Con el apoyo exclusivo del Grupo Popular y la abstención de los socialistas y cepemistas, que optaron por no presentar candidato.
Con veinte días de retraso por fin se constituyó ayer la novena y nueva Asamblea democrática de la Ciudad de Melilla desde que en 1978 se aprobara la actual Constitución española. El acto, “solemne”, tal cual lo definió el reelegido presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, se desarrolló conforme a lo previsto en poco más de treinta minutos y con la toma de escaños por parte de los 25 diputados que la componen como principal contenido. Además, se eligió a los vicepresidentes de la Mesa de la Asamblea que, nuevamente, serán dos mujeres: Cristina Rivas, una vez más en el cargo de vicepresidenta primera, y la cepemista Dunia Almansouri, en el de vicepresidenta segunda.
Sin sorpresas
No hubo sorpresas de ningún tipo a lo largo de la sesión, que puntualmente se inició a las 12:30 del mediodía en el marco del Salón Dorado del Palacio Municipal.
Entre los invitados, las primeras autoridades civiles y militares, encabezadas por el delegado del Gobierno y el comandante general, así como una amplia representación del actual Gobierno en funciones, de miembros de la Asamblea saliente y de familiares de los nuevos diputados locales.
La nueva Asamblea representa una renovación del 48% respecto de la anterior, al incluir doce nuevos diputados, aunque algunos de ellos, como es el caso de la popular Carmina San Martín o de los cepemistas Hassan Mohatar y Salima Abdeslam, ya han ocupado escaño en corporaciones anteriores.
No obstante, sí se incorporan por primera vez a la principal corporación melillense quien fuera hasta hace tres meses delegado del Gobierno en Melilla, el socialista Gregorio Escobar, los nuevos diputados cepemistas Abderrahim Mohamed Hammu y Jalid Said Mohamed, y los representantes del no menos nuevo Populares en Libertad, caso de Julio Liarte Parres y Rosa Cuevas.
Igualmente se incorporan por primera vez como diputados los populares Ángeles Gras Baeza, José Manuel Calzado, Sofía Acedo y Francisco Villena, aunque este último viene formando parte de los distintos gobiernos locales presididos por Imbroda desde el año 2003.
La nueva Asamblea está compuesta por quince hombres y diez mujeres. Además, es representativa de la multiculturalidad melillense, en la medida que siete de los 25 diputados son de origen bereber y confesión musulmana (un 28% idéntico al porcentaje de musulmanes presentes en la anterior corporación), y sólo una, la actual consejera de Cultura en funciones y de nuevo diputada local por el PP, Simi Chocrón, es de religión judía.
Procedimiento
Como viene siendo habitual desde que se decidiera separar el acto de constitución de la Asamblea de la investidura formal del presidente de la Ciudad, el acto comenzó con la constitución de la Mesa de Edad, conformada por los candidatos electos de mayor y menor edad, caso de Juan José Imbroda y Sofía Acedo respectivamente.
Ambos presidieron la sesión hasta que se procedió a la reelección de Imbroda como presidente y a la designación, igualmente por votaciones, de las nuevas vicepresidentas de la Asamblea.
De los 25 diputados, 14 juraron su cargo y 11 optaron por prometerlo. Uno a uno, fueron repitiendo sobre la Constitución su compromiso de servir a España y a la Ciudad de Melilla, de acatar la Constitución y el Estatuto de Autonomía de la Ciudad, de guardar y hacer guardar las leyes vigentes, de respetar los derechos y libertades de los ciudadanos, guardar fidelidad al Rey y cumplir con las funciones propias de los diputados de la Asamblea de Melilla.
Imbroda, único candidato
El cabeza de lista del PP fue el único candidato a la Presidencia, mientras que los grupos de la oposición optaron en todos los casos por declinar la opción de postularse para un cargo que, en función de los resultados de las elecciones del 22 de mayo pasado, estaba destinado nuevamente a Juan José Imbroda.
De tal modo, con los 15 votos del Partido Popular, correspondientes al número de escaños conseguidos por este partido en la nueva Asamblea, Imbroda fue ayer reelegido presidente de la Ciudad de Melilla. Los diez diputados de la oposición optaron en todos los casos por abstenerse.
Anécdotas
Frente a la falta de sobresaltos y el rigor medido con que se produjo la sesión, sólo algunas anécdotas llamaron la atención. Por ejemplo, el enredo con que Dionisio Muñoz inició su toma de posesión, jurando y prometiendo a la vez su cargo para, de inmediato, corregir y optar por la fórmula de la promesa.
Por su parte, a la viceconsejera del Mayor y de nuevo diputada en la Asamblea melillense, Carmina San Martín, la lectura del juramento la sumió en una pequeña errata verbal que la llevó a comprometerse a “atacar” en lugar de “acatar” la Constitución.
Tampoco pasó inadvertida la presencia del exdiputado cepemista, puesto en libertad hace poco más de una semana, Abderrahim Sellam, que no obstante abandonó la sesión una vez que sus compañeros de partido prometieron sus cargos.
Pequeños chascarrillos sin mayor importancia de un acto solemne que tendrá su continuidad el próximo sábado, con la investidura formal de Imbroda como presidente y, dos días más tarde, el lunes 11, con la toma de posesión del nuevo Gobierno local.
Discurso programático
Imbroda, que aprovechó para felicitar a los diputados por su escaño, se remitió a su próxima investidura para pronunciar su discurso programático. Una declaración principal de lo que serán sus próximos cuatro años de Gobierno cuyo aplazamiento justificó en atención al respeto que merece el Rey, quien deberá refrendar en los días próximos su elección como presidente de la Ciudad para proceder a su proclamación oficial en el Boletín Oficial del Estado.
No obstante, la primera autoridad local sí reiteró el deseo de su futuro Gobierno de centrarse en la necesaria reforma del Reglamento de la Asamblea, a fin, dijo, de “agilizar” su funcionamiento, “evitar inflexiones” y hacer posible una gestión “más democrática y transparente”.
Imbroda clausuró el acto con un compromiso genérico de “hacer todo” lo posible para “lograr una Melilla mejor entre todos”.
Vicepresidencias de la Asamblea: Una votación simultánea y previsible
No hubo tampoco sorpresas en la elección de las vicepresidencias primera y segunda de la Mesa de la Asamblea. El PP, con sus 15 diputados, no quiso jugar a dividir su voto mayoritario para quedarse con ambos puestos, y finalmente resultó electa como presidenta primera Cristina Rivas, con el apoyo de todo su grupo, mientras que la vicepresidencia segunda correspondió a la cepemista Dunia Almansouri, con un total de 6 votos.
El grupo de Populares en Libertad destinó sus dos votos a su cabeza de lista Julio Liarte, que con sus minoritarios apoyos no logró acceder a ninguna de las dos vicepresidencias, mientras que los socialistas optaron por abstenerse.
La elección de los vicepresidentes de la Mesa de la Asamblea se hace mediante voto secreto y simultáneo, de modo que ocupa la vicepresidencia primera quien más apoyos obtiene, mientras que la segunda recae en el siguiente con más votos a su favor.
El PP, con sus 15 votos, podría haber fraccionado sus apoyos a favor de dos candidatas populares. Sin embargo, optó por evitar el riesgo de que un posible pacto entre los grupos de la oposición acabase por arrebatarle la vicepresidencia primera de la Asamblea. Con ello, se facilitó también que la oposición volviera a ocupar la vicepresidencia segunda, como ha venido siendo tradición hasta la pasada legislatura, en la que ambos puestos recayeron en dos diputadas del grupo Popular, caso de Rivas –ahora reelegida- y de Esther Donoso.