Incívicos y vertidos incontrolados, en la pista de carros de Melilla

Los incívicos continúan campando a sus anchas en la pista de carros, pese a la prohibición de entrada de vehículos en la zona, vigente desde el 1 de este mes.

El Faro pudo comprobar que hay vertidos ilegales, que no estaban a finales de junio y otros que han sido recogidos. Desde Ecologistas en Acción-Guelaya piden multas creíbles porque la ley prevé sanciones de hasta 300.000 € para las personas que tiran los restos de obras, incluso los que son muy contaminantes, pero los infractores no pueden asumir las multas por lo que la sanción no cumple su objetivo.

Los precios para dejar los residuos en la escombrera municipal salen por 6 euros la tonelada métrica (Tm), en el caso de los limpios; 18 euros/Tm, los mixtos pero ya se sube a 30 €/Tm, en el caso de los sucios. Es éste último precio el que esquivan quienes optan por dejar vertidos ilegales en la pista de carros.

La Consejería de Seguridad Ciudadana del anterior Gobierno (PP), en coordinación con la Comandancia General de Melilla, acordó a finales de junio limitar la circulación de vehículos no autorizados por esta zona de titularidad militar. La idea era conseguir frenar los vertidos incontrolados, pero casi un mes después no ha surtido efecto.

A Manuel Tapia, de Ecologistas en Acción-Guelaya, no le extraña que se mantengan los vertidos incontrolados en la pista de carros. “En el vertedero no se recogen residuos de escayola porque hay que tirarlos en el centro de soterramiento y allí debería haber horarios flexibles porque por la tarde está cerrado y es cuando la gente que termina la obra, va a tirar los escombros. Ahí es cuando te encuentras la escayola tirada por todos lados”, dice.

Vertidos en la periferia

Según comenta a El Faro, recientemente en el camino hacia el toro de Osborne, en apenas 800 metros, contó más de un centenar de vertidos ilegales. “En general, toda la periferia de Melilla que no es camino de carros está llena de escombros”, explica.

“El camino de carros está otra vez lleno de escombros. Mientras no se controle que se cumple la prohibición, son todo buenas palabras. Si los vehículos tienen acceso, otra vez se llenará todo de escombros”, insiste el ecologista.

Tapia recuerda que pidieron que no entraran los coches al camino de carros, pero querían que se hiciera efectiva esa prohibición.

“Tiene que haber vigilancia y sanción, pero no desorbitante. Siempre dicen: “A esos hay que crujirlos bien”. No. La gente que comete este tipo de calamidades no tiene para pagar esas sanciones. Al final nadie las aplica. Es como un brindis al sol. De qué sirve multar con 200.000 euros por tirar escombros y que no haya ni un policía que pase por ahí y lo vea. Los escombros se están tirando de día, delante de la gente”, añadió.

En su opinión, hay que apostar por sanciones que se cumplan. “Quevedo (el exconsejero de Medio Ambiente del Gobierno de Imbroda) me decía: ‘Dos mil euros, a quien tire escombros’. No, porque eso no lo aplica nadie. Métele menos, pero que haya agentes de medio ambiente que se paseen por la periferia y que hagan cumplir esas sanciones, de poca cuantía, pero que se cumplan”, concluye.

“Si cobraran 1 € a quien tire colillas en el suelo, se dejarían de tirar”

Manolo Tapia, representante de la organización Ecologistas en Acción-Guelaya, ha comentado a El Faro que “está harto” de ver cómo en Melilla “se siguen tirando las colillas al suelo”.

“Si cobraran un euro al que tire las colillas en el suelo, se dejarían de tirar”, asegura convencido de que sanciones pequeñas surten más efecto que cuantías desorbitadas.

El ecologista no entiende cómo puede haber gente joven tirando la colilla al suelo “como la cosa más normal del mundo”. “No, vamos hacia atrás en ese aspecto”, insiste.

Asimismo, admite que en cuanto a la recogida de escombros en vertederos incontrolados en la ciudad, estamos aún muy lejos de solucionar el problema. “Hay que solucionarlo con muchas medidas”, recalca en declaraciones a El Faro.

Hassan Mohatar: “Vamos a tener que multar y ser más duros porque no hay manera”

El consejero de Medio Ambiente ha dado ya la orden de recoger los vertidos de la pista de carros

El consejero de Medio Ambiente de Melilla, Hassan Mohatar, lamenta que los ciudadanos que tiran escombros en la pista de carros o en cualquier otro punto de la ciudad no entiendan que “ésta es la casa común de todos”. Por ello, el político cepemista baraja buscar soluciones ‘contundentes’. “Vamos a tener que multar y ser más duros porque no hay manera”, dijo ayer en declaraciones a El Faro.

Mohatar confirmó además que, en efecto, está vigente, desde primeros de mes, la orden que prohíbe que los coches no autorizados entren en la pista de carros, pero reconoce que la medida no ha surtido el efecto esperado y continúan los vertidos ilegales.

Al ver las imágenes de cómo está la zona, el consejero de Medio Ambiente dio la orden para que se recojan todos esos escombros.

Mohatar aclara que no es que los escombros de yeso no se admitan en el vertedero municipal sino que tienen la tarifa más alta a la hora de depositarlos. “Tenemos un problema porque en el vertedero la capacidad cada vez es menor. Y la gente dice, ‘lo dejo ahí (en la pista de carros) y que luego la Ciudad se encargue de recogerlo’ porque es sucio y contaminante, explica.

El responsable de Medio Ambiente apuntó además que próximamente tendrá una reunión con agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y con la Policía Local para abordar el tema de los vertidos ilegales en la pista de carros. “Tenemos que ser contundentes. No podemos permitir lo que se está haciendo. Esto se va a convertir en una escombrera y no puede ser”, recalcó.

El consejero del tripartito de Melilla insiste en que es consciente de que “la gente, por ahorrarse el dinero, que relativamente puede ser caro llevar los residuos a la escombrera, prefiere dejarlo en cualquier esquina, en cualquier descampado y eso no se puede permitir”.

Hassan Mohatar confiesa que una de las primeras cosas que preguntó cuando asumió su cargo es qué pasa con la ordenanza municipal. “En Melilla hay cuestiones que yo no entiendo. Hay ordenanzas en determinadas cuestiones que ni siquiera las tenemos o que son antiguas, como del año 1969. Ahí es verdad que tenemos que tener una actualización de estos temas. Ahí entra, por ejemplo, el tema de los excrementos de perros, que vas por la calle pisándolas. En esas cosas, tenemos que ser más duros y crear ordenanzas que son necesarias como la del consumo de agua y la limpieza de la ciudad”.