La situación que se presenta con la crisis del coronavirus a los empresarios y trabajadores autónomos de la ciudad trae mucha incertidumbre y preocupación. Así lo describió Elena García Cruz, empresaria autónoma y propietaria de la Academia Vetonia y la Escuela Infantil Merlín. Son unas circunstancias totalmente nuevas que además están pasando factura a la mayoría de los negocios de la ciudad debido al cierre de comercios a causa del Estado de Alarma.
García Cruz ha tenido que hacer en su empresa un ERTE, Expediente de Regulación Temporal de Empleo, ya que el sector donde opera, el educativo, fue el primero en paralizarse. Aunque ve como las profesoras y técnicos que conforman su plantilla no paran de hacer iniciativas para los alumnos de la escuela a través de plataformas online para trabajar a distancia, y es una actitud que la enorgullece mucho. Señaló que esos ERTEs son temporales y que permitirían a sus empleados volver cuando se decrete el fin de esta situación excepcional.
Por otro lado, dijo que en la academia se estaba desarrollando aún dos cursos del Servicio Público Estatal de Empleo de Auxiliar de Almacén y de Operaciones Básicas en Pisos y Alojamientos, los cuales han tenido que paralizarse con apenas 30 horas para finalizar, y algunos alumnos estaban ya realizando prácticas en algunas superficies comerciales de la ciudad y han tenido que cesar esta actividad. García Cruz aseguró que dichos cursos se retomarán de inmediato cuando acabe todo. “No hay más que hablar, hay que hacerlo así, y se hace porque la realidad obliga a la circunstancia”, expresó.
La orden de cierre de establecimientos va a ser dura para muchos negocios como el de Eco Go, una tienda de movilidad urbana sostenible, donde los melillenses podían encontrar bicis, patinetes y motos eléctricas. Ahora está cerrada, y estos meses de cierre para sus propietarios va a ser duro. “Eso es solo un gasto absoluto porque lo tenemos que tener cerrado”, aseguró Isabel Montis, una emprendedora melillense que gestiona este negocio junto a su marido. “Tiene suerte de tener su trabajo, con su compatibilidad, donde también paga la cuota autónomos; entre los dos gestionamos la tienda pero ahora esta cerrada”, señaló, indicando que será “todo pérdidas”.
Montis también es psicóloga y tiene su propia consulta, aunque la situación también está complicada para hacer las sesiones, ya que muchas son con personas mayores y quizá no se manejen muy bien con las TICs, y teme que no se puedan gestionar estas intervenciones con la máxima seguridad y confidencialidad que se requiere. Contó que desde el Colegio Oficial de Psicólogos (COP) se han puesto en contacto con ella para que forme parte de una plataforma para asistir mediante teleconferencia a todos aquellos que lo necesiten durante estos meses. Comentó que desde el COP han asegurado que esta plataforma tendría un alto nivel de seguridad, y que por ello quiere darse de alta para atender a los pacientes.
En el caso de la sociedad Abracadabra el cierre de los negocios de la ciudad también ha supuesto muchas pérdidas. Vanesa Rubio, una de los tres socios que componen Abracadabra, desconoce hasta cuánto ascenderían las pérdidas, tan solo saben las cifras de las deudas que van asumiendo como los créditos hipotecarios del local, las cuotas de la Seguridad Social o la mercancía que había en camino. Hicieron el comunicado un día antes de que la Ciudad Autónoma diese la orden de cierre de todos los comercios “por responsabilidad y por las noticias que se iban viendo ya a nivel nacional”.
Al ser un negocio del sector de organización de eventos y celebraciones y que se dedica a “hacer felices a la gente” con esta crisis han viso que se han cancelado todos los cumpleaños, las comuniones y celebraciones del mes de marzo y parte de abril. Incluso han perdido una boda que tenían programada para finales de abril y toda esta semana de campaña para celebrar el Día del Padre. Estos meses eran “un pilar muy fuerte” para ellos.
Ante las medidas: premura
Para Elena García Cruz las medidas que han propuesto desde el Gobierno podrían suponer un balón de oxigeno para los empresarios en esta crisis. Por un lado, el ERTE permitiría que tras la pandemia todas las personas pudieran volver a su puesto de trabajo. “No es una solución total, pero es una medida que resulta buena para nosotros”, dijo la empresaria. Se pregunta cuánto tiempo puede tomarse la administración para solucionar el papeleo que supone para los afectados que además necesitan cobrar el paro.
También ve con buenos ojos que aquellas personas que no han podido cotizar lo suficiente se les facilite el abono del subsidio de desempleo, aunque mostró preocupación en cuanto a si su personal podría cobrar esas ayudas que se supone que ofrecerán en cuento se haga efectivo el ERTE.
Asimismo, el hecho de que se haya decidido paralizar por el momento el pago de cuotas de la Seguridad Social por el momento r a trabajadores autónomos y pequeñas empresas que han visto paralizada su actividad profesional.
Mantener el optimismo
“Creo que lo mas conveniente ahora mismo, aunque no suene práctico: no hay que perder la ilusión por intentar mantener nuestro trabajo, nuestras empresas y nuestra vida y luchar en todo lo que podamos con responsabilidad, no solo por nuestra salud, sino por los demás, la salud de nuestros trabajadores, y volver cuanto antes a nuestra vida habitual”, manifestó optimista Elena García Cruz.
Isabel Montis ve la situación muy complicada pero asume que es lo que ha tocado vivir: “esperemos que sea por poco tiempo; cuanto más se prolongue más difícil va a ser reiniciar otra vez todo el proceso”.
Por su parte, Vanesa Rubio contó que Abracadabra nació en plena crisis del 2008, y que desde entonces han conseguido superar situaciones un tanto complejas, aunque nunca se habían enfrentado a algo como esto. “Pero vaya, creo que podremos salir adelante con todo esto por nuestras nóminas, de otros trabajos con estabilidad, si no la empresa tendría que cerrar seguro”, señaló.
Ahora mismo de lo que hay que preocuparse es de la cantidad de personas enfermas, muchas de ellas a lo mejor no sobrevivirán. Superemos esto y luego habrá tiempo para otras muchas actividades, quizás, hasta cambiar la ciudad. Ya que de esto vamos a salir y mejores personas.