El castillo de naipes que es INGESA se ha demostrado que no ha servido para nada. Hace 21 años, tras la disolución de INSALUD, se nos vendió, literalmente, “una entidad de menor dimensión, conservando la misma personalidad jurídica, económica, presupuestaria y patrimonial”, pero en la práctica no ha sido así y ahí están los hechos.
Estamos peor que nunca, aunque electoralmente nos vendan lo contrario. La huelga de los médicos es sólo la punta del iceberg y el barco les hace aguas por todas partes. Pueden preguntar al resto del personal sanitario del Comarcal, o en Atención Primaria, o en el Servicio del 061.
¿Por qué ha ocurrido esto? Veo dos motivos que ahora les razonaré. Pero se los expongo breve y claramente: mandan desde Madrid sin conocer la realidad de Ceuta y Melilla, y los que toman decisiones no tienen preparación sanitaria.
Empecemos por esto último y con datos objetivos. La directora general, Belén Hernando, es licenciada en Derecho y jurista del Cuerpo Superior de Técnicos de Instituciones Penitenciarias. El subdirector de Gestión Económica y Recursos Humanos, Javier López, es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales. Y la subdirectora de Gestión Sanitaria, María José Gémar, es arquitecto técnico.
Hay un cargo más a tener en cuenta y sí es licenciado en Medicina. Hablamos de Fidel Campoy, jefe de Área de Gestión Sanitaria y supervisor del proyecto del nuevo hospital de Melilla, que hasta el año 2020 ha trabajado en aseguradoras privadas. Por cierto, parece que es él quien decide cuántos médicos se necesitan y cómo debe ser el hospital. ¿Cuál es su conocimiento de la sanidad pública y de las circunstancias de Melilla?
De todos ellos, por cierto, se podría decir que teletrabajan, porque por aquí no se les ha visto y, si han venido, nunca se han sentado con profesionales sanitarios.
En España, como ustedes saben, hay 17 sistemas de gestión sanitaria, una por cada comunidad autónoma. Pues bien, me he molestado en mirar y atentos al dato. En 14 de las autonomías los consejeros o consejeras de Sanidad proceden del sector sanitario, 2 diplomadas en Enfermería y 12 licenciados en Medicina. Por cierto, de diferentes partidos políticos. Ahí gestionan los que saben, los profesionales. Hagan sus cábalas.
Segunda cuestión, en INGESA mandan sin conocimiento de causa. Lo coherente es que, desde aquí y sabiendo a qué nos enfrentamos y qué necesitamos, se pueda decidir qué plantilla es necesaria. Los médicos y el resto del personal sanitario de Melilla sabemos lo que precisan nuestros pacientes.
Ante la inoperancia demostrada, uno empieza a plantearse que una encomienda de gestión urgente para Ceuta y Melilla es la única solución. Y puestos a encontrar soluciones, que en INGESA muevan ficha inmediatamente y retengan a José Antonio Martínez Peña y María Elisa Perlado, director gerente del Área Sanitaria de Melilla y directora médica del Hospital Comarcal, respectivamente.
Fue una muy buena apuesta de la dirección territorial, ¿desde Madrid tampoco le dejan opinar? No entiendo, ni entiende ningún profesional sanitario de la ciudad, que les corten las alas apenas un año después. No puede ser que gente que quiere, que sabe y que pide mejoras se tenga que ir.
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