Actualmente se aplica un 10% que encarece notablemente los alimentos.
Los representantes de la Asociación de Celíacos de Melilla, liderados por Elena Samper, se reunieron ayer con el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, de cuyo encuentro al menos consiguieron el compromiso del Gobierno local de llevar a cabo un estudio para rebajar el impuesto de importación que pesa sobre los productos para celíacos, esto es, sin gluten. Según explicó Samper, este impuesto está fijado actualmente en un diez por ciento y la intención de Imbroda es rebajarlo lo máximo posible hasta un 0,5.
La celiaquía es una enfermedad más común de lo que se pueda pensar. Hoy día uno de cada 150 niños es celíaco, una proporción que aumenta en ciertos sectores de población en los que se da una consanguinidad. Aquí en Melilla no se tienen datos exactos pero afecta más a niños que adultos, según contó lapresidenta de la asociación. Además, pueden pasar años hasta que la enfermedad se desarrolla y un diagnóstico tardío puede acarrear “más enfermedades asociadas incluso más graves”.
Por ello, las familias de celíacos se encuentran con muchas dificultades a la hora de acceder en la ciudad a productos sin gluten y evitar también la contaminación cruzada. “Muchos establecimientos han publicitado que tienen comida sin gluten y luego a la hora de tratar esos alimentos no tienen en cuenta la contaminación cruzada con los que sí tienen”, explicó Samper.
Durante la reunión, la Asociación también trasladó al presidente local la carencia de un especialista en gastreontología, para un diagnóstico precoz, así como nutricionistas y psicólogos, para realizar los seguimientos a los enfermos.
El principal problema para los enfermos y sus familias es el alto coste de los productos sin gluten. Samper puso de ejemplo que, mientras que una barra de pan con gluten cuesta 35 céntimos de euro, “uno sin gluten que pesa la mitad cuesta 1,80 euros”. Unos gastos, en ocasiones, insalvables para familias más humildes.
Entre los planes de la asociación también se encuentra reunirse con el colectivo de hosteleros para concienciarles sobre este problema y “que tengan claro que los celíacos pueden comer de todo, pero sin gluten, y hay que tener muy en cuenta el proceso y tratamiento de estos alimentos para evitar la contaminación cruzada”, argumentó.
Este año, la entidad recibió una subvención que ha cubierto los gastos de publicidad de la asociación así como la difusión de esta enfermedad. “Esperamos que nos echen una mano para 2011 para traer a médicos que den charlas a los de aquí para hacer un diagnóstico precoz”, finalizó.
Aprender a “sobrevivir” y cursos de cocina navideña para niños
Entre los próximos proyectos que la Asociación de Celíacos de Melilla quiere llevar a cabo en los meses venideros son la celebración de dos cursos de cocina enfocados principalmente a los productos navideños y otro para los más pequeños “para que ellos mismos sepan cómo cocinar sin gluten, porque nunca sabes dónde vas a vivir y Melilla no es como Madrid que das una patada y tienes un montón de sitios donde venden productos para celíacos”, explicó su presidenta, Elena Samper. Aunque por el momento no hay fecha para estos cursos muy probablemente se hagan en noviembre. Por otro lado, y teniendo en cuenta la escasez y poca variedad de este tipo de alimentos en Melilla, Samper aseguró que “intentamos enseñar a nuestros asociados a sobrevivir”. En este sentido, la Asociación aconseja a las familias con celíacos que compren la harina para poder hacerse el pan en sus propias casas. “Mis hijas ya saben que los miércoles hacemos galletas y los días alternos hacemos pan”, comentó la presidenta de la entidad. Este aprendizaje también se enfoca a la repostería e incluso también para el consumo de algo tan común como la pasta italiana. “En mi casa ya sabemos hacer pasta fresca que elaboramos nosotros mismos”, reseñó.