Imbroda ve negativo que Marruecos y Francia no colaboren contra el yihadismo

El presidente Juan José Imbroda señaló en la jornada de ayer que el deterioro de las relaciones diplomáticas entre Francia y Marruecos “no es buena”, principalmente por la importancia que tiene la colaboración entre estos dos países para la lucha contra el terrorismo yihadista a nivel internacional.

El jefe del Ejecutivo local, en declaraciones a Onda Cero, consideró que esta reducción de la cooperación entre Rabat y París es “un fenómeno pasajero”, habida cuenta de que no existen “problemas serios” entre ambas naciones. “Creo que la ruptura es más aparente que real. Ambos tienen la necesidad de defenderse mutuamente”, apuntó.
Además, señaló que España servirá para “triangular” las relaciones diplomáticas entre estos países. En cuanto al diálogo que tiene nuestro país con el reino alauí, Imbroda aseguró que es “excelente” a todos los niveles. “He leído en los medios de comunicación que en Melilla existe mayor atención sobre el yihadismo, pero yo no lo he sentido así nunca”, añadió. “Se han producido problemas en otros lugares de España y de Europa, mientras que aquí no”, abundó.
Eso sí, destacó que “hay que estar muy atentos”, como demuestran las numerosas detenciones de presuntos yihadistas que se llevaron a cabo en 2014 en Melilla. “El trabajo de los servicios de información en la ciudad es muy potente, su labor es muy buena”, subrayó.
En la misma línea, apuntó que la colaboración marroquí es “indispensable” en estos casos. “No tengo sensación alguna de peligro inminente y los melillenses tampoco”, apuntó en alusión al auge de las organizaciones terroristas de corte fundamentalista. “Eso no quita que estemos en guardia y que se apoye mucho más a Melilla y Ceuta en temas como empleo y formación, principalmente con políticas dirigidas a los jóvenes”, defendió.

La jugada de España
Las relaciones diplomáticas entre Francia y Marruecos experimentaron un serio deterioro a partir  de febrero del año pasado, cuando comenzó a suspenderse toda la cooperación judicial y en materia de seguridad entre ambos países. La situación fue aprovechada por España, que a día de hoy muestra un nivel de entendimiento con Rabat sin precedentes, sobre todo en temas como la lucha contra la inmigración irregular y el terrorismo yihadista. Prueba de ello es que a lo largo del 2014, en las distintas operaciones para desarticular grupos de captación fundamentalistas en Melilla y Marruecos, las fuerzas policiales de ambos países mostraron una coordinación nunca antes vista.
En lo que respecta al deterioro del diálogo entre Rabat y París, la situación comenzó a torcerse  después de que la Policía francesa reclamara al embajador marroquí, Chakib Benmoussa, su apoyo para llevar ante los tribunales al director de la Dirección de Supervisión del Territorio, Abdelatif Hamouchi, es decir, al jefe de los servicios de inteligencia del país vecino.
El embajador magrebí se negó a que Hamouchi, acusado de varios casos de tortura, acompañara a los agentes de seguridad, lo que se convirtió en un punto de inflexión entre ambos gobiernos, que dejaron de lado su colaboración en temas de seguridad, aunque sí mantienen sus relaciones comerciales y económicas abiertas. Por ello, Imbroda consideró ayer que esta crisis diplomática sería más bien “pasajera”.

Diálogo fluido
A raíz de esta este problema entre Rabat y París, España se ha convertido en el principal socio del reino alauí en materia de seguridad, como demuestra el buen nivel de colaboración que existe para luchar contra la inmigración irregular en Melilla. Sin ir más lejos, en el último intento de entrada fueron las Fuerzas Auxiliares del país vecino las que repelieron a los inmigrantes, una escena que se ha repetido en numerosas ocasiones a lo largo del 2014.
La buena relación entre España y Marruecos ha alcanzo tales cotas en los últimos meses que el Gobierno de Mariano Rajoy incluso ha reconocido con una condecoración policial los trabajos de Hamouchi, el jefe de los servicios de inteligencia del país vecino al que Francia quería llevar ante la Justicia y que provocó el inicio de la debacle diplomática con el reino alauí.