Calabuig subrayó que si no se hubiera realizado esta intervención ,podría haberse producido “un grave problema” en Melilla.
El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, destacó ayer que la obra que se ha realizado en la depuradora de la ciudad permitirá que se aumente un 30% la cantidad de agua que se tratará en esta planta. El presidente apuntó que la población de Melilla ha crecido en los últimos años de forma importante y que ante esta realidad era necesario realizar esta intervención, que ha costado poco más de 900.000 euros.
Imbroda destacó, además, que las actuaciones realizadas también permiten que la planta depuradora no consuma "ni un litro de combustible", ya que funciona con el gas metano que se produce y que ahora es aprovechado para el calentamiento de los fangos, que posteriormente se deriva a la incineradora.
Imbroda señaló que esta obra, aunque “no sea vistosa para los ciudadanos”, es muy necesaria para dar un mejor servicio público a todos los melillenses. “Hemos adaptado la depuradora a las necesidades actuales de la ciudad”, insistió el presidente
Por su parte, el consejero de Medio Ambiente, José Ángel Pérez Calabuig, reseñó que la intervención ha sido complicada porque no se podía parar el servicio que realiza la planta de deporación. Es decir, que han tenido que seguir funcionando las instalaciones antiguas, mientras se construían las nuevas. “Ha habido que adaptar lo nuevo a lo viejo, sin parar lo viejo”, señaló.
Asimismo, explicó que los espacios son “muy pequeños”, lo que también ha añadido dificultades técnicas a la realización de los trabajos necesarios para la ampliación de la depuradora.
Pérez Calabuig indicó que ya se habían hecho reformas anteriores, pero que llegó un momento en el que el agua que llegaba a la depuradora era mayor que la capacidad que tenía. El consejero dijo que la actuación principal ha sido la construcción de un tercer decantador para aumentar el volumen de agua que puede tratarse en la planta.
Pérez Calabuig aseguró que se trata de una obra que era “muy necesaria” para Melilla porque llegaba un momento en el que si la depuradora no podía asumir el agua que llegase se podía producir “un gran problema”, sobre todo para los baños. El consejero insistió en que era imprescindible realizar esta intervención para garantizar el servicio de tratamiento del agua.