperación entre Melilla y su entorno  y, sobre todo, crea alternativas de futuro para la juventud del hinterland que nos circunda.