Categorías: Política

Imbroda acusa a la prensa marroquí de usar Melilla como cortina de humo frente al Sahara

Mientras que el Sindicato Marroquí de Periodistas logra una condena contra las autoridades de Melilla por parte de la Federación Internacional del gremio. El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, acusó ayer a la prensa marroquí de estar utilizando a la ciudad autónoma para lanzar una "cortina de humo" sobre los incidentes que se están registrando en el Sahara Occidental, con el objeto de "manipular e intoxicar" a la opinión pública de Marruecos.
A preguntas de los periodistas, Imbroda consideró "desafortunada" esta práctica por parte de la prensa marroquí, la cual está presentando a Melilla "como un hecho semejante a lo que está ocurriendo" en el Sahara, y a sus autoridades melillenses, como "racistas, etcétera".
Según Imbroda, "ése no es el camino", dado que "Melilla no tiene nada que ver con el Sahara". "Si la prensa marroquí quiere hacer una comparación, está engañando, manipulando e intentando intoxicar a los propios marroquíes con una desinformación y mala información", dijo la primera autoridad local.
El presidente basó su argumento en que los disturbios que se produjeron recientemente en Melilla "fueron por un problema social sobre un tema económico que podía haber ocurrido en muchos sitios de España", y además afecta a "españoles que, como en cualquier otra nación civilizada, se manifiestan en libertad".
Según Imbroda, la prensa de Marruecos está elevando ese problema social "a la categoría de un problema político".

“Nada que ver”

Por otra parte, comentó que el problema del Sahara Occidental "no debe afectar a Melilla para nada", dado que ésta es "una ciudad española dentro de la soberanía nacional, y no tiene nada que ver con los problemas que pueda tener Marruecos con sus límites territoriales en el Sahara". Se trata, según dijo, de "problemas internos de Marruecos que tienen que solucionarse al amparo de la ONU", y para ello el país vecino está hablando con el Frente Polisario.
En opinión de Imbroda, el papel que debe jugar España es "velar por el cumplimiento de la legislación internacional y por los derechos humanos, como cualquier país democrático".
Imbroda mostró su preocupación por lo que está ocurriendo en el Sahara, donde se producen "hechos en los que hay muertos, heridos y tensiones". “Esto me preocupa muchísimo, porque Marruecos es un país amigo –añadió- y no deseo que sucedan problemas de ese tipo”. “Creo que la libertad y la paz son el principal bien que tienen los ciudadanos del mundo", agregó Imbroda, en el mismo día en que se daba a conocer la controvertida denuncia que la Federación Internacional de Periodistas ha realizado contra las autoridades del Gobierno central en Melilla, por la requisitoria que la Guardia Civil realizó a un equipo de prensa marroquí que grababa la frontera desde el lado español.

Versión marroquí

La FIJ, según sus siglas en inglés, se hizo eco de la versión marroquí, bien distinta de la sostenida por la Delegación del Gobierno, y dio por detenidos a un equipo de dos cámaras que el pasado martes fueron requeridos por la Guardia Civil cuando grababan la frontera.
Los funcionarios de la Benemérita, como es habitual en este tipo de circunstancias, sólo permiten la grabación de lo que se considera “zona de seguridad” cuando previamente, a requerimiento del medio interesado, la Delegación del Gobierno autoriza las grabaciones. Así sucede con cualquier medio local, nacional o extranjero.
Sin embargo, los medios marroquíes han convertido la prevención de las autoridades españolas en un nuevo ‘casus belli’ con el que centrar la atención sobre Melilla y proseguir en su estrategia de intentar desviar la atención de la opinión pública sobre los sucesos en El Aaiún.
De tal modo, consiguieron el pasado miércoles noche una condena contra lo que denunciaron como una detención ilegal y prohibición de paso a Melilla de un equipo de prensa marroquí que, en realidad, no fue más que un control rutinario, idéntico al que se sigue con todos los periodistas que graban sin permiso previo en los puestos o lindes fronterizos, y que el equipo marroquí en cuestión convirtió en un hecho excepcional, asegurando que posteriormente tampoco se les dejó entrar en la ciudad.
La versión que ha prevalecido ante la Federación Internacional de Periodistas, a la que pertenece también la Asociación de la Prensa de Melilla, es totalmente contraria a la que sostiene la Delegación del Gobierno y además demuestra la praxis cotidiana, puesto que durante los disturbios de hace tres semanas en distintos barrios y especialmente en el de La Cañada, hubo una notoria presencia de medios marroquíes que realizaron un seguimiento amplio de todo lo sucedido.
Según la Delegación del Gobierno, los periodistas marroquíes fueron requeridos para que mostraran su documentación pero no se les impidió su posterior paso a Melilla, puesto que de hecho ya se encontraban en la ciudad tomando imágenes de la frontera desde “el lado español”.

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