‘Al Hudud’: La Frontera. Incógnitas a despejar

Reconozco que sigo sin estar contento y un tanto escéptico de los resultados de la visita a Marruecos de nuestro presidente y de lo que nos transmitió en la rueda de prensa tras el Iftar al que fue invitado por el rey Mohamed VI. Tenía muchas esperanzas. Ahora, tengo muchas dudas.

He leído varias veces el comunicado oficial conjunto con los 16 puntos que se recogen en el mismo y que se supone es el acuerdo alcanzado tras meses de intensas negociaciones que se deben haber llevado a cabo de forma discreta porque está claro que en la merienda-cena de Rabat no dio tiempo ni a escribirlo. Y la verdad, hay cosas en esta Hoja de Ruta que no tengo claras y máxime si lo comparo con las efusivas declaraciones de nuestro presidente tras levantarse de la mesa.

Paso a analizar uno a uno los puntos de la Declaración Conjunta:

1. Del cambio de postura del presidente del Gobierno sobre la solución al problema del Sáhara no voy a decir más que lo que ha dicho el Parlamento español en el que reside la soberanía de nuestro país: ni se le ha consultado previamente ni lo aprueba una vez conocido oficialmente. Las consecuencias inmediatas están ahí: retirada del embajador argelino y anuncio de la subida del precio del gas a la empresa Naturgy que es la detentadora del contrato de suministro a España y, en cambio, concede a la ENI (Empresa nacional de Hidrocarburos) de Italia más capacidad de suministro y volumen de gas argelino en contra de los intereses de España que pierde el liderazgo europeo. Un error diplomático y estratégico que ya veremos donde y como acaba.

2. Los temas de interés común dice que serán resueltos a través de la concertación sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados. Mucho debe cambiar la forma de actuar de Marruecos en los últimos años, pero démosle un voto de confianza, aunque visto lo del pasado jueves con Marruecos anunciando -aunque no de forma oficial- la apertura de las fronteras terrestres y la inoportunidad de un partido político local metiendo presión al respecto me temo que mal empezamos. No se debería jugar con los sentimientos de los vecinos de ambos lados. Cierto es, por otra parte, que ya ha tenido tiempo de sobra nuestro Gobierno -durante los dos años y pico de cierre fronterizo- para preparar la apertura de la frontera con los protocolos de actuación de las FCSE y la necesaria dotación de medios humanos y materiales.

3. La plena normalización para el paso de personas y mercancías es para Ceuta y Melilla – a mi parecer- el punto más importante. Pero en ninguna línea del documento se cita a ambas Ciudades y -mucho menos- se habla de que se va a autorizar una aduana comercial en Ceuta -como dijo entre dientes nuestro presidente a pregunta de una periodista- ni que se levantaría de inmediato la prohibición de importar a través de la aduana terrestre de Beni-Enzar en vigor desde el 1º de agosto de 2018. El paso de mercancías por vía marítima entre España y Marruecos no se había visto suspendido durante la pandemia y ya se ha reanudado el de personas por las fronteras marítimas y aéreas. Por tanto, valen los motivos sanitarios para que no se levante dicha prohibición también por la frontera terrestre, espero que de forma fluida y segura.

4 y 5. Las conexiones marítimas para pasajeros ya se han reestablecido. Esta medida favorece -más que a nadie- al propio monarca marroquí que obligó a sus súbditos -y no por razones sanitarias- a que tuvieran que usar barcos desde Italia o Francia- trayecto más largo y mayor coste- al prohibir falazmente que se usaran los puertos españoles por razones sanitarias y se gastó un dineral en subvencionar a las navieras que cubrían esos trayectos tan solo para molestar a España. Ya veremos si cuando se pueda transitar a través de la frontera de Melilla y Ceuta, se sigue excluyendo a los puertos de ambas ciudades en la Operación paso del Estrecho (“Marhaba”). Será la “prueba del algodón” del cambio de actitud hacia ambas ciudades por parte de Marruecos, aunque -a mí personalmente- no me gusta que se usen nuestras carreteras y puertos por cientos de miles de magrebíes, colapsando los servicios marítimos subvencionados por España y, sobre todo, nuestras calles cuando llegan a Melilla.

6. La reactivación del grupo de trabajo -cuya existencia era desconocida, al menos para mí- sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica. Entiendo que, por una parte, se pretende que España -en defensa de los intereses de Marruecos- recurra en contra de la Sentencia del TSJ europeo que ha declarado ilegal el Acuerdo de Pesca pues se incluyeron las capturas en las aguas del Sáhara que no son de titularidad marroquí y, por otra parte, se puedan quedar con los derechos sobre los yacimientos submarinos próximos a Canarias pues al reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara estos yacimientos quedan más próximos a esa costa africana respecto a las Canarias. Otro gol por toda la escuadra a nuestros hábiles negociadores monclovitas.

7. Se iniciarán conversaciones sobre la gestión de espacios aéreos. Puede ser la gran oportunidad de acordar con Marruecos las nuevas rutas de aproximación que permitan la ampliación de la pista del aeropuerto de Melilla porque -que yo sepa- otro espacio aéreo no compartimos ambos países.

8 y 9. En este punto de la inmigración prefiero no opinar. Solo quiero ver los resultados reales de ese “reforzamiento” de la cooperación porque hasta la fecha su actuación dista mucho de ser satisfactoria para nuestro país y nuestras ciudades.

10. Me parece bien, como no puede ser de otra manera, que se fomente la cooperación en los ámbitos económicos, comercial, energético, industrial y cultural propios de unos países que mantienen fronteras comunes y razones históricas de todo tipo. Nada que objetar, por tanto.

11. Cuando se habla de la facilitación de los intercambios económicos y las conexiones entre los dos países, supongo que se debe referir al restablecimiento de la aduana comercial con Melilla, la aceptación de los certificados de circulación EUR1 que amparen el origen comunitario de las mercancías como expediciones comerciales transitadas desde Melilla o Ceuta hacia Marruecos algo que hasta ahora -incumpliendo el Tratado Euromediterráneo- no permitía ni aceptaba y que se establecerá cuanto antes la regulación de un régimen asimilado al de viajeros que crucen la frontera ¿O no se refiere a esto?

12, 13 y 14. Prefiero comentarlos cuando se especifiquen en qué consisten y como se articulan esos grupos de trabajo y a ver si ya se les cae de la boca ese poco cariñoso apelativo de “ciudades ocupadas” al referirse oficialmente a Ceuta y Melilla y que tan desagradable es para los españoles.

15. A mí me bastaría con que -de entrada- cumpliesen en su totalidad el Tratado de Buena Vecindad de 1991 y el de Readmisión de Inmigrantes de 1992 que entró en vigor allá por 2012 y que Marruecos se ha negado a cumplir una y otra vez. Si se puede mejorar, estupendo; pero, mientras se acuerda el nuevo Tratado, espero que cumplan lo pactado como muestra de sus buenas intenciones de una “nueva etapa sin precedentes” …

16. Debemos esperar tres meses para que el Rey alauita y Sánchez (por cierto, sin apoyo de parte de su propio Gobierno ni de la mayoría del parlamento español) decidan la composición de un Comité encargado de la puesta en práctica de esta Hoja de Ruta. Como dijo Perón o Napoleón, Churchill o Romanones (elija usted el autor que prefiera) lo cierto es que “si quieres solucionar un problema, nombra un responsable; si quieres que el problema perdure, nombra una comisión”. Recuerdo la famosa comisión “técnica” creada para hablar sobre el cierre de la aduana. Pues eso es lo que hay… y, peor aún, si se trata con Marruecos donde la medida del tiempo dista mucho del concepto europeo que tenemos del mismo.

Solo nos queda esperar y ver los hechos y la realidad de las palabras y las buenas intenciones: cuándo y en qué condiciones se abren los pasos fronterizos, cuándo el Gobierno de España estará preparado para controlar la llegada de los vecinos que quieran entrar en Melilla (ya veremos si con visado o sin él) y, sobre todo, cómo piensa el Gobierno español solucionar el “efecto llamada” que deriva de la nueva aplicación de la Ley de Extranjería y que a cualquiera que entre en Ceuta y Melilla -incluso, de forma irregular- se le permite viajar al resto del Territorio Schengen mientras se resuelve su solicitud “de asilo”.

Me preocupa la solución que se les vaya a dar a los trabajadores fronterizos que vieron caducar su permiso de trabajo y no pudieron renovarlo y qué puede pasar si denuncian a sus antiguas empresas por no haber renovado el permiso o cancelados sus contratos de trabajo.

Necesitamos saber si se va a articular -y cómo- un régimen asimilado al de viajeros para que nuestros visitantes se puedan llevar las compras personales (no las que se puedan o deban ser considerar expediciones comerciales) al volver al otro lado de la frontera y qué podemos traer de Marruecos cuando vayamos a pasar el día.

Espero que nuestro Gobierno tenga claras nuestras necesidades y esperanzas en un futuro mejor que el actual, la necesidad de mantener una frontera fluida y segura, no nos oculte pactos o condiciones no escritas, comunique mejor a la población sus intenciones sobre todos estos temas y ponga en marcha cuanto antes esa publicada Hoja de Ruta, pero de forma favorable a los intereses de España y no a los de Marruecos o los personales del propio Sr. Sánchez.