Por casualidad, más que por ver la Televisión Española del Futbol, topé con un programa sobre la iluminación de Navidad en varias ciudades de España. Decían que la de Vigo era la de mayor éxito, con su alcalde, el ‘iluminado’ Abel Caballero, empecinado en diseñar todos los años la mejor iluminación del mundo, tanto por su diseño como por no sé cuántos miles de bombillas de bajo consumo. El alcalde vigués es, además, consciente que una buena iluminación navideña es un nuevo reclamo-turístico para atraer gente de otros lugares y, con tal motivo, “dejarse” unos buenos euros en cafeterías, bares y restaurantes. ¡Ojalá en Melilla pudiera ser también una realidad y despegue económico para los sufridos comerciantes, cafeterías y bares! Es más, el alcalde vigués, insistía: “Una Navidad sin una buena programación lumínica y artística en calles y plazas no es Navidad”. Y tiene toda la razón. Y acierta una vez más. En el mencionado programa de televisión hacían referencia también a otras ciudades: Málaga y Toledo, por su nuevo diseño de iluminación este año.
Visto lo visto y escuchado lo escuchado pensé, de inmediato, en la iluminación de Melilla. O sea, la misma de todos los años. Pero, afortunadamente, me equivocaba tras conocer la novedosa sorpresa de un túnel de luces que recorrerá la calle O’Donnell, incorporación de nuevos diseños para alegría de los niños, que motivarán también la curiosidad y la natural satisfacción de todos los melillenses, al ver tan adornadas las calles y plazas del centro urbano y extensiva a los barrios. ¿Por qué no también en Melilla la Vieja?, me comentaba un residente. Al no tener ninguna respuesta a mano le contesté: “todo se andará”.
Bien es verdad que aquí en Melilla no se puede pensar como piensa el alcalde de Vigo, el de Málaga o el de Toledo, en un ambiente turístico que aporte unos buenos euros a comercios, cafeterías, bares y restaurantes. Pero sí que tiene sentido una adecuada iluminación que nos recuerde que estamos en Navidad. Y bien está lo que está bien. Por fin, la esperanza cumplida después de tantos años deseando ver y disfrutar una novedosa iluminación melillense, dejando atrás un año de incertidumbre económica, de paro, de un verano insoportable de calores y de la covid, que no hay forma de acabar con ella, aunque se está en ello, afortunadamente, lo que es motivo de felicitación a los responsables del área de Sanidad y, especialmente, al personal sanitario: médicos, enfermeras/os, personal de Ambulancias que se ocupan del traslado urgente de enfermos para dejarlos en manos de los médicos y, por supuesto, a los empleados/as de limpieza. Todos ellos, superando muchas veces los horarios fijados y entregados como siempre a sus profesiones y trabajos con la máxima atención a los enfermos. Lo que así se ha conseguido reducir la covid a pesar de las veraniegas vacaciones peninsulares, de los días y días de playa (para los que no han podido salir), y la celebración de la Feria y otros eventos.
Así las cosas, creo que es normal felicitar también a los diseñadores de esta novedosa iluminación navideña y a los técnicos y a los trabajadores de la instalación. Por fin este año veremos una novedosa y espléndida iluminación navideña, a excepción de Plaza de España, con las mismas ristras en las copas de los árboles, a pesar de ser el centro neurálgico de la ciudad y entrada para quienes nos visitan. Pero todo se andará. O sea, de la misma manera que se realiza todos los años, con muy buen criterio, el montaje de un Belén como Dios manda, situado en el mejor de los lugares de la ciudad y que nos “acerca” al recorrido histórico de lo que debió ser el pueblo de Belén con sus gentes, sus costumbres y su manera de vivir recogido en las distintas escenas bíblicas, perfectamente cuidadas, en especial para los niños.
Desde mi punto de vista de gallego en ejercicio en Melilla y de melillense en Galicia, sigo pensando que todo cuanto se quiera hacer por Melilla, y se lleve a cabo, será siempre como un punto y seguido para conseguir un despegue de calidad de vida para todos los melillenses.
La Navidad se acerca y los precios se alejan de lo que fueron otras pasadas navidades. Pero Navidad es Navidad. Aunque este año sea todo más caro. Pero siempre se ha dicho: “Navidad es Navidad”.
Que todos tengamos salud para disfrutarla. Y, sobre todo, que nuestros niños no se vean en esa nueva pandemia peninsular de bronquiolitis y puedan celebrar la Navidad, Año Nuevo y Reyes como Dios manda. Se lo merecen.
Iluminemos, pues, las calles, plazas y barrios que nos recuerden que estamos en Navidad. O sea, que los organismos públicos sigan poniendo de su parte lo que no podemos llevar a cabo los melillenses: crear una iluminación de nuevos diseños artísticos, lumínicos y novedosos. Luego, cada familia procurará disfrutar la Navidad de la mejor manera posible. Felices Fiestas para todos
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