Esta semana se ha tratado específicamente la inmigración en dos ocasiones diferentes y en dos comisiones distintas en el Congreso de los Diputados. El martes 15, compareció ante la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Unión Europea la Señora Helena Maleno Garzón, fundadora de la organización Caminando Fronteras, muy conocedora de los movimientos de migrantes que, atravesando Marruecos, se dirigen a Ceuta o Melilla para lograr llegar a la Unión Europea o afrontan el viaje por vía marítima con medios muy precarios. Entre sus diversas manifestaciones se produjo una muy llamativa, que fue considerada de mucho interés por los parlamentarios de PSOE y UP presentes en la comparecencia y que manifestaron su admiración por la compareciente a la que consideran una defensora de los derechos humanos. Afirmó que igual de importante que el derecho a migrar en condiciones de seguridad era el derecho a no migrar. Es decir a que en sus lugares de origen se puedan generar, de alguna manera, las condiciones mínimas de vida y de seguridad que no impulsen a los migrantes a tener que abandonar el lugar en el que viven. Al día siguiente, en el seno de la Comisión de Cooperación Internacional al Desarrollo se presentó una Proposición No de Ley por parte del Grupo Parlamentario Popular orientada, precisamente, a garantizar el derecho a no migrar, esto es a generar condiciones de vida y de seguridad en los lugares de origen de la emigración que permitan reducir algunas de las razones por las que supuestamente se producen las migraciones. Fue rechazada por PSOE y UP con argumentos poco consistentes y poco relacionados con las razones expuestas por el proponente. La Cooperación para el Desarrollo persigue, en términos generales, la mejora de las condiciones de vida de la población, independientemente de que se encuentren o no en un contexto migratorio. Las actuaciones de la Cooperación Española en países que se encuentran en esta situación no tienen el objeto de frenar los movimientos migratorios. Su finalidad es mejorar las condiciones de vida de las poblaciones que viven en países más desfavorecidos. No obstante lo anterior, es difícil disociar la pobreza de la migración, habida cuenta de que la pobreza y la salud, entre otras, se encuentran entre las razones fundamentales para que se produzcan los citados movimientos migratorios. Desde hace unos veinte años, España ha experimentado un importante crecimiento en la recepción de inmigrantes irregulares procedentes del África subsahariana, especialmente de los países del Golfo de Guinea, con especial concentración en países como República de Guinea, Camerún, Sierra Leona o Liberia. Para estos países citados del Golfo de Guinea y otros del entorno, la emigración se materializa en un goteo de jóvenes y en alguna ocasión no tan jóvenes, que dejados llevar por las noticias que siguen a través de sus teléfonos móviles emprenden la emigración hacia Europa de mil y una maneras; desde el viaje a pie, el auto-stop o el uso de transportes terrestres clandestinos, hasta la descabellada infiltración en los trenes de aterrizaje de los aviones estacionados en los aeropuertos de sus capitales, con trágicas consecuencias en muchas ocasiones. Por su parte, para las autoridades locales en dichos países, la emigración es la responsable de que la situación económica del país sea la que es y no pueda mejorar. “Si los jóvenes se marchan, nunca habrá fuerza laboral para tirar del país hacia delante y si no se tira del país hacia delante, nunca habrá aliciente para que los jóvenes no se marchen”. Se estima, desde este punto de vista, que sería importante vincular nuestros esfuerzos en cooperación internacional al desarrollo, que no son pocos, con la eliminación de las causas que se encuentran en el origen de los flujos migratorios, con tan catastróficos resultados en demasiadas ocasiones. No cooperar con la resolución de los problemas estructurales en los países de origen es cooperar implícitamente con los movimientos migratorios masivos y someter a miles de personas a las penalidades de verse potencialmente sometidos, a su vez, al abuso por parte de desaprensivos. La Proposición No de Ley pretendía que en la próxima revisión del Plan Director de la Cooperación Española, se incorporase como uno de los criterios de valoración favorable para la selección de los países destinatarios de los proyectos de la cooperación española las circunstancias especiales de carencias de expectativas para su población, que concurren en determinados países, como consecuencia de las cuales, se convierten en países origen de emigración irregular, comportando graves riesgos físicos y morales para la seguridad de las personas que se ven en la necesidad de emprenderla. No obstante y a pesar de coincidir en su planteamiento con lo expuesto el día anterior por la Señora Maleno sobre el derecho a no migrar y que había sido considerado favorablemente por los parlamentarios de PSOE y UP, dado que la propuesta, en esta ocasión, procedía del Partido Popular, fue rechazada por dichos Grupos. Parece evidente que para esta Izquierda que nos aflige son más importantes sus animadversiones que sus afectos, incluidos los humanitarios. Incomprensible, o quizás no.
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