Imbroda incide en que hay que cambiar la legislación sobre menores extranjeros

El presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, dijo ayer que la solución al problema derivado de la presión migratoria de niños y adolescentes extranjeros no acompañados pasa por cambios legislativos y por “el reparto solidario” de estos jóvenes entre las distintas comunidades autónomas. “Lo que hay que hacer es adaptarse a los nuevos tiempos y legislar sobre el tema de los menores”, incidió.

En declaraciones a la prensa, calificó de “debate absurdo y estéril” la devolución de las competencias de menores, como defienden en Melilla los grupos de la oposición. Así señaló que este asunto “tiene poco recorrido dialéctico”, y consideró que la solución “es fácil, que se lleven a los menores” de Melilla.

Imbroda, que comparte la visión del presidente ceutí, Juan Jesús Vivas, de no modificar el estatuto para devolver las competencias en menores, indicó que cuando se transfirió esta materia en 1994 no se preveían “estos fenómenos nuevos, como el de la inmigración en general y el de menores en particular”.

Por ese motivo entiende que “hay que adaptarse a los nuevos tiempos, legislar sobre el tema de menores, pero no devolver las competencias”, sino que tiene que haber “una solidaridad nacional importante para que entre todos nos repartamos a los niños” y así “ellos irán mejor y podremos tirar mejor hacia adelante”.

Indicó que si no se pone freno a las entradas “esto no tendrá solución”, de ahí que manifestase que es el Gobierno central “el que tiene que llevarse a los menores, pero no devolver las competencias, porque si se dan y los menores se quedan aquí, no se habrá hecho nada”.

Imbroda señaló que la ayuda de 1,3 millones aprobada por el Gobierno central para Melilla, dentro del reparto de 38 millones en el que Andalucía recibe más de 25, “más que una inyección (económica) es una tirita”. Por ello, aseguró que la Ciudad Autónoma va a protestar por el reparto y los criterios utilizados.

A su vez, reiteró que los argumentos utilizados para el reparto “son una falsedad”. A su parecer, lo único que ha buscado es “un acuerdo para darle dinero a la Junta de Andalucía porque es de la cuerda política de Sánchez”. Así, añadió que cualquier observador neutral vería “el disparate” de conceder a Melilla 1,3 millones, una ciudad de 13 kilómetros cuadrados y mil menores, y 25,5 millones a Andalucía.

Imbroda incidió en que lo ocurrido “es una afrenta” para Melilla, y afirmó que el debate “no es que te den más o menos dinero, es que nos están ofendiendo a los melillenses y esto no se puede consentir”. De ahí el anuncio que hizo de que la Ciudad va a “pelear con todos los medios legales a su alcance para intentar arreglar este reparto torticero”.

"Encontrar un equilibrio” con el comercio atípico

El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, señaló ayer ante los medios de comunicación que es necesario “encontrar un equilibrio” para mantener el comercio atípico. “Las imágenes son nefastas, el ver a una señora arrastrando fardos”, mantuvo, aunque apuntó que son miles las personas que se dedican al porteo porque si no “se morirían de hambre”.

Así, Imbroda incidió en que la actividad derivada del contrabando no se puede cortar. “Si se aprieta y cortas, estas personas se mueren de hambre y produciría muchísimo desempleo”, argumentó el presidente.

El jefe del Gobierno local, que fue preguntado sobre la propuesta planteada por Podemos en el Senado para regularizar el comercio atípico, señaló que el grupo del PP ha presentado una transaccional.

“Ellos [refiréndose a Podemos] hablaban de humanizar y van en contra del comercio atípico porque dicen que es inhumano”, expuso Imbroda.

Al parecer del presidente de Melilla, los problemas que se dan en el contrabando son culpa de Marruecos. “Es el que lo regula, el que admite o no admite una mercancía cuando le da la gana”, sostuvo.

Para el máximo responsable de la Ciudad, la actividad podría mejorar si el país vecino colaborase de una forma “coherente, no un día sí y otro no”. Aseguró que este descontrol de las autoridades marroquíes es el que da lugar a problemas como “los atascos y los follones” que sufren las personas que se dedican al porteo de fardos.