Categorías: Editorial

¡Felices fiestas patronales!

Melilla ya está de Feria. Los hosteleros se han volcado, quizá un poco más este año, en vestir sus 22 casetas con colores de fiesta... ...y en preparar una carta con lo mejor de nuestra gastronomía, donde las tapas, raciones y pinchitos invitan a hacer la vista gorda con esos kilos que hemos cogido en vacaciones, porque ya habrá tiempo para echar el freno y salir a correr por el Paseo Marítimo.
Desde primera hora de la tarde se respiraba ayer en la ciudad un ambiente distinto. De hecho, han sido los jóvenes los primeros en tomar la explanada de Las Torres V Centenario en una quedada convocada por el boca a boca, las redes sociales y la tradición. Se notaba que estaban deseando que llegara el día de salir a la calle a disfrutar de un rincón de la ciudad que, muy a pesar de todo, ya han hecho suyo.
En fiestas la gente sabe a dónde tiene que ir para ver y ser vista porque la Feria es también un momento de encuentro con los amigos que dejamos antes de salir de vacaciones o con los que no vemos desde el año pasado.
A pesar de que las fiestas patronales de la ciudad coinciden con la cuesta arriba de septiembre y la vuelta al ‘cole’, las familias siempre hacen un alto en el ahorro nuestro de cada día para pasarse por el Real a disfrutar, como mínimo, de un paseo distinto en el que el ir y venir de caras sonrientes dan ganas de vivir porque la felicidad es de las pocas cosas que ni se compra, ni se vende, ni se puede esconder. Por suerte es como la gripe, se pega.
Quedan por delante ocho días de fiesta en Melilla. Este año con autobuses hasta la una de la madrugada, para evitar que se nos escape el tiempo dando vueltas y vueltas para encontrar un sitio donde aparcar cerca de la Feria.
También es un año, no podemos olvidarlo, de una crisis que esta ciudad no ha conocido jamás. Ni taxistas, ni comerciantes, ni hosteleros han visto algo similar en sus vidas.
Pero no nos engañemos, la crisis está ahí y aunque todo apunta a que España está levantando cabeza, todavía nos queda caminar un tramo pedregoso para ver la luz al final de túnel.
Por eso, momentos como éste de Feria, nos vienen tan bien. Porque a veces, basta con darnos un paseo y saludar a un amigo, para darnos cuenta de que la vida continúa... para entender que pese a las dificultades, siempre hay que buscar un sitio donde sonreír y aparcar las preocupaciones.
El Faro quiere desear unas felices fiestas a todos sus lectores y animarles a acercarse al paseo del Real de la Feria. Desde las páginas de este periódico os iremos informando de qué está pasando e intentaremos haceros la vida más fácil explicando qué hay que hacer para no perderse nada, sobre todo, si es gratis o para llevar a los ‘peques’.

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