Una mujer se enfrenta a una posible condena de multa que asciende a 10.800 euros como supuesta autora de un delito de hurto, otro delito contra la seguridad vial y un tercero por conducir sin permiso. Está acusada de aprovecharse de la confianza de su amiga para hurtarle su vehículo y, estando bajo los efectos de bebidas alcohólicas, circular de forma temeraria, a gran velocidad, y sin permiso por la ciudad. Según describe la Fiscalía de Melilla en su escrito, la encausada dio a varios coches mientras circulaba y terminó perdiendo el control, colisionando contra otros dos automóviles.
Estos hechos, enjuiciados el pasado martes en el Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla, tuvieron lugar el 28 de agosto de 2016. La procesada no se presentó a la vista, pero esta pudo desarrollarse en su ausencia porque no se le reclamaba una pena de prisión superior a dos años. De lo contrario, hubiera tenido que suspenderse y aplazarse.
La primera en declarar fue la propietaria del vehículo que la encausada supuestamente hurtó. Según explicó, estuvo con la procesada y con otros dos amigos ingiriendo bebidas alcohólicas y decidieron acercarse al dique para bañarse. “Ella bebió cubatas”, recordó. Indicó que se fue al agua y, al salir, ya no encontró a su amiga ni su automóvil, un todoterreno de la marca Mercedes.
“Era la primera vez que hacía eso”, sostuvo, incidiendo en que en ningún momento le dio permiso para que se marchase con el vehículo. Afirmó que ha pagado más de 2.000 euros para arreglar su automóvil. “Ella me dijo que me los iba a pagar, pero luego desapareció y no me pidió ni perdón”, expuso.
En el juicio declaró un matrimonio por videoconferencia. El marido señaló que conducían por el Paseo Marítimo cuando la encausada, a pesar de que otro vehículo venía en sentido contrario, los adelantó cruzando por el medio. “Vi que golpeó a otro coche y al mío le rompió el retrovisor”, sostuvo. Según indicó el testigo, vio que era una mujer la que conducía.
De acuerdo con la versión de este hombre, la encausada se dio a la fuga y él la siguió. Afirmó que vio cómo giraba bruscamente para adentrarse en la calle de Minas del Rif. Luego, continuó diciendo, la joven pasó una rotonda y aceleró en cuanto hubo una recta. “Antes de llegar a la intersección, frenó bruscamente para girar a la derecha, por lo que se le acabó yendo el coche”, relató.
Explicó en el juicio que vio cómo la encausada colisionaba con un vehículo que estaba estacionado, rebotando y volviendo a chocar con otro automóvil que estaba en marcha en la calle Calvo Cañón. Según dijo, tras el golpe, la procesada echó del coche al acompañante que iba de copiloto y se sentó en su asiento.
La mujer de este testigo declaró que los hechos transcurrieron como describió su marido. Según apuntó, tras recibir el golpe, se pusieron a su altura e indicó a la joven que parase porque le había dado. “Ella iba repanchingada en el asiento y me hizo la peineta”, recordó. En la vista también declararon agentes de la Policía Local. Según expusieron, encontraron a la procesada en el asiente del copiloto tras el accidente, pero varios testigos les indicaron que ella era la que conducía. “Ella decía que su amigo era quien condujo”, sostuvo.
La joven fue trasladada para realizarse la prueba de alcoholemia. “Se le notaba que había bebido por el olor, los ojos rojos, la verborrea...”, dijo uno de los agentes. Los policías comprobaron que la chica no tenía permiso de conducir.
El caso quedó visto por el titular del Juzgado de lo Penal 1 para el dictado de una sentencia. El juez tendrá que decidir.