“El humo y la vibración del extractor del bar no me permiten descansar”

  • Ali Boucetta es un vecino de una calle del Tiro Nacional que pide ayuda para acabar con esta situación

Ali Boucetta lleva ocho años soportando los humos y la vibración del extractor del bar que está a un palmo de la ventana de su dormitorio. “No me permiten descansar”, aseveró ayer a El Faro. El pasado 20 de octubre denunció esta situación en la Consejería de Presidencia y Salud Pública con el objetivo de que le hagan caso y le ayuden a solucionar este problema. Subrayó que ha sufrido dos infartos cerebrales, el último a inicios de este mes, y por lo tanto, precisa de un lugar tranquilo donde poder recuperarse de las secuelas que le ha dejado la enfermedad que padece.

La historia de Boucetta comenzó hace ocho años. Consiguió esta casa situada en el barrio de Tiro Nacional a través de Emvismesa. Unos años antes había sufrido un infarto cerebral, subrayó, y no podía encontrar un empleo.

Un año más tarde, un bar se instaló en el local que hay bajo su casa. Pero lo grave vino cuando el dueño, según este ciudadano, instaló un gran extractor para sacar el humo del interior de la cocina hacia la calle. Este aparato hace vibrar todas las ventanas de su hogar, aseveró, y son cuatro de cuatro habitaciones.

Además, los vapores del mal olor son una constante en su hogar porque no hay forma de impedir que entre por las ventanas.

Boucetta ha intentado hablar con el dueño del bar en numerosas ocasiones para que quite el extractor y la respuesta ha sido: “Denunciame en los juzgados”.

Este vecino del Tiro Nacional afectado comentó que hay una salida de humos en el interior del local y que se podría ‘enganchar’ como el resto de cocinas de los pisos de este bloque. Sin embargo, el propietario del establecimiento hostelero le comentó que ese tubo estaba atascado y que no se iba a gastar dinero en arreglarlo.

Primera denuncia

Esta situación llevó a Boucetta a denunciar su situación en Medio Ambiente en 2014. Aseguró que en esta consejería tenían imágenes del extractor y que los funcionarios le indicaron que al bar le faltaba alguna licencia. Sin embargo, en estos dos años no se ha hecho nada, añadió.

Por eso, la semana pasada puso de nuevo otra queja en la Dirección General de Sanidad y Consumo para ver si recibe una respuesta positiva a su problema.

Tiene seis hijos y, aunque la mayor ya no vive en casa, padece problemas de asma que se agravan cuando va de visita a su hogar.

Asimismo, este ciudadano mostró a El Faro un sinfín de peticiones de un encuentro con el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, con el que desea entrevistarse para que conozca de primera persona su caso. Hace un año recibió una respuesta por escrito: “Le comunicamos que somos conscientes de su problema y hacemos lo posible por encontrar algún camino para solucionarlo”.

Pero la demanda de Boucetta va más allá de quitar un extractor. Solicita a la Ciudad una ayuda para irse de su hogar durante un mes, hasta que se recupere del infarto cerebral. Aseveró que se conformaría con habilitar un trastero o que le mandaran a una pensión porque cobra una ayuda de tan sólo 300 euros.

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