El presidente del Gobierno autonómico asegura que si se celebrara una protesta para defender los derechos de los desempleados “estaría en primera línea”. A falta de cuatro días para que se celebre la primera huelga general de la presente legislatura, el presidente autonómico, Juan José Imbroda, se pronunció sobre esta convocatoria de paro, la cual consideró que tiene claros tintes políticos. Así, la máxima autoridad local aseguró respetar este derecho constitucional, pero se mostró convencido de que detrás de su organización está el Partido Socialista (PSOE).
Además, opinó que la huelga no se ha convocado con motivo de las elevadas tasas de paro que hay en toda España, sino “por las posibles contingencias que pueda sufrir un trabajador en un momento concreto”, en clara referencia a la Reforma Laboral del Gobierno de Mariano Rajoy, que ha sido la causante de que las organizaciones sindicales se hayan levantado en pie de guerra.
De igual modo, afirmó que en este tipo de protestas lo que más debe primar es la defensa de los 5,4 millones de desempleados que hay en toda España. “Si se convocara una manifestación para luchar por los derechos de estas personas, yo sería el primero en acudir”, afirmó el presidente de la Ciudad Autónoma.
Asimismo, reiteró que la huelga convocada no tiene un motivo claro, pues señaló que los sindicatos van a protestar “por cosas que aún estar por ver”. Por otro lado, defendió que la Reforma Laboral del Gobierno central tiene por objetivo a corto plazo frenar la destrucción de puestos de trabajo. “El objetivo primordial es que los 5,4 millones de parados que hay ahora mismo en España no se conviertan en 6”, agregó la máxima autoridad local.
“El país es ahora mismo un enfermo en estado grave y debemos evitar a toda costa que continúe empeorando”, explicó el presidente Imbroda, quien lamentó que no se tomaran decisiones “con una voz fuerte para defender los derechos de los parados” durante los siete años y medio de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
En cuanto a los efectos de la Reforma Laboral, los comparó con “una cura” para el enfermo en estado crítico que señaló que es España a día de hoy, así como una inyección para que las pequeñas empresas, espina dorsal de la economía, pues sobrevivir al ciclón de la crisis económica.
Además, recordó que la Administración del Estado ha puesto en marcha otro tipo de iniciativas para devolver al país a la senda del crecimiento económico, como la concesión de préstamos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) a las autonomías para que salden sus deudas con proveedores.
Cabe destacar que Melilla finalmente no se acogerá a estas ayudas, que cuentan con ciertas ventajas fiscales y un tipo de interés más reducido que si se acude a la banca corriente, porque el Ejecutivo local asegura que las arcas públicas de la Ciudad Autónoma están saneadas.
En definitiva y con respecto a la huelga, concluyó que él, como “demócrata convencido”, respetaba la decisión tomada por las agrupaciones sindicales, pues se trata de un derecho constitucional, pero volvió a poner sobre la mesa sus sospechas de que es el PSOE el que está “manipulando” el sentido de este paro general para hacer de él una protesta política y partidista.
La cuenta atrás
El próximo jueves 29, los sindicatos de todo España saldrán a la calle para protestar por la Reforma Laboral y con el objetivo de paralizar toda actividad comercial como principal medida para dejar claro al Gobierno de Mariano Rajoy que están en contra de sus medidas.
El divorcio entre sindicatos y Ejecutivo local en este terreno es obvio y más que patente. Mientras que los primeros consideran que la reforma sólo favorece el despido de trabajadores y no la creación de nuevos puestos, ni la recuperación de las pymes, el Gobierno autonómico respeta su postura y la convocatoria de huelga, pero sus dirigentes piensan que es “poco oportuna” en vista de cómo está la situación económica nacional.
Asimismo, defienden a capa y espada las decisiones de Rajoy, argumentando que servirán para frenar la destrucción de empleo y para revitalizar a las maltrechas pymes, principales afectadas por la crisis económica.
Tan sólo quedan cuatro días para comprobar si la convocatoria de los sindicatos cala entre los ciudadanos y logra el apoyo esperado para que la huelga triunfe, tanto en Melilla como en España entera. Hay que recordar, que la última convocatoria de paro general obtuvo poco respaldo en la ciudad autónoma.
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